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Voto de TOM REGAN:
7
7,6
118.687
Drama
En un elitista y estricto colegio privado de Nueva Inglaterra, un grupo de alumnos descubrirá la poesía, el significado del "carpe diem" -aprovechar el momento- y la importancia vital de luchar por alcanzar los sueños, gracias al Sr. Keating, un excéntrico profesor que despierta sus mentes por medio de métodos poco convencionales. (FILMAFFINITY)
19 de agosto de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
114/06(16/08/14) Film Icono sobre la influencia de un profesor sobre su alumnado, obra de culto , marcó a una generación, siendo el buque insignia de la carrera del actor y cómico Robin Williams, al que va dedicada esta crítica tras su reciente fallecimiento (11/08/14). Realizada por el excelente australiano Peter Weir, ahonda en la lucha entre tradición conservadora enfrentada al despertar de la juventud y sus ansias de encontrar su lugar en el mundo, ello enmarcado en un escenario donde la ortodoxia y el sentido estricto del deber lo son todo. Omito sinopsis por falta de espacio.
El guión es de Tom Schulman (“Que Pasa Con Bob?”), se inspira en sus experiencias en el Bell Academy de Montgomery en Nashville (Tennessee), conmovedor retrato del despertar de la inocencia de un grupo de chicos impresionados por un gurú que se ha ganado su admiración por ir contracorriente. Atractivo drama, explora la etapa tan decisiva en que los chicos forjan su personalidad que les acompañará toda su existencia, etapa crucial en la que deben tomar decisiones, el choque entre el seguidismo o el individualismo, impulsados por un carismático maestro a cuestionar a sus mayores, intenta aleccionarlos para escojan el camino que ellos crean mejor, no el que les obliguen o marquen cual destino inquebrantable, les desafía a tener ideas propias, un canto a la libertad personal, al arte, al romanticismo, a la amistad, al idealismo, a la utopía, a los sueños, a la pasión de vivir, se arremete contra la educación inflexible, contra la coacción, contra la rancia tradición que nos oprime, contra el adoctrinamiento a la búlgara que anhela el sometimiento de pensamiento, contra los padres que no saben entender los sueños de sus hijos, sobre disfrutar de los placeres de la vida, sobre ser un librepensador, sobre rebelarse contra el poder establecido se te tiraniza física o espiritualmente. La cinta está partida en 2, en la primera mitad se edifica el mundo quimérico de los chicos, sus ansias de rebeldía, de tomar sus caminos, de romper las barreras que les asfixian, y la segunda parte donde el dramatismo hace muy densa la atmósfera, hasta llegar la liberación del final. Pese a ser el centro del argumento el profesor Keating este aparece menos que los alumnos, pero cuando aparece marca a fuego tanto a los chicos que cuando no está su aura liberadora sobrevuela los fotogramas.
Robin Williams realiza la actuación por la que tras su muerte será más recordado, una interpretación en la que derrocha pasión, entusiasmo, cariño, humanidad, pedagogía, optimismo, cercanía, de labia ágil, ternura, integridad, un idealista que no quiere que sus alumnos se pongan muros insuperables, sus ojos emiten devoción por lo que hace, un Williams contenido arrolla por su tremendo magnetismo, dejando perlas de lado cómico cuando imita a Marlon Brando o John Wayne, maravilloso con sus citas <No leemos y escribimos poesía porque es bello. Leemos y escribimos poesía porque somos miembros de la raza humana. Y la raza humana está llena de pasión. Y la medicina, derecho, negocios, ingeniería, son actividades nobles y necesarias para sostener la vida. Pero la poesía, la belleza, el romance, el amor, estos son los que nos quedamos durante la vida durante>, <La poesía, el romanticismo y el amor son las cosas que nos mantienen vivos>, <Sólo en sus sueños pueden los hombres ser verdaderamente libres. Siempre fue así, y siempre será así>, <No importa lo que usted diga, las palabras y las ideas pueden cambiar el mundo>, Keating citando a Thoreau <La mayoría de los hombres llevan una vida de silenciosa desesperación. No te resignes, huye!>. Me quedo con ganas de saber de Keating más, tan solo se esboza que tiene una novia en Londres, es un enigma dentro de otro enigma, se muestra etéreo. Su personaje coincide en mucho con su anterior papel en “Good morning Vietnam” Adrian Cronauer, un locutor militar que en la Guerra de Vietnam arremete con cinismo contra el conflicto, similar a su rol aquí de profesor contestatario.
Weir y Shulman construyen collage de personajes rebosantes de humanidad, sobre todo entre los alumnos, el melancólico idealista aspirante a actor, el introvertido, el romántico enamoradizo, el líder rebelde, etc… con los que se empatiza con facilidad, con diálogos muy trabajados, con situaciones sugestivas, con un increscendo dramático potente, hasta derivar en su tramo final en una tormenta de emociones que te sobrecoge, hasta derivar en su homérica conclusión (spoiler), debes ser de piedra si no se te estremeces.
Robert Sean Leonard realiza impresionante rol de la ilusión por la “Carpe Diem”, un ave al que su padre intenta cortar las alas, magnífico torrente de sentimientos que transmite con su poderosa mirada, pasional, romántico, es la alegría de vivir, pero en los ententes con su padre es una hormiga aplastado por el poder avasallador de este, sublime en la obra de teatro, expresando sus ansias de libertad utópica. Kurtwood Smith da vida al padre, excelso demostrando su cerrazón, su dureza rozando lo violento. Ethan Hawke en un buen rol de lacónico, aquejado de falta de amor de sus padres. Josh Charles es la lucha por el amor a pesar de los obstáculos. Gale Hansen es el rebautizado Nuwanda, el más rebelde, el más contestatario, el más fuerte de carácter, estupendo. Norman Lloyd representa el orden establecido, el director inflexible guardian de la ortodoxia que ve amenazado su mundo por John Keating, muy bueno.
La poesía es una excusa, el McGuffin, pesa poco en la trama, cuando se reúne el Club en la cueva, los chicos están más ocupados en chanzas que enrelatar poemas, de todas formas se agradecen las citas que se escuchan durante el metraje de Alfred Tennyson, Robert Herrick, Vachel Lindsay, Henry David Thoreau del que se extrae de su obra <Coged las rosas mientras podáis, veloz el tiempo vuela. La misma flor que hoy admiráis, mañana estará muerta>, o lo que es parecido “Carpe Diem”, … (continua en spoiler por falta de espacio)
El guión es de Tom Schulman (“Que Pasa Con Bob?”), se inspira en sus experiencias en el Bell Academy de Montgomery en Nashville (Tennessee), conmovedor retrato del despertar de la inocencia de un grupo de chicos impresionados por un gurú que se ha ganado su admiración por ir contracorriente. Atractivo drama, explora la etapa tan decisiva en que los chicos forjan su personalidad que les acompañará toda su existencia, etapa crucial en la que deben tomar decisiones, el choque entre el seguidismo o el individualismo, impulsados por un carismático maestro a cuestionar a sus mayores, intenta aleccionarlos para escojan el camino que ellos crean mejor, no el que les obliguen o marquen cual destino inquebrantable, les desafía a tener ideas propias, un canto a la libertad personal, al arte, al romanticismo, a la amistad, al idealismo, a la utopía, a los sueños, a la pasión de vivir, se arremete contra la educación inflexible, contra la coacción, contra la rancia tradición que nos oprime, contra el adoctrinamiento a la búlgara que anhela el sometimiento de pensamiento, contra los padres que no saben entender los sueños de sus hijos, sobre disfrutar de los placeres de la vida, sobre ser un librepensador, sobre rebelarse contra el poder establecido se te tiraniza física o espiritualmente. La cinta está partida en 2, en la primera mitad se edifica el mundo quimérico de los chicos, sus ansias de rebeldía, de tomar sus caminos, de romper las barreras que les asfixian, y la segunda parte donde el dramatismo hace muy densa la atmósfera, hasta llegar la liberación del final. Pese a ser el centro del argumento el profesor Keating este aparece menos que los alumnos, pero cuando aparece marca a fuego tanto a los chicos que cuando no está su aura liberadora sobrevuela los fotogramas.
Robin Williams realiza la actuación por la que tras su muerte será más recordado, una interpretación en la que derrocha pasión, entusiasmo, cariño, humanidad, pedagogía, optimismo, cercanía, de labia ágil, ternura, integridad, un idealista que no quiere que sus alumnos se pongan muros insuperables, sus ojos emiten devoción por lo que hace, un Williams contenido arrolla por su tremendo magnetismo, dejando perlas de lado cómico cuando imita a Marlon Brando o John Wayne, maravilloso con sus citas <No leemos y escribimos poesía porque es bello. Leemos y escribimos poesía porque somos miembros de la raza humana. Y la raza humana está llena de pasión. Y la medicina, derecho, negocios, ingeniería, son actividades nobles y necesarias para sostener la vida. Pero la poesía, la belleza, el romance, el amor, estos son los que nos quedamos durante la vida durante>, <La poesía, el romanticismo y el amor son las cosas que nos mantienen vivos>, <Sólo en sus sueños pueden los hombres ser verdaderamente libres. Siempre fue así, y siempre será así>, <No importa lo que usted diga, las palabras y las ideas pueden cambiar el mundo>, Keating citando a Thoreau <La mayoría de los hombres llevan una vida de silenciosa desesperación. No te resignes, huye!>. Me quedo con ganas de saber de Keating más, tan solo se esboza que tiene una novia en Londres, es un enigma dentro de otro enigma, se muestra etéreo. Su personaje coincide en mucho con su anterior papel en “Good morning Vietnam” Adrian Cronauer, un locutor militar que en la Guerra de Vietnam arremete con cinismo contra el conflicto, similar a su rol aquí de profesor contestatario.
Weir y Shulman construyen collage de personajes rebosantes de humanidad, sobre todo entre los alumnos, el melancólico idealista aspirante a actor, el introvertido, el romántico enamoradizo, el líder rebelde, etc… con los que se empatiza con facilidad, con diálogos muy trabajados, con situaciones sugestivas, con un increscendo dramático potente, hasta derivar en su tramo final en una tormenta de emociones que te sobrecoge, hasta derivar en su homérica conclusión (spoiler), debes ser de piedra si no se te estremeces.
Robert Sean Leonard realiza impresionante rol de la ilusión por la “Carpe Diem”, un ave al que su padre intenta cortar las alas, magnífico torrente de sentimientos que transmite con su poderosa mirada, pasional, romántico, es la alegría de vivir, pero en los ententes con su padre es una hormiga aplastado por el poder avasallador de este, sublime en la obra de teatro, expresando sus ansias de libertad utópica. Kurtwood Smith da vida al padre, excelso demostrando su cerrazón, su dureza rozando lo violento. Ethan Hawke en un buen rol de lacónico, aquejado de falta de amor de sus padres. Josh Charles es la lucha por el amor a pesar de los obstáculos. Gale Hansen es el rebautizado Nuwanda, el más rebelde, el más contestatario, el más fuerte de carácter, estupendo. Norman Lloyd representa el orden establecido, el director inflexible guardian de la ortodoxia que ve amenazado su mundo por John Keating, muy bueno.
La poesía es una excusa, el McGuffin, pesa poco en la trama, cuando se reúne el Club en la cueva, los chicos están más ocupados en chanzas que enrelatar poemas, de todas formas se agradecen las citas que se escuchan durante el metraje de Alfred Tennyson, Robert Herrick, Vachel Lindsay, Henry David Thoreau del que se extrae de su obra <Coged las rosas mientras podáis, veloz el tiempo vuela. La misma flor que hoy admiráis, mañana estará muerta>, o lo que es parecido “Carpe Diem”, … (continua en spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
…también se gloria a Walt Whitman en su loa a Abraham Lincoln <Oh Capitán! Mi Capitán!>, mantra del profesor. También se expone laobra teatral de Shakespeare “El Sueño de Una Noche de Verano”, clara alusióncon lo que ocurre en la trama con Neil, aparece en la obra con una corona de ramitas, alegoría de su martirio y sacrificio, remarcando el mensaje de hay que perseguir los sueños.
Puesta en escena espléndida, sobresaliente diseño de producción de Wendy Stites (“Master & Commander”), aprovecha maravillosamente el escenario real de la St. School de Andrew en Middletown en Delaware, bellos exteriores, paisajes nevados, cuidando con mimo el detalle, esto enaltecido por la fascinante fotografía de John Seale (“El Paciente Inglés”) evocadora, jugando con travellings, slows para enfatizar dramatismo, planos subjetivos, tomas rotatorias, locuaces primeros planos, hermosos planos otoñales, paisajes blancos, preciosas imágenes con bandada de pájaros volando despavoridos en alegoría de alegría del que lo ha provocado, elegiaco plano nocturno cuando los Poetas Muertos van a su primera reunión, delicioso el juego de claroscuros en la filmación del teatro, alarde canalizador de emociones, y esto envuelto en la intensísima música del Maurice Jarre (“Lawrence De Arabia”) que ayuda a realzar el poder conmovedor del melodrama.
Dista de ser una obra maestra, es más popular que redonda, es nada original, el tema del profesor paternalista que intenta reconducir o abrir las mentes de su alumnado ha sido muy tocado en el cine, "Adios, Mr. Chips", "Rebelión en las aulas”, "Los mejores años de Miss Brodie", "Profesor Holland", “La sonrisa de la Mona Lisa”, “Mentes peligrosas”, o “La Clase” son buena prueba de que el tema dista de ser novedoso, y esta “El Club de …” aporta poco a esta galería de títulos. Las secuencias en la cueva del Club se sienten artificiosas, mal escritas, dejan sensación de dejadez, no transmiten misticismo, raro en un director que había jugado con esto en films como “Picnic en Hanging Roark” o “La Última Ola”, se ven reuniones gamberras para desafiar el poder, no sientes estén despertando a un nuevo mundo. En las escenas de clases que da Keating ves métodos de autoayuda de filosofía barata, sientes la pasión del maestro, la obnubilación de los chicos, pero arrancar hojas de un libro, dar vueltas caóticas por un patio o subirse a la mesa del profesor me queda artificioso y maniqueo. Peca de desequilibrio en el mosaico de las subtramas de los socios del club, la subhistoria de Neil ensombrece el resto, meros apósitos, un tímido, un romance juvenil cliché, o la rebeldía sin causa quedan en meras sombras de la intensa de Neil batallando contra las imposiciones de su padre.
Puesto en la balanza lo bueno y malo me queda una buena película, aunque algo manipuladora, sabe emocionarte, aunque si rascas le denotas costuras, pero marcada a fuego por el estelar Robin Williams. Fuerza y honor!!!
Spoiler:
Trémulo el tramo final, Neil en un ritual turbador planea y ejecuta su suicidio, con la nieva de trasfondo, vemos el rostro desencajado de su padre, soberbio, le sigue la Caza de Brujas en el colegio, esto decepciona, deja un rastro de que los Poetas Muertos son unos delatores sin demasiada integridad, traicionan a su mentor, culpan a este de influirlos malévolamente, por lo que es despedido, queda compensado por su tremendo final, mientras el director Mr. Nolan sustituye a Keating en clase, este pasa a recoger sus cosas y cuando se dispone a dejar el aula, Todd lo llama. intenta entre balbuceos disculparse, Mr. Nolan le hace callar, Todd en acto de rebeldía se sube a su mesa y pronuncia <Oh Capitán! Mi Capitán!>, Mr. Nolan exige se siente, pero entonces varios alumnos le imitan mirando con abnegación a Keating que observa estremecido el acto de homenaje, el espectador queda perturbado, no extrañando que las sensaciones vayan de enervarse el vello a soltar alguna lágrima, Glorioso, escena Icono del Séptimo Arte.
Puesta en escena espléndida, sobresaliente diseño de producción de Wendy Stites (“Master & Commander”), aprovecha maravillosamente el escenario real de la St. School de Andrew en Middletown en Delaware, bellos exteriores, paisajes nevados, cuidando con mimo el detalle, esto enaltecido por la fascinante fotografía de John Seale (“El Paciente Inglés”) evocadora, jugando con travellings, slows para enfatizar dramatismo, planos subjetivos, tomas rotatorias, locuaces primeros planos, hermosos planos otoñales, paisajes blancos, preciosas imágenes con bandada de pájaros volando despavoridos en alegoría de alegría del que lo ha provocado, elegiaco plano nocturno cuando los Poetas Muertos van a su primera reunión, delicioso el juego de claroscuros en la filmación del teatro, alarde canalizador de emociones, y esto envuelto en la intensísima música del Maurice Jarre (“Lawrence De Arabia”) que ayuda a realzar el poder conmovedor del melodrama.
Dista de ser una obra maestra, es más popular que redonda, es nada original, el tema del profesor paternalista que intenta reconducir o abrir las mentes de su alumnado ha sido muy tocado en el cine, "Adios, Mr. Chips", "Rebelión en las aulas”, "Los mejores años de Miss Brodie", "Profesor Holland", “La sonrisa de la Mona Lisa”, “Mentes peligrosas”, o “La Clase” son buena prueba de que el tema dista de ser novedoso, y esta “El Club de …” aporta poco a esta galería de títulos. Las secuencias en la cueva del Club se sienten artificiosas, mal escritas, dejan sensación de dejadez, no transmiten misticismo, raro en un director que había jugado con esto en films como “Picnic en Hanging Roark” o “La Última Ola”, se ven reuniones gamberras para desafiar el poder, no sientes estén despertando a un nuevo mundo. En las escenas de clases que da Keating ves métodos de autoayuda de filosofía barata, sientes la pasión del maestro, la obnubilación de los chicos, pero arrancar hojas de un libro, dar vueltas caóticas por un patio o subirse a la mesa del profesor me queda artificioso y maniqueo. Peca de desequilibrio en el mosaico de las subtramas de los socios del club, la subhistoria de Neil ensombrece el resto, meros apósitos, un tímido, un romance juvenil cliché, o la rebeldía sin causa quedan en meras sombras de la intensa de Neil batallando contra las imposiciones de su padre.
Puesto en la balanza lo bueno y malo me queda una buena película, aunque algo manipuladora, sabe emocionarte, aunque si rascas le denotas costuras, pero marcada a fuego por el estelar Robin Williams. Fuerza y honor!!!
Spoiler:
Trémulo el tramo final, Neil en un ritual turbador planea y ejecuta su suicidio, con la nieva de trasfondo, vemos el rostro desencajado de su padre, soberbio, le sigue la Caza de Brujas en el colegio, esto decepciona, deja un rastro de que los Poetas Muertos son unos delatores sin demasiada integridad, traicionan a su mentor, culpan a este de influirlos malévolamente, por lo que es despedido, queda compensado por su tremendo final, mientras el director Mr. Nolan sustituye a Keating en clase, este pasa a recoger sus cosas y cuando se dispone a dejar el aula, Todd lo llama. intenta entre balbuceos disculparse, Mr. Nolan le hace callar, Todd en acto de rebeldía se sube a su mesa y pronuncia <Oh Capitán! Mi Capitán!>, Mr. Nolan exige se siente, pero entonces varios alumnos le imitan mirando con abnegación a Keating que observa estremecido el acto de homenaje, el espectador queda perturbado, no extrañando que las sensaciones vayan de enervarse el vello a soltar alguna lágrima, Glorioso, escena Icono del Séptimo Arte.