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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Comedia. Drama En Roma, durante el verano, nobles decadentes, arribistas, políticos, criminales de altos vuelos, periodistas, actores, prelados, artistas e intelectuales tejen una trama de relaciones inconsistentes que se desarrollan en fastuosos palacios y villas. El centro de todas las reuniones es Jep Gambardella (Toni Servillo), un escritor de 65 años que escribió un solo libro y practica el periodismo. Dominado por la indolencia y el hastío, ... [+]
12 de junio de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
37/02(02/03/14- 20/08/23) Exuberante film de Paolo Sorrentino, tiene en su desmesura estética su gran pilar y gran riesgo, fastuoso retrato de la decadencia, del paso del tiempo, de lo plúmbeo de la belleza, de la superficialidad, hilo conductor un carismático personaje interpretado de modo majestuoso por Toni Servillo, nos sumerge con su cinismo en un universo hipócrita y snob, poblado de variopintos personajes.

Te fascinará o te repelerá, navega por la difusa línea entre la maestría y lo pretencioso, salvando las distancias recuerda a “Spring Breakers”, por lo de si se puede retratar el vacío existencial sin caer en él. El guión es del director napolitano y de Umberto Contarello, desarrollan un relato no lineal que estalla sobre la pantalla exponiendo temas tan universales como el peso de la vejez, el crepúsculo vital, las oportunidades perdidas, la belleza efímera, la lujuria, la frustración o la búsqueda de la Belleza Pura, tratado por lúcidamente, mezclando la mordacidad, lo etéreo de nuestra alma, el humor corrosivo, con diálogos y frases brillantes, con un poso de amargura nostálgica, en pos de encontrar un sentido al sinsentido de la vida. Sorrentino bebe del Federico Fellini de “La Dolce Vita” sumado con la decadencia viscontiana, radiografía Roma y sus gentes en un mosaico desalentador, primero la proyecta radiante visualmente, jamás se ha visto más Bella, más Hermosa, más Magnética, y luego la puebla de personajes vacuos, superficiales, pedantes, narcisistas, turbador coctel con la ancestral belleza romana, sus panteones, sus monumentos, sus fuentes y los rodea de gente vacía, es la clase burguesa en fiesta perpetua, hedonistas de profesión, intelectualoides cargantes e hipócritas por afición. En su feroz crítica tiene cabida la religión, los empresarios corruptos, la clase alta o el arte.

El film evoluciona de modo anárquico, enlaza realidad y ensueño, aúna recuerdos, anhelos, y melancolía metafísica, en el marco de la Ciudad Eterna, el co-protagonista, remarcado por su paradójico inicio, sobreimpresionado vemos el leit-motive del film: <Viajar es útil, hace trabajar la imaginación. Todo lo demás es desilusión y fatiga. El viaje es enteramente imaginario. Ahí reside su fuerza. Va de la vida a la muerte. Personas, animales, ciudades y cosas, todo es inventado. Es una novela, nada más que una historia ficticia. Lo dice Littre, él no se equivoca nunca. Y además, cualquiera puede hacer otro tanto. Basta con cerrar los ojos. Está en la otra parte de la vida.> (Louis-Ferdinand Celine de “Viaje Al Fin de La vida”), y bajo los acordes del estremecedor “I Lie” de David Lang interpretado por la coral femenina Torino Vocalensemble, hay un collage de imágenes de Roma, con hipnóticos travellings, la cámara parece levitar, monumento a Garibaldi, hay a un vagabundo tumbado en un banco, en contraste con el grandioso arte, nos suspen sobre la Fontana Dell’Acqua Paola, sobre la fuente el coro femenino nos deleita, hay un grupo de turistas nipones, una guía les asesora, un japonés se aleja a fotografiar la ciudad y se desvanece, quizás por el “Síndrome de Stendhal”, y cortamos a la noche con un desgarrador grito de mujer que anuncia una fastuosa celebración nocturna en una terraza, la música cambia radicalmente con el fiestero remix “Far L’Amore” cantado por Bob Sinclair y Rafaella Carra, decenas de personas bailando en frenesí, al fondo un enorme neón de “Martini”, bellas go-gos, primeros planos enérgicos mientras la música retumba en nuestros oídos, gente vestida sofisticadamente, bailan sensualmente, plano cenital en el que unos hombres mantean a una enana en éxtasis, bacanal en que no faltan las exhibicionistas, o, de una tarta-coliseo sale una mujer, vedette obesa en decadencia, tiene en su pecho un gran 65, la alzan y grita <Felicidades Jep, Felicidades Roma>, y a los 10 minutos aparece el protagonista, Jep, sonriendo, fumando y saludando, y cambia la música a “Mueve La Colita” del Gato DJ, la gente baila desenfrenadamente, las mujeres a un lado y los hombres al otro, en hilera, de pronto la música se ralentiza, vemos en medio a Jep tranquilamente encendiéndose un cigarrillo, mira a cámara y habla en off <A esa pregunta tan infantil mis amigos siempre contestaban lo mismo, los coños! Yo en cambio contestaba el olor de las casas de los viejos. La pregunta era: Que es lo que más te gusta de la vida? Estaba destinado a la sensibilidad. Estaba destinado a convertirme en escritor. Estaba destinado a convertirme en JEP GAMBARDELLA>, y hay un lindo plano de lejos en que se ve el ático en pleno frenesí, a un lado el neón de Martini y sobre el oscuro horizonte brilla sobreimpresionado el título “La Grande Bellezza”, 13 minutos excelsos, llenos de contrastes, por un lado la enraizada antigüedad Monumental, y por otro la superficial modernidad, fusionