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Voto de TOM REGAN:
8
7,7
12.840
Cine negro. Intriga
Michael O'Hara (Orson Welles), un marinero irlandés, entra a trabajar en un yate a las órdenes de un inválido casado con una mujer fatal (Rita Hayworth) y queda atrapado en una maraña de intrigas y asesinatos. (FILMAFFINITY)
11 de diciembre de 2015
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
198/12(30/15/12) Film controvertido, como toda la obra americana de Orson Welles tras su “Ciudadano Kane”, todas sus obras fueron mutiladas, mangoneadas, prostituidas por los productores, esta es buena prueba de ello, aún con todo lo bueno, queda la sensación de que pudo haber sido una de las cumbres del género “cine negro”, hay muchas marcas de la genialidad vanguardista del multifacético artista, pero es que el arrogante dueño de la Columbia, Harry Cohn, le cercenó una hora de metraje, de ahí algunas de sus lagunas narrativas e incoherencias.
OW adapta la novela "If I Die Before I Wake" [Si yo muero antes de despertar] (1938), de Sherwood King. El rodaje finalizó el 27 de febrero, con el presupuesto respetado por OW, pero a Cohn no le agradó el montaje original de OW, decía que era confusa y falta de primeros planos (Welles los evitó como recurso estilístico), tampoco le gustó el humor salpicado por la cinta. El mandamás ordenó una reedición (la haría Vila Lawrence) que masacraría la idea de OW, sesgando una hora el montaje original, tardando un año en finalizar esta nueva versión estrenada el 9 de junio de 1948. Con todo lo que más le dolió a OW fue la masacre que perpetraron en su clímax final, culmen surrealista en la casa de la risa del parque de atracciones, el director había editado 20 minutos de frenesí pesadillesco, con una desbordante creación de decorados imaginativos, y Cohn lo dejó en tres, menudo delito, el material desechado nunca se ha encontrado y se supone destruido. Puede que esta situación fuera parte de una vendetta del magnate, Cohn se creyó que OW había reflejado a él en la figura de Arthur Bannister, poderoso hombre que había “creado” a Rita Hayworth (él la tiñó de morena a pelirroja), la hizo un sex-simbol en la mítica “Gilda”, y OW se la “robó”, se casó con ella y para el film cambió su icónica imagen de pelirroja por un rubio platino, poco después del final del rodaje Hayworth y OW se divorciaron. Tras este film OW no volvió a trabajar en Hollywood, marchándose a Europa, volvió 10 años después para “Sed De Mal” (1958).
Como en la obra fílmica de OW de la historia fluye ambigüedad y complejidad moral, puebla sus universos de personajes grises, rebosantes de aristas, donde la línea entre el bien y el mal se torna en difusa, se suma un relato cogido por los pelos (probablemente “gracias” al montaje del productor), pero al que OW consigue dotar de un tremendo alma y de sentido del cine negro puro, con un antihéroe de protagonista, con una femme fatale espectacular, con personajes carroñeros amorales, con mentiras, traiciones, asesinatos, misterio, intriga, donde nada es lo que parece, asimismo relatado voz en off por el protagonista. OW edifica un film noir de atmósfera malsana, sombría, turbia, fatalista, donde el peligro y la inquietud está siempre latente, con una prodigiosa ambientación expresionista, sumado a diálogos brillantes, producen una absorbente narración con momentos de gran simbolismo visual (el oleaje del mar, acantilados o espejos), de sentido lírico, entremezclando con ingenio los instintos básicos del ser humano, la pasión, el amor, el deseo, la codicia y sobre todo el instinto de supervivencia, todo ello tejido en una telaraña de gran vigor, con giros inesperados.
Relato narrado voz en off por el protagonista Michael O´Hara, que nos imbuye de sus perversos y contradictorios pensamientos, que se nos va presentando como una pluma llevada por el viento del inexorable destino, se arrastrado por sus bajas pasiones hacia un trágico final, se sabe envuelto en una perniciosa trama, pero no puede escapar al influjo de la mujer fatal. Una fascinante Elsa, vértice retorcido de todos los males, como todo cine negro transpira una enorme misoginia, todos los hombres de la historia se ven magnetizados y manipulados por esta sensual mujer, se ven atrapados en un círculo vicioso, un nido de tiburones que aspiran a devorarse unos a otros, un clima en que el deseo sexual es manejado sutilmente por ella.
La cinta está partida en dos, en la primera parte se da la presentación de personajes, algo brusca (vuelvo a echarle la culpa a la eliminación de escenas), todo el tramo bucólico-enfermizo-erótico en el barco y sus paradas en playas paradisiacas de Centroamérica, con las tórridas imágenes de Elsa en bikini, con juegos de insinuaciones, con diálogos con dobles sentidos, con la formidable historia de O’Hara sobre los tiburones, donde ya ha quedado atrapado el protagonista en el cebo sexual de ella. La segunda parte es urbanita, acontece en San Francisco, un tramo más de thriller, con un juicio dantesco, delirante de humor negro fruto de un Everett Sloane cumbre (en lo que es una mordaz crítica al sistema judicial USA), y concluyendo en un clímax final Apoteósico, una de las escenas Iconos del Séptimo Arte, la de los espejos.
El film tiene la tara de un argumento que por momentos se torna confuso e incoherente en el comportamiento de algunos personajes, pero esto seguro es por el estropicio que la Columbia perpetró sobre su metraje, atrofiándolo de mala manera, recortando más de una hora, difícil no dañar el resultado final, ejemplo es el modo un tanto forzado en que se conocen Elsa y Michael, o como aparecen de la nada los criados chinos de Elsa para ayudarla.
Orson Welles realiza un papel que quizás no le sienta del todo bien, quizás a su amigo Joseph Cotten le habría encajado mejor, no termino de creérmelo como fiero lobo de mar enamorado hasta perder la razón de una mujer, aún así deja momentos soberbios, como cuando cuenta la historia de los tiburones. (sigue en spoiler)
OW adapta la novela "If I Die Before I Wake" [Si yo muero antes de despertar] (1938), de Sherwood King. El rodaje finalizó el 27 de febrero, con el presupuesto respetado por OW, pero a Cohn no le agradó el montaje original de OW, decía que era confusa y falta de primeros planos (Welles los evitó como recurso estilístico), tampoco le gustó el humor salpicado por la cinta. El mandamás ordenó una reedición (la haría Vila Lawrence) que masacraría la idea de OW, sesgando una hora el montaje original, tardando un año en finalizar esta nueva versión estrenada el 9 de junio de 1948. Con todo lo que más le dolió a OW fue la masacre que perpetraron en su clímax final, culmen surrealista en la casa de la risa del parque de atracciones, el director había editado 20 minutos de frenesí pesadillesco, con una desbordante creación de decorados imaginativos, y Cohn lo dejó en tres, menudo delito, el material desechado nunca se ha encontrado y se supone destruido. Puede que esta situación fuera parte de una vendetta del magnate, Cohn se creyó que OW había reflejado a él en la figura de Arthur Bannister, poderoso hombre que había “creado” a Rita Hayworth (él la tiñó de morena a pelirroja), la hizo un sex-simbol en la mítica “Gilda”, y OW se la “robó”, se casó con ella y para el film cambió su icónica imagen de pelirroja por un rubio platino, poco después del final del rodaje Hayworth y OW se divorciaron. Tras este film OW no volvió a trabajar en Hollywood, marchándose a Europa, volvió 10 años después para “Sed De Mal” (1958).
Como en la obra fílmica de OW de la historia fluye ambigüedad y complejidad moral, puebla sus universos de personajes grises, rebosantes de aristas, donde la línea entre el bien y el mal se torna en difusa, se suma un relato cogido por los pelos (probablemente “gracias” al montaje del productor), pero al que OW consigue dotar de un tremendo alma y de sentido del cine negro puro, con un antihéroe de protagonista, con una femme fatale espectacular, con personajes carroñeros amorales, con mentiras, traiciones, asesinatos, misterio, intriga, donde nada es lo que parece, asimismo relatado voz en off por el protagonista. OW edifica un film noir de atmósfera malsana, sombría, turbia, fatalista, donde el peligro y la inquietud está siempre latente, con una prodigiosa ambientación expresionista, sumado a diálogos brillantes, producen una absorbente narración con momentos de gran simbolismo visual (el oleaje del mar, acantilados o espejos), de sentido lírico, entremezclando con ingenio los instintos básicos del ser humano, la pasión, el amor, el deseo, la codicia y sobre todo el instinto de supervivencia, todo ello tejido en una telaraña de gran vigor, con giros inesperados.
Relato narrado voz en off por el protagonista Michael O´Hara, que nos imbuye de sus perversos y contradictorios pensamientos, que se nos va presentando como una pluma llevada por el viento del inexorable destino, se arrastrado por sus bajas pasiones hacia un trágico final, se sabe envuelto en una perniciosa trama, pero no puede escapar al influjo de la mujer fatal. Una fascinante Elsa, vértice retorcido de todos los males, como todo cine negro transpira una enorme misoginia, todos los hombres de la historia se ven magnetizados y manipulados por esta sensual mujer, se ven atrapados en un círculo vicioso, un nido de tiburones que aspiran a devorarse unos a otros, un clima en que el deseo sexual es manejado sutilmente por ella.
La cinta está partida en dos, en la primera parte se da la presentación de personajes, algo brusca (vuelvo a echarle la culpa a la eliminación de escenas), todo el tramo bucólico-enfermizo-erótico en el barco y sus paradas en playas paradisiacas de Centroamérica, con las tórridas imágenes de Elsa en bikini, con juegos de insinuaciones, con diálogos con dobles sentidos, con la formidable historia de O’Hara sobre los tiburones, donde ya ha quedado atrapado el protagonista en el cebo sexual de ella. La segunda parte es urbanita, acontece en San Francisco, un tramo más de thriller, con un juicio dantesco, delirante de humor negro fruto de un Everett Sloane cumbre (en lo que es una mordaz crítica al sistema judicial USA), y concluyendo en un clímax final Apoteósico, una de las escenas Iconos del Séptimo Arte, la de los espejos.
El film tiene la tara de un argumento que por momentos se torna confuso e incoherente en el comportamiento de algunos personajes, pero esto seguro es por el estropicio que la Columbia perpetró sobre su metraje, atrofiándolo de mala manera, recortando más de una hora, difícil no dañar el resultado final, ejemplo es el modo un tanto forzado en que se conocen Elsa y Michael, o como aparecen de la nada los criados chinos de Elsa para ayudarla.
Orson Welles realiza un papel que quizás no le sienta del todo bien, quizás a su amigo Joseph Cotten le habría encajado mejor, no termino de creérmelo como fiero lobo de mar enamorado hasta perder la razón de una mujer, aún así deja momentos soberbios, como cuando cuenta la historia de los tiburones. (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Rita Hayworth está espectacular, realiza una muy sensual y deliciosa interpretación, arrolladora mujer fatal, de mirada profunda, pose sexy, imposible no enamorarse de ella, no caer rendido a su sonrisa, electrizante, OW decidió romper con su imagen de melena pelirroja de “Gilda”, le corta el cabello y se lo tiñe de rubia platino, sublime. Everett Sloane bordea a su pérfido abogado, lo dota de carisma, de fuerte personalidad, de fina labia, aprovechando la tara física de su personaje para darle un toque siniestro, con un gran momento estelar en la cínica escena del juicio.
La puesta en escena es propia del genio OW, con una extraordinaria dirección artística de Sturges Carne (“Todos los hombres del Rey”) y Stephen Goosson (“Juan Nadie”), rodándose en locaciones de San Francisco, en su barrio chino, en el Acuario Steinhart en Golden Gate Park, en para la escena culminante en el Whitney Playland, en México en Sausalito y Acapulco, interiores se rodaron en los Columbia Pictures Studios, como curiosidad el yate Zaca de los Bannister era en realidad propiedad del famoso actor Errol Flynn, que lo patroneaba entre toma y toma, el intérprete se puede ver al fondo en una escena en la cantina de Acapulco. Todo enaltecido por la fenomenal fotografía de Charles Lawton Jr. (“3:10 to Yuma”), en glorioso b/n, haciendo de los paisajes mexicanos espacios bucólicos, imprimiendo en estos lares paradisiacos un halo de sombriedad, con encuadres muy expresivos, jugando con los picados y contrapicados, con las sombras, los claroscuros, los travellings circulares, experimentando con las imágenes metafóricas, resaltando con genio la profundidad de campo, en una labor de un gran dominio emocional. Adornado esto por la deliciosa música de Heinz Roemheld (“El gato Negro”), añadiendo a la banda sonora tres sugestivos temas, "Please Don't Kiss Me", interpretada de modo sensual por Elsa, y los latinos "Na Baixa do Sapatoiro (Bahia)" y “Amado mío”.
Spoiler:
Momentos recordables: El catalejo en primer plano viéndose en su lente reflejada la sombra chinesca de Elsa lanzándose al mar desde un risco; La canción que canta en la noche Elsa, "Please Don't Kiss Me", enfocada en primer plano cenital tumbada en el barco mientras fuma lánguidamente, trémulo; La historia de tiburones que cuenta Michael a Elsa, Arthur y George, en claro símil a su comportamiento carroñero; El diálogo entre Grisby y Michael, el primero <Crees que el mundo durará eternamente>, Michael responde <Supongo que no. Si tuvo un comienzo también tendrá un final>; La cuasi-surrealista escena del acuario, de un lirismo visual exacerbado, los amantes envueltos en contraluz, contándose sus amores y planes de futuro, enmarcados de modo onírico por las enormes peceras con los peces buceando, trémulo tramo; El modo en que Arthur Bannister deja como un tonto a Michael, tras contarle este al abogado el plan que le había propuesto Grisby sobre fingir el asesinato para cobrar el seguro, Arthur le comenta que no tenía sentido alguno, pues como iba a cobrar el seguro si le suponía muerto?; Los jocosos ocho minutos del juicio a Michael, una parodia en la que el abogado defensor, Arthur Bannister realiza un auto interrogatorio delirante de humor, haciendo de algo tan solemne como un juicio por asesinato, una mordaz crítica al sistema judicial americano, repleto de abogados estrella; La Mítica escena del clímax final en la sala de espejos, alegoría de las personalidades deformadas de los protagonistas, un alarde visual apoteósico; El grácil epílogo con Michael alejándose de donde “los tiburones” se han devorado unos a otros hasta morir, escuchamos su voz en off hablando de que en vez de declararlo inocente lo deberían declarar tonto.
Muy recomendable muestra de cine negro, realizada por uno de los grandes directores de la historia del Cine. Fuerza y honor!!!
Crítica sesgada por el límite de caracteres, ver íntegra en: http://tomregan.blogspot.com/2015/12/la-dama-de-shaghai.html
La puesta en escena es propia del genio OW, con una extraordinaria dirección artística de Sturges Carne (“Todos los hombres del Rey”) y Stephen Goosson (“Juan Nadie”), rodándose en locaciones de San Francisco, en su barrio chino, en el Acuario Steinhart en Golden Gate Park, en para la escena culminante en el Whitney Playland, en México en Sausalito y Acapulco, interiores se rodaron en los Columbia Pictures Studios, como curiosidad el yate Zaca de los Bannister era en realidad propiedad del famoso actor Errol Flynn, que lo patroneaba entre toma y toma, el intérprete se puede ver al fondo en una escena en la cantina de Acapulco. Todo enaltecido por la fenomenal fotografía de Charles Lawton Jr. (“3:10 to Yuma”), en glorioso b/n, haciendo de los paisajes mexicanos espacios bucólicos, imprimiendo en estos lares paradisiacos un halo de sombriedad, con encuadres muy expresivos, jugando con los picados y contrapicados, con las sombras, los claroscuros, los travellings circulares, experimentando con las imágenes metafóricas, resaltando con genio la profundidad de campo, en una labor de un gran dominio emocional. Adornado esto por la deliciosa música de Heinz Roemheld (“El gato Negro”), añadiendo a la banda sonora tres sugestivos temas, "Please Don't Kiss Me", interpretada de modo sensual por Elsa, y los latinos "Na Baixa do Sapatoiro (Bahia)" y “Amado mío”.
Spoiler:
Momentos recordables: El catalejo en primer plano viéndose en su lente reflejada la sombra chinesca de Elsa lanzándose al mar desde un risco; La canción que canta en la noche Elsa, "Please Don't Kiss Me", enfocada en primer plano cenital tumbada en el barco mientras fuma lánguidamente, trémulo; La historia de tiburones que cuenta Michael a Elsa, Arthur y George, en claro símil a su comportamiento carroñero; El diálogo entre Grisby y Michael, el primero <Crees que el mundo durará eternamente>, Michael responde <Supongo que no. Si tuvo un comienzo también tendrá un final>; La cuasi-surrealista escena del acuario, de un lirismo visual exacerbado, los amantes envueltos en contraluz, contándose sus amores y planes de futuro, enmarcados de modo onírico por las enormes peceras con los peces buceando, trémulo tramo; El modo en que Arthur Bannister deja como un tonto a Michael, tras contarle este al abogado el plan que le había propuesto Grisby sobre fingir el asesinato para cobrar el seguro, Arthur le comenta que no tenía sentido alguno, pues como iba a cobrar el seguro si le suponía muerto?; Los jocosos ocho minutos del juicio a Michael, una parodia en la que el abogado defensor, Arthur Bannister realiza un auto interrogatorio delirante de humor, haciendo de algo tan solemne como un juicio por asesinato, una mordaz crítica al sistema judicial americano, repleto de abogados estrella; La Mítica escena del clímax final en la sala de espejos, alegoría de las personalidades deformadas de los protagonistas, un alarde visual apoteósico; El grácil epílogo con Michael alejándose de donde “los tiburones” se han devorado unos a otros hasta morir, escuchamos su voz en off hablando de que en vez de declararlo inocente lo deberían declarar tonto.
Muy recomendable muestra de cine negro, realizada por uno de los grandes directores de la historia del Cine. Fuerza y honor!!!
Crítica sesgada por el límite de caracteres, ver íntegra en: http://tomregan.blogspot.com/2015/12/la-dama-de-shaghai.html