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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Intriga. Comedia El primer día del Carnaval, un sereno de Madrid encuentra el cadáver de una rica y avarienta prestamista, que ha sido asesinada. El principal sospechoso es un vendedor de relojes que le debía mucho dinero a la anciana. Tras ser detenido, su hija empieza a investigar por su cuenta para demostrar la inocencia de su padre. (FILMAFFINITY)
23 de enero de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
20/20(20/01/18) Divertido y amena comedia con el hilo conductor de una liviana trama policial, refrescante relato con mucho de cañí, dirigida y realizada por el madrileño Edgar Neville. Director nacido (1899-1967), Edgar Neville Romrée, IV Conde de Berlanga de Duero (Madrid, España; 28 de diciembre de 1899–ibídem, 23 de abril de 1967), fue un diplomático, escritor, autor de teatro, director de cine y pintor español, siempre consideró las calles de la capital como parte esencial de sus historias, involucrando personajes y situaciones en casi toda su filmografía: comenzando en la guerra con “Frente de Madrid” (1939) hasta “Mi calle” (1960), este amor por la capital hispana se despliega en este film, asimismo protagonizada por Conchita Montes (su pareja hasta su muerte), junto a un joven y ya notable Fernando Fernán Gómez (24 años). Además de ser una amena propuesta, con situaciones y diálogos refrescantes, sirve como documento gráfico del Madrid popular de la post-guerra, de sus aires castizos, con el popular Rastro madrileño siendo escenario importante de la narración, aderezado por la chulería intrínseca en sus gentes, sus charlatanes, sus chulapas, en un sainete con ribetes que se acercan al surrealismo cuando se mezcla con el bizarro carnaval, y con ello promoviendo algunas imágenes influenciadas por Goya. Desarrollo desenfadado donde prima la comedia, siendo de poca(o nula) importancia quien es el asesino, lo que atrae es el modo jocoso de contarlo.

Un film en el que de principio a fin se respira aire castizo, en las vestimentas, en los escenarios (las corralas típicas madrileñas), en los diálogos, delineando unos personajes con personalidad propia, con algunos matices, edificando una ingeniosa relación romántica de tensión sexual no resuelta éntrelos dos protagonistas (Conchita y Fernando). Manando de su metraje cariño por Madrid, en su costumbrismo social, en su modus vivendi, en miscelánea con un argumento policial bastante exiguo, sin intriga, ni intensidad, aquí lo que importa es el mostrar un reguero de situaciones donde la picaresca, las falsas apariencias, el trampantojo de los disfraces juegan con el espectador, con los bailes de disfraces, su entierro de la sardina, las confusiones, los juegos de caracteres por las máscaras, los enredos, y a la vez provocan humor.

Conchita Montes derrocha encanto y desparpajo, una delicia su soltura y jovialidad; Fernando Fernán Gómez demuestra su mesura y a la vez porte en un rol que encarna con esmero; La gran sorpresa para mí es Julia Lajos en un rol de amiga de la protagonista, tremenda en su naturalidad y torbellino de frescura cómica.

La puesta en escena rebosa espíritu cañí gracias a elementos como su diseño de producción de José María García Briz (“La vida en un hilo”), llevándonos por el populista Madrid, por su rastro, el teatro, su periferia, proyectando una incisiva ambientación carnavalesca, su caos y jolgorio, ayudado por el vestuario, y potenciado por la fotografía de Henri Barreyre (“La Torre de los siete jorobados”), realzando una sabrosa miscelánea entre la castiza urbe y la festivalera atmósfera reinante, componiendo algunas escenas de reminiscencias pictórico-Goyescas.

En conjunto, una película que no aspira a más que a ser un producto escapista que te haga pasar un buen rato, por supuesto que es nula en profundidad, tiene un aire trivial imperante, sus personajes no pasan de estereotipos, pero como divertimento sin aspiraciones cumple. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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