Haz click aquí para copiar la URL
España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Drama. Romance Adaptación de la novela "Grandes esperanzas" de Charles Dickens. El hijo de un humilde herrero es enviado a educarse a Londres gracias al dinero de un benefactor cuya identidad desconoce. (FILMAFFINITY)
27 de junio de 2013
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
67/10(09/04/13) Buena adaptación de David Lean de la popular novela de Charles Dickens ‘Great Expectations’, aunque el tiempo ha hecho estragos sobre ella, arrugándola y avejentándola en demasía, el tiempo es un juez implacable. La historia tiene lugar en el SXVIII en el sur de Inglaterra, el protagonista es un muchacho huérfano, Pip (Anthony Wagger de joven, John Mills de adulto), vive con su hermana y su marido, Joe Gargery (buen Bernard Miles), que es herrero, una ventosa mañana Pip va a visitar la tumba de sus padres, es sorprendido por un preso fugado, Magwitch (gran Finlay Currie) que lo acosa y exige que le traiga comida y una lima, Pip se los trae, días después el joven es llamado por una condesa, Havishan (buena Martina Hunt), para que haga compañía a ella y a su hija Stella (bella Jean Simmons), la condesa vive en una mansión decrépita, oscura, rebosante de telarañas y de polvo donde parece haberse parado el tiempo, es una misántropa que ha alienado a Stella para no tener sentimientos, Stella trata mal a Pip pero este no puede más que enamorarse de ella, Stella los abandona para ir a estudiar a Suiza, pasan seis años y Pip es aprendiz de herrero con su cuñado hasta que un día un abogado, Jaggers (buen Francis L. Sullivan ), les visita para ofrecer un enorme giro a la vida de Pip, un desconocido le ofrece una cuantiosa cifra por mes a cambio de que vaya a Londres a convertirse en un caballero, Pip acepta la oferta. La cinta tiene una brillante puesta en escena, un evocador diseño de producción de John Bryan (‘Cesar y Cleopatra’ , ‘Pygmalion’ o ‘Becket’), destila un goticismo tenebroso, apuntando alto con el impresionante tramo inicial, arranca en un plano general precioso, un enorme cielo con nubes sombrías, un muchacho corriendo entre pantanos, llega a un tétrico cementerio, el viento silba, jugando con el sonido para aterrorizar, lápidas torcidas, árboles azotados por el aire, y entre todo esto emerge una siniestra figura, un momento que bien podría salir de Frankenstein, a esto le sigue una segunda visita de Pip al camposanto, está envuelta en una fantasmagórica niebla, y el tercer segmento de estos bellos 20 primeros minutos es la persecución a los presos, todo transmite que estamos ante una sugerente obra cercana a la fantasía de terror, luego están la escenas en la mansión de la condesa de un expresionismo gótico turbador, parece que de un momento a otro saltaran fantasmas a la pantalla, a todo esto ayuda la excelente fotografía de Guy Green que dota una poderosa personalidad al retrato, también suma la adecuada música de Walter Goehr, realtan también las secuencias en que aparece Francis L. Sullivan como el abogado, personaje lleno de carisma y que emite ingenio, sabe dejar su marca, asimismo el Londres de época queda muy bien reflejado. El ritmo resulta fluido, derivando en una muy entretenida propuesta que nunca decae, dejándote atrapado al asiento, con un giro sorprendente al que no sepa de lo que va. A esto hay que sumarle unas notables interpretaciones de Finlay Currie, Martina Hunt, Bernard Miles y Francis L. Sullivan, clásicas de la gran escuela británica de actuación. Todo esto en el lado de lo positivo, en lo negativo está lo mal que ha soportado el paso de los años, el guión es su peor enemigo, todo es demasiado apresurado, no hay conexión con los protagonistas, no se entienden sus motivaciones, están mal expuestas las relaciones, resultan aturulladas, le hace falta metraje para que nos emocione lo que vemos, el romance Stella y Pip es de lo más soso, nada creíble, muy liviano, muy forzado, el tramo de Pip en Londres lo que me traspasa es que el joven es un haragán de cuidado, no es que quiera ser un caballero es que ansia ser un snob con el dinero de otro, lo que se llama ser un parásito social, no se le ve cultivarse en cultura, come, hace esgrima, boxea, un bon vivant sin más aspiración que vivir al día, lógico que Stella coquetee con alguien de posición, a esto se añade una sonrojante escena en que su cuñado Joe lo visita y Pip lo trata como a un apestado, Dickens se revolvería en su tumba, para colmo el final es de lo más chirriante y metido con calzador, aturullado y nada coherente con la narración, de hecho este no era el que Dickens puso en la novela. Luego están los descafeinados trabajos de los protagonistas John Mills, nada adecuado por edad (38 años, 22 tenía el de la novela), y muy resabiado, Alec Guiness en su debut en cine es un florero intrascendente puesto para poner dosis de humor, Valerie Hobson como Stella aparece en unas pocas escenas donde su huella es nula, es una pluma trivial. Me quedo con la primera parte hasta que Pip va Londres y todo el segmento en que vuelve Magwitch, llena de misterio y suspense, al resto le falta capacidad de emocionarnos, nos entretiene pero el potente libro de Dickens requiere más inspiración en muchos elementos para perdurar en el tiempo. Dickens arremetía en sus libros en contra de la pobreza, del maltrato a los presos, a los huérfanos, a las prostitutas, a las injusticias sociales, a las diferencias entre estratos sociales, los privilegiados y los humildes, de cómo los primeros pisoteaban a los segundos sin consideración, se erigió en paladín de las inmoralidades, este libro rezuma una dura crítica a la hipocresía reinante en la época. Lean recorta demasiado de la obra literaria, tanto que la deja en un esqueleto endeble que no apasiona, te ameniza, te deja una suave brisa de esperanza, pero esto es una estafa a Dickens pues el film nos obsequia con un final torticero que no guarda respeto a Charles. En la balanza entre aciertos y taras la dejo en un 6, puede que cuando la vuelva a ver le rebaje la nota. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow