Media votos
6,5
Votos
5.707
Críticas
5.202
Listas
10
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de TOM REGAN:
6
7,3
14.361
Animación. Ciencia ficción. Fantástico. Intriga
La psiquiatra Atsuko Chiba ha desarrollado un método de terapia revolucionario denominado "PT", un prototipo de máquina experimental gracias a la cual es posible introducirse en la mente de los pacientes para tratar sus ansiedades. Pero uno de los modelos de PT es robado del laboratorio de la Dra. Atsuko, y comienzan a utilizarlo para invadir las mentes de sus creadores, destruyendo sus personalidades mientras duermen. (FILMAFFINITY)
12 de abril de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
55/02(06/04/19) Desequilibrado film ciencia ficción de animación nipón, y es que tiene sus sabrosos alicientes en un arranque sugerente y prometedor, y una ambientación onírico-pesadillesca radiante, pero tiene en su narrativa alambicada su mayor lastre. Escrito y dirigida por Satoshi Kon, adaptando la novela de 1993 de Yasutaka Tsutsui del mismo nombre, sobre un psicólogo de investigación que utiliza un dispositivo, que permite a los terapeutas ayudar a los pacientes al entrar en sus sueños. Es el cuarto y último largometraje de Konon antes de su muerte (el 24 de agosto de 2010 a la edad de 46 años de edad, víctima de un cáncer de páncreas). Relato que tiene elementos propios del novelista de culto de ciencia ficción Philip K, Dick, también hay similitudes por los del tratamiento de incrustarse en sueños de films como Dreamscape (1984), Hasta el fin del mundo (1991), The Cell (2000), y que a su vez pudo influenciar a Christopher Nolan para su “Inception” (2010), con escenas de esta última que son claramente embebidas de “Paprika”, como la del ascensor, los cristales que implosionan rebelando otra realidad, o la secuencia del largo pasillo donde los personajes desafían la gravedad. La cinta tiene su fuerte en lo sensorial, en la hermosa mezcla en algunos picos de las impactantes imágenes alegórico-psicológicas que se unen a la incisiva banda sonora turbadora, todo realizado con fulgor cromático, con mucho de metáfora estética, todo con sentido de proyectar emociones, pero no siempre lo consigue, pero su desarrollo se torna confuso, laberíntico, jugando demasiado con la percepción de realidad-sueño, y termina por darnos igual donde nos encontramos, como tampoco me genera reacción que les suceda a los protagonistas, dicho de paso demasiado planos, sin hondura. Por supuesto, aunque sea de animación, no es una película para niños, su temática puede aturdirlos.
En un futuro cercano, se ha inventado un nuevo tratamiento revolucionario de psicoterapia llamado terapia de sueño. Un dispositivo llamado "DC Mini" permite al usuario ver los sueños de las personas. El jefe del equipo que trabaja en este tratamiento, el doctor Atsuko Chiba, comienza a usar la máquina ilegalmente para ayudar a los pacientes psiquiátricos fuera del centro de investigación, utilizando su alter ego "Paprika", una persona sensible que asume en el mundo de los sueños. Paprika aconseja a la detective Toshimi Konakawa, quien está plagada de un sueño recurrente. Su estado incompleto es una gran fuente de ansiedad para él.
La cinta tiene incisivas bazas en saber atraparte con un inicio punzantemente turbador, con un detective (v.o. Akio Ôtsuka) buscando a un criminal en medio de un espectáculo circense, cuando de pronto todos tiene el rostro del detective, creando una paranoia surrealista. Hasta que nos enteramos que todo es fruto del DC Mini, un aparato experimental que hace que se puedan incrustar alter egos para manipular sueños, además de observarlos y grabarlos desde la realidad. Carta de presentación donde queda patente la imaginación puesta al servicio de la fulgente colorista ambientación, donde cada delirio visual intenta reflejar un estado de ánimo, una metáfora freudiana, cómo la amenazante gigantesca niña, o sobre todo el mantra claro de esto es la secuencia del desfile de electrodomésticos, muñecos y animales, seres inocentes en un contexto inquietante de avance cual para fiestera aterradora, una proyección de esquizofrenia de sueños colectivos que se atropellan unos a otros, adornado esto por la impactante música techno-pop creada por de Susumu Hirasawa. También deja constancia del protagonismo una terapeuta, doctora Atsuko, a través de su avatar (reflejo freudiano de super-yo) la pelirroja Paprika (v.o. de Megumi Hayashibara), parece ser contraparte de los sueños de doctora de cabello negro trabaja en el experimento DC Mini, y como puede surfear lo onírico cual hada mágica. Todo ello en un universo paralelo que toma el protagonismo, un mundo de ensueño febril, surrealista, del subconsciente, arropándose en una animación brillante, con fondos muy creativos, con transiciones vibrantes entre diferentes niveles de sueños, o frente a la realidad mundana. Todo un submundo animado inestable que desborda la pantalla en su fantasía, donde lo absurdo se da la mano con el surrealismo, todo arbitrario, cambiante, críptico, juego de espejos con resonancias a “Alicia en el país de las maravillas”, con desfiles esperpénticos, metamorfosis, mutaciones, clonaciones, todo en pos de generar emociones en el espectador,
Lo malo es una narrativa que se retuerce excesivamente, derivando en un desarrollo complicado de seguir, provocando confusión, con incoherencias varias, con una trama detectivesca naif, una percha hacia el thriller enclenque, ejemplo de ello es un villano penoso. Los personajes resultan más planos que una mesa, donde su apariencia marca a fuego su estereotipo, y es que el realizador está más ocupado en dar rienda suelta a su imaginación onírica que en dar sentido orgánico a la historia, quedando el mundo real aplastado por el de los sueños. No suma la polarización de las subtramas, abriendo demasiadas y dejándolas en medio de la nada. Quedando un producto muy vistoso, con escenas que recordarás por su fuerza visual, pero con un argumento que se va deshilachando a medida que se va inflando su provocativa atmósfera alucinada, esto hace que el espectador (o sea yo) quede esperando viñetas penetrantes pero en un contexto en el que la conexión emocional me es escasa (siendo benévolo).
En un futuro cercano, se ha inventado un nuevo tratamiento revolucionario de psicoterapia llamado terapia de sueño. Un dispositivo llamado "DC Mini" permite al usuario ver los sueños de las personas. El jefe del equipo que trabaja en este tratamiento, el doctor Atsuko Chiba, comienza a usar la máquina ilegalmente para ayudar a los pacientes psiquiátricos fuera del centro de investigación, utilizando su alter ego "Paprika", una persona sensible que asume en el mundo de los sueños. Paprika aconseja a la detective Toshimi Konakawa, quien está plagada de un sueño recurrente. Su estado incompleto es una gran fuente de ansiedad para él.
La cinta tiene incisivas bazas en saber atraparte con un inicio punzantemente turbador, con un detective (v.o. Akio Ôtsuka) buscando a un criminal en medio de un espectáculo circense, cuando de pronto todos tiene el rostro del detective, creando una paranoia surrealista. Hasta que nos enteramos que todo es fruto del DC Mini, un aparato experimental que hace que se puedan incrustar alter egos para manipular sueños, además de observarlos y grabarlos desde la realidad. Carta de presentación donde queda patente la imaginación puesta al servicio de la fulgente colorista ambientación, donde cada delirio visual intenta reflejar un estado de ánimo, una metáfora freudiana, cómo la amenazante gigantesca niña, o sobre todo el mantra claro de esto es la secuencia del desfile de electrodomésticos, muñecos y animales, seres inocentes en un contexto inquietante de avance cual para fiestera aterradora, una proyección de esquizofrenia de sueños colectivos que se atropellan unos a otros, adornado esto por la impactante música techno-pop creada por de Susumu Hirasawa. También deja constancia del protagonismo una terapeuta, doctora Atsuko, a través de su avatar (reflejo freudiano de super-yo) la pelirroja Paprika (v.o. de Megumi Hayashibara), parece ser contraparte de los sueños de doctora de cabello negro trabaja en el experimento DC Mini, y como puede surfear lo onírico cual hada mágica. Todo ello en un universo paralelo que toma el protagonismo, un mundo de ensueño febril, surrealista, del subconsciente, arropándose en una animación brillante, con fondos muy creativos, con transiciones vibrantes entre diferentes niveles de sueños, o frente a la realidad mundana. Todo un submundo animado inestable que desborda la pantalla en su fantasía, donde lo absurdo se da la mano con el surrealismo, todo arbitrario, cambiante, críptico, juego de espejos con resonancias a “Alicia en el país de las maravillas”, con desfiles esperpénticos, metamorfosis, mutaciones, clonaciones, todo en pos de generar emociones en el espectador,
Lo malo es una narrativa que se retuerce excesivamente, derivando en un desarrollo complicado de seguir, provocando confusión, con incoherencias varias, con una trama detectivesca naif, una percha hacia el thriller enclenque, ejemplo de ello es un villano penoso. Los personajes resultan más planos que una mesa, donde su apariencia marca a fuego su estereotipo, y es que el realizador está más ocupado en dar rienda suelta a su imaginación onírica que en dar sentido orgánico a la historia, quedando el mundo real aplastado por el de los sueños. No suma la polarización de las subtramas, abriendo demasiadas y dejándolas en medio de la nada. Quedando un producto muy vistoso, con escenas que recordarás por su fuerza visual, pero con un argumento que se va deshilachando a medida que se va inflando su provocativa atmósfera alucinada, esto hace que el espectador (o sea yo) quede esperando viñetas penetrantes pero en un contexto en el que la conexión emocional me es escasa (siendo benévolo).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Momento para el recuerdo es para mí uno prodigioso, cuando alguien tiene atrapada en una mesa tumbada a Paprika, esta persona baja su mano por el cuero hasta llegar a su bajo vientre (¿?), entonces hunde la extremidad en el cuerpo cual mantequilla, su mano se mueve cual cremallera hacia su cabeza, y cual mariposa se abre la especie de carcasa que es Paprika dejando al descubierto debajo a la doctora Atsuko, brillante alegoría de las máscaras que nos ponemos para pasar por otras personas que no somos.
Una adaptación en vivo de Paprika, dirigida por Wolfgang Petersen, se desarrolló en 2010. Sin embargo, desde el lanzamiento de Inception, la película de Christopher Nolan salió ese mismo año y tuvo una premisa similar, no ha habido ninguna actualización significativa sobre si se producirá la adaptación de Petersen.
En conjunto me queda una irregular cinta, de esas en que el continente es más interesante que su contenido, aunque este continente tiene picos estimables. Fuerza y honor!!!
Una adaptación en vivo de Paprika, dirigida por Wolfgang Petersen, se desarrolló en 2010. Sin embargo, desde el lanzamiento de Inception, la película de Christopher Nolan salió ese mismo año y tuvo una premisa similar, no ha habido ninguna actualización significativa sobre si se producirá la adaptación de Petersen.
En conjunto me queda una irregular cinta, de esas en que el continente es más interesante que su contenido, aunque este continente tiene picos estimables. Fuerza y honor!!!