405/28(28/11/21) Tenía esperanzas puestas en este film, incluso aceptando que sería un producto escapista de efímera duración en el subconsciente. Tenía a un trío protagonista con bastante potencial con una historia naif en plan buddy-movie, que tiene claras influencias en “Ocean´s Eleven” (lo de los atracos milimétricos de guante blanco), “James Bond” (por lo de saltar por diferentes países, aunque muchos a los que van solo sea de boquilla), “La Búsqueda” (por lo de los cazatesoros), e incluso “Indiana Jones” (el clímax final es prueba de ello; por cierto, como saltan con el coche por la gruta sin saber lo que hay abajo? Respuesta sería y que más da!) tiene a un director y guionista Rawson Marshall Thurber que me regaló un buen entretenimiento con “Skycraper” (2018). Pero mi gozo en un pozo, pues el resultado de esta superproducción, que realmente no hace brillar su amplio presupuesto, toda la calamidad que es su caótico libreto solo es superado por la nula química entre los tres protagonistas, Dwayne Johnson, Ryan Reynolds y Gal Gadot, tanto es así que ha sido estrenada directamente en el canal de streaming Netflix. Originalmente planeado para su lanzamiento por Universal Pictures, la película fue adquirida por el gigante Netflix para su distribución. Comenzó un estreno limitado en cines el 5 de noviembre de 2021 antes de transmitirse digitalmente en la plataforma el 12 de noviembre de 2021. Fue la película más vista en su fin de semana de debut en Netflix, así como la segunda película más vista dentro de los 28 días posteriores al lanzamiento en la plataforma. La película recibió luz verde con un presupuesto de producción estimado de $ 160 millones, y cuando se estrenó el costo reportado había alcanzado los $ 200 millones, lo que la convierte en la más costosa en Historia de Netflix. El rodaje tuvo que ser interrumpido en Italia debido a la pandemia del Covid-19.

Dwayne Johnson como un agente del FBI que se une a regañadientes con un famoso ladrón de arte ( Ryan Reynolds ) para atrapar a un criminal aún más notorio (Gal Gadot). La película marca la tercera colaboración entre Thurber y Johnson después de “Central Intelligence” (2016) y “Skyscraper” (2018). Tuvo resonancia en su germen cuando se dio publicidad a que los dos hombres protagónicos lucharon para que la partenaire femenina Gadot cobrara lo mismo que ellos, ósea, 20 millones $, lo que se llama onanismo de ricos, que buenos que son repartiéndose millonadas (puaj!), lo que hizo fuera la actriz mejor pagada del mundo en 2020. 10 millones cobró el director y guionista, por lo que quedan 130 para la producción, y sin embargo, exceptuando la escena de inicio en Roma, el resto huele a enmohecido, a carrusel de efectos desnaturalizados CGI, no hay una sola escena que puedas recordar tras finalizar, si acaso para un español el atropello a la razón y a los tópicos en el tramo supuestamente en Valencia (no se sabe porque, pues no tiene importancia alguna), pero la imagen que vemos es de la Gran Vía de Madrid, luego saltamos a una plaza de toros, pero no se sabe porque estamos en la Maestranza de Sevilla, y esta tiene unas catacumbas a modo de los Circos Romanos, donde habrá unas torturas (pero porque lo hacen allí con la plaza en medio de una corrida?), estos bajos dan por una escotilla al centro del ruedo, y en el clímax los protas salen por ella y estamos en medio del albero, con la plaza a reventar de público, y habiendo un gran toro, pero este se ve a la legua es digital, pero sin embargo no hay toreros (¿?), en un momento dado el astado arremete contra uno de los protas y lo topa, pero misteriosamente no lo hace con los cuernos, lo hace con la frente (¿?), un despropósito solo tapado por el siguiente.

El artista de efectos visuales Richard R. Hoover se desempeñó como supervisor general de efectos visuales de la película.

Un film donde todo huele a reciclado, a copiado, donde la originalidad ni está ni se le espera, donde el supuesto humor discurre entre lo chusco y lo ridículo, solo salvó el gag final con Ed Sheeran y cuando se habla de buscar el ‘Huevo’ en una caja que ponga McGuffing (la única parida salvable de Reynolds), pero para esto hay que esperar dos horas. Diálogos que siendo benévolos son penosos, con unos actores que actúan al ralentí, haciendo de sí mismos, pero de modo cargante, Dwayne en punto muerto, Gadot exhibiendo cuerpazo y belleza felina, pero del resto nada (tampoco es que se aún se la pueda catalogar de actriz), el premio en esto se lo lleva un Ryan Reynolds que ya cansa haciendo de Deadpool. Un batiburrillo de escenas chirriantemente ensambladas, donde el ritmo trepidante intenta enmascarar en su rapidez las idioteces que se suceden donde el sentido de la vergüenza se supera. Donde si te pones a pensar un poco nada tiene sentido, donde el absurdo es superado por la siguiente escena.

El tsunami de clichés, la nula tensión, la banalidad de lo que acontece, solo hace que hagan lo peor que pueda hacer una película y es que mire el reloj porque no me engancha, se me hace bola, y lo que es peor me aburre. La simpleza de lo que vemos y el modo torpe de desarrollarlo es propio de mentes juveniles que no se preocupan mínimamente de establecer una coherencia, ejemplo el modo burdo de dar con la escotilla nazi en Argentina, toda una oda a ‘me la suda todo’, que sería surrealista en la cuarta parte de “Naked Gun”, se suma que en una película con millones de disparos y explosiones no haya sangre, y mucho menos muerto, aspirando a ser una cinta familiar, se queda en algo infantil. Al menos se agradece que nunca se toma en serio a sí misma, consciente de ser un pasarratos que se olvidará (por lo menos en mi caso) antes de acabar los créditos finales.

Podría seguir comentando el estropicio sin límites que es este producto, pero sería dedicarle demasiado tiempo a algo que no se lo emrece. Una decepción más poderosa que Dwayne Johnson. Fuerza y honor!!!