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Voto de TOM REGAN:
4
6,2
25.205
Intriga. Thriller
Continuando desde donde lo dejó "Múltiple", "Glass" sigue los pasos de David Dunn (Bruce Willis) en su búsqueda de la figura superhumana de "La Bestia". En la sombra, Elijah Price (Samuel L. Jackson) parece emerger como una figura clave que conoce los secretos de ambos. Secuela de "El protegido" y "Múltiple", de M. Night Shyamalan. (FILMAFFINITY)
14 de junio de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
96/05(08/06/19) Decepcionante film realizado, guionizado y producido por M.N. Shyamalan secuela crossover de “El protegido” (2000) y de “Split” (2016), tiene un arranque esperanzador en el enfrentamiento Unbreakable vs Bestia, pero tras este tramo entramos en una aridez narrativa espesa, una errática y tediosa propuesta de cine de súper héroes, que aquí el realizador de “El sexto sentido” quiere hacer virar hacia el thriller psicológico-existencialista (puaj!), enclaustrando a tres supuestos súper-hombres en un psiquiátrico y psicoanalizándolos (puaj!). Todo resulta aquí lánguido, letárgico, agónico, esperas una catarsis que nunca llega, esperas un clímax poderoso y te encuentras con que la montaña ha parido un ratón lisiado, con personajes aletargados, carentes de alma, con un ritmo pesaroso, sin aportar algo nuevo al género, solo se salva de la quema la actuación de James McAvoy, pero solo es un apunte a pie de página de la que dio en “Split”, film que parecía el resurgir del cineasta de origen indio, y en realidad solo ha sido un oasis, hasta un reloj parado da dos veces bien la hora al día. A todo ello se suma el afán de Shyamalan por querer sorprender con sus finales, y en este caso resulta de una ridiculez atómica. El director intenta dar un nuevo prisma al híper-mega-trillado del sub-género súper héroes es loable, pero que esa nueva senda a explorar sea el psicoanálisis sobre los problemas de identidad personal, es una vía catastrófica en su desarrollo hastiante, cansino, soporífero, ha habido mejores sutiles cambios virando hacia la sátira y la parodia con por ejemplo “Deadpool”.
Todo el intríngulis (menudo palabro) tiene que ver con que una psiquiatra, Ellie Staple (encarnada en modo cliché por Sarah Paulson), que intenta hacer ver a los tres protagonistas, Glass, Unbreakable y Split, que son personas normales, que lo de súper héroes es producto de su trastornada mente. Y entonces la idea es torpedeada por el sin sentido, primero porque si no estuviéramos al tanto de “El protegido” o “Split” podría tener su intriga, pero cuando ya sabemos que David Dunn es indestructible y súper fuerte, y sabemos que Kevin puede transformarse en “La Bestia”, (cuál es el poder sobrenatural de Glass? La inteligencia, puaj!) cambiando a cuasi-Hulk que se sube (literalmente) por las paredes, todo este psicoanálisis carece de interés, se convierte en un rollo que aburre en medio de diálogos chuscos e infantiloides; Luego hilando más fino, queda una terapia burda, pues qué más da si son súper o son dementes, David no puede tomarse la justicia por su mano, La Bestia no puede secuestrar y comerse a sus víctimas, y Glass no puede provocar accidentes de tren, un absurdo tras otro.
La entrada en el Raven Hill Hospital Memorial se convierte en un somnífero insoportable, intentan introducir elementos de tensión como los gadgets para frenar a los súper-héroes, o las entrevistas jartibles, o las reuniones a tres, resultan artificios de un vacío penoso. Convirtiéndose la protagonista en la psicóloga embestida por Sarah Paulson, mediante ententes pretenciosos y hastiantes, con lo que al virar a una mujer plana de personalidad la cinta se contagia aún más de eso mismo, de encefalograma plano. Y siendo el único aliciente para seguir viendo el metraje el esperar un clímax que puede derrochar atractivo, pero este deriva en una batalla patética, con una coreografía infantil, con unos efectos visuales low cost, con una escenografía propia del que ha llegado al final del rodaje y se encuentra que ha dilapidado el presupuesto (no se en que pude ser en esta película), aun así Shyamalan pretendía sorprendernos con un giro final que diera (algo) de sentido al desarrollo de la cinta, pero esta resulta bochornoso (spoiler).
El director a través de su guión y que utiliza a Glass como alter ego para hacer pedagogía sobre el mundo de los comics y sus mitos súper-héroes, ya lo hacía marcando las cartas en “El protegido”, cuando abría la película disertando sobre este submundo, pero hoy día que semana si, semana también se estrena un blockbuster Marvel en el cine resulta ridículo que se nos quiera contar algo tan remasticado. Es más, la idea de que vivimos en un mundo en que los seres con poderes súper es algo ya tratado en X-Men, con lo que la sobre-explicación denota inseguridad en el libreto.
El único actor que parece tomarse en serio la película es James McAvoy como la Horda, aunque el efecto sorpresa que tenía en “Split” queda anulado, además de que su espacio en pantalla es mucho menor, se siente atropellado en poder exponer su extraordinaria capacidad mutante por sus 23 personalidades (aunque ni mucho menos aparecen todas), ejemplo el modo arrollador en que cambia cuando los focos le bombardean haciendo le pasar de un rol a otro, soberbio, una catarata de expresividad, lástima que se sienta todo como un alargado epílogo de la mencionada “Split”. Lastimosa es la relación que le imponen con una de sus víctimas, en clara alusión de “la Bella y La Bestia”, donde la belleza es tila para el salvajismo; Samuel L. Jackson encarna a Elijah-Glass, el que da título al film debería ser el eje, pero se siente un secundario en su película, durante la mayor parte del minutaje es un ser inerte, y después pone el piloto automático, desaprovechado es decir muy, pero muy poco; Bruce Willis como Unbreakable, resulta aún peor, todo el tiempo con rostro de estreñido, sin alma, sin carácter, un autómata cuasi-zombi en su nula expresividad; Sarah Paulson es un error de casting y de personaje incrustada en una historia equivocada… (sigo en spoiler)
Todo el intríngulis (menudo palabro) tiene que ver con que una psiquiatra, Ellie Staple (encarnada en modo cliché por Sarah Paulson), que intenta hacer ver a los tres protagonistas, Glass, Unbreakable y Split, que son personas normales, que lo de súper héroes es producto de su trastornada mente. Y entonces la idea es torpedeada por el sin sentido, primero porque si no estuviéramos al tanto de “El protegido” o “Split” podría tener su intriga, pero cuando ya sabemos que David Dunn es indestructible y súper fuerte, y sabemos que Kevin puede transformarse en “La Bestia”, (cuál es el poder sobrenatural de Glass? La inteligencia, puaj!) cambiando a cuasi-Hulk que se sube (literalmente) por las paredes, todo este psicoanálisis carece de interés, se convierte en un rollo que aburre en medio de diálogos chuscos e infantiloides; Luego hilando más fino, queda una terapia burda, pues qué más da si son súper o son dementes, David no puede tomarse la justicia por su mano, La Bestia no puede secuestrar y comerse a sus víctimas, y Glass no puede provocar accidentes de tren, un absurdo tras otro.
La entrada en el Raven Hill Hospital Memorial se convierte en un somnífero insoportable, intentan introducir elementos de tensión como los gadgets para frenar a los súper-héroes, o las entrevistas jartibles, o las reuniones a tres, resultan artificios de un vacío penoso. Convirtiéndose la protagonista en la psicóloga embestida por Sarah Paulson, mediante ententes pretenciosos y hastiantes, con lo que al virar a una mujer plana de personalidad la cinta se contagia aún más de eso mismo, de encefalograma plano. Y siendo el único aliciente para seguir viendo el metraje el esperar un clímax que puede derrochar atractivo, pero este deriva en una batalla patética, con una coreografía infantil, con unos efectos visuales low cost, con una escenografía propia del que ha llegado al final del rodaje y se encuentra que ha dilapidado el presupuesto (no se en que pude ser en esta película), aun así Shyamalan pretendía sorprendernos con un giro final que diera (algo) de sentido al desarrollo de la cinta, pero esta resulta bochornoso (spoiler).
El director a través de su guión y que utiliza a Glass como alter ego para hacer pedagogía sobre el mundo de los comics y sus mitos súper-héroes, ya lo hacía marcando las cartas en “El protegido”, cuando abría la película disertando sobre este submundo, pero hoy día que semana si, semana también se estrena un blockbuster Marvel en el cine resulta ridículo que se nos quiera contar algo tan remasticado. Es más, la idea de que vivimos en un mundo en que los seres con poderes súper es algo ya tratado en X-Men, con lo que la sobre-explicación denota inseguridad en el libreto.
El único actor que parece tomarse en serio la película es James McAvoy como la Horda, aunque el efecto sorpresa que tenía en “Split” queda anulado, además de que su espacio en pantalla es mucho menor, se siente atropellado en poder exponer su extraordinaria capacidad mutante por sus 23 personalidades (aunque ni mucho menos aparecen todas), ejemplo el modo arrollador en que cambia cuando los focos le bombardean haciendo le pasar de un rol a otro, soberbio, una catarata de expresividad, lástima que se sienta todo como un alargado epílogo de la mencionada “Split”. Lastimosa es la relación que le imponen con una de sus víctimas, en clara alusión de “la Bella y La Bestia”, donde la belleza es tila para el salvajismo; Samuel L. Jackson encarna a Elijah-Glass, el que da título al film debería ser el eje, pero se siente un secundario en su película, durante la mayor parte del minutaje es un ser inerte, y después pone el piloto automático, desaprovechado es decir muy, pero muy poco; Bruce Willis como Unbreakable, resulta aún peor, todo el tiempo con rostro de estreñido, sin alma, sin carácter, un autómata cuasi-zombi en su nula expresividad; Sarah Paulson es un error de casting y de personaje incrustada en una historia equivocada… (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
...Intenta el realizador poner alguien a cada “héroe” que se preocupe de ellos, para Unbreakable será su hijo, Joseph, encarnado por el mismo actor que en la primera parte, Spencer Treat Clark, innecesario es lo mejor que se puede decir de él; Casey es la plañidera de Split, encarnada por Anya Taylor-Joy, solo explicable su personaje desde el Síndrome de Estocolmo, grimante su rol (siendo benévolo); Charlayne Woodard da vida a la madre de Glass, chirriante ya desde su horrendo maquillaje protésico.
