41/22(25/02/12) Tortuoso y notable melodrama iraní, una compleja historia que nos habla de la familia, de la vejez, de los sentimientos de culpa, de la ira, de la religión, de la mentira, del orgullo, y lo hace con una dirección de Asghar Farhadi excelente. Lo primero es remarcar que no tiene nada que ver con el estilo parsimonioso que nos viene de la región, aquí el ritmo es ágil, el guión está en continua evolución. Cuenta como un matrimonio iraní de clase media, Simin (buena Leila Hatami) y Nader (Peyman Moadi), con una hija, deciden separarse, Nader tiene un padre en su piso con alzhéimer que requiere asistencia por lo que contrata a una mujer, Razieh (buena Sareh Bayat), pero tras una discusión esto lo lleva a un juicio truculento. Farhadi demuestra tanto en la realización como en el guión una solidez espléndida, como consigue atraparnos en una red de personajes al límite, donde los diálogos y discusiones emocionan, como la tridimensionalidad y humanidad de los personajes nos hace un clima enrarecido pues todos parecen tener un poco de razón, lo cual hace el relato muy creíble y cercano. Posee una gran puesta en escena, la cámara se mueve prodigiosamente por el piso, los juzgados superpoblados transmiten veracidad. Es un fresco pesimista de la sociedad iraní, donde las mujeres son segregadas, donde la pobreza más angustiosa es patente, los ancianos rozan el desamparo, en el que la justicia emite tercermundismo, en el que la mentira es un gran arma, es un mosaico que con sutileza muy inteligente demuele a los iraníes. Los actores bordan sus papeles, todos transmiten emociones, te tocan la fibra con sus conmovedoras interpretaciones, por resaltar una diría Sarina Farhadi (hija del director), que da vida a la hija de once años, Farhadi, estremece su inocencia y su amor a los padres, como sufre por su separación y como se cuestiona un mundo retorcido de mentiras, excelente. El realizador refleja maestría a la hora de dejarnos que sea el espectador el que juzgue los hechos, hay elipsis brillantes, como la de ocultarnos si la mujer cae o no sobre las escaleras, dota de un aura de misterio nebuloso la cinta, espléndido. Es una película donde los dilemas morales asfixian, donde la línea entre el bien y el mal es difusa, de una solidez notable, coronada por un final estremecedor. Como curiosidad decir que es la primera película de Irán que gana el Oscar a Mejor Film de habla No Inglesa, además de obtener la nominación al Mejor Guión. Recomendable a TODOS. Fuerza y honor!!!