Podría hablar de la puesta en escena, donde Shyamalan a través de la cámara de Mike Gioulakis (“It follows” o “Nosotros”) intenta provocar emociones mediante primeros planos, planos holandeses, la multi pantalla, pero todo esto es accesorio. Si es para dar soporte a algo tan naif es nulo.
Spoiler:
Ese final con los tres patrocinadores (la Sra. Price, Joseph y Casey) de los súper-héroes, sentados en la estación, cogidos de la mano viendo como a todos llegan las imágenes de lo que sucedió en los aparcamientos del hospital, la “Batalla”, resulta cuando menos risible. Primero es que Shyamalan no sabe que en la red circulan videos Fake y nadie tomará en serio las imágenes, de un realismo propio de los Teletubbies, después de verlas pasará al video del mono que se mete el dedo en el culo, que ese sea todo el plan maestro de Glass, filtrar los videos a internet, es una idea propia de un niño de parvulario o aún más infantil. Y por cierto, veo en el video a La Bestia y a Unbreakable demostrando enorme fuerza, pero también vemos a Glass en silla de ruedas (puaj!).
A pesar del interés en una secuela, Touchstone Pictures optó por no financiar una. Shyamalan se dispuso a escribir Split con un personaje que había escrito para Unbreakable pero sacó de su guión debido a problemas de equilibrio. Shyamalan se dio cuenta de la oportunidad que tenía de crear una trilogía de obras y usó el final de Split para establecer la película como parte de la narrativa Unbreakable. Esto incluyó la obtención de los derechos de uso del personaje de Willis Unbreakable de Walt Disney Studios, con la promesa de incluir a Disney en la producción y distribución de esta tercera película junto con Universal Pictures. “Split” fue un éxito financiero y crítico, y en abril de 2017, Shyamalan anunció que comenzó el proceso de producción para “Glass”.
La filmografía de Shyamalan en su conjunto demuestra más que es “La chica del agua “ o “Airbender” que “El sexto sentido” o “Split”, espero que me haga zasca en la próxima película, pero lo que es en esta me he sentido estafado. Fuerza y honor!!!
Podría hablar de la puesta en escena, donde Shyamalan a través de la cámara de Mike Gioulakis (“It follows” o “Nosotros”) intenta provocar emociones mediante primeros planos, planos holandeses, la multi pantalla, pero todo esto es accesorio. Si es para dar soporte a algo tan naif es nulo.
Spoiler:
Ese final con los tres patrocinadores (la Sra. Price, Joseph y Casey) de los súper-héroes, sentados en la estación, cogidos de la mano viendo como a todos llegan las imágenes de lo que sucedió en los aparcamientos del hospital, la “Batalla”, resulta cuando menos risible. Primero es que Shyamalan no sabe que en la red circulan videos Fake y nadie tomará en serio las imágenes, de un realismo propio de los Teletubbies, después de verlas pasará al video del mono que se mete el dedo en el culo, que ese sea todo el plan maestro de Glass, filtrar los videos a internet, es una idea propia de un niño de parvulario o aún más infantil. Y por cierto, veo en el video a La Bestia y a Unbreakable demostrando enorme fuerza, pero también vemos a Glass en silla de ruedas (puaj!).
A pesar del interés en una secuela, Touchstone Pictures optó por no financiar una. Shyamalan se dispuso a escribir Split con un personaje que había escrito para Unbreakable pero sacó de su guión debido a problemas de equilibrio. Shyamalan se dio cuenta de la oportunidad que tenía de crear una trilogía de obras y usó el final de Split para establecer la película como parte de la narrativa Unbreakable. Esto incluyó la obtención de los derechos de uso del personaje de Willis Unbreakable de Walt Disney Studios, con la promesa de incluir a Disney en la producción y distribución de esta tercera película junto con Universal Pictures. “Split” fue un éxito financiero y crítico, y en abril de 2017, Shyamalan anunció que comenzó el proceso de producción para “Glass”.
La filmografía de Shyamalan en su conjunto demuestra más que es “La chica del agua “ o “Airbender” que “El sexto sentido” o “Split”, espero que me haga zasca en la próxima película, pero lo que es en esta me he sentido estafado. Fuerza y honor!!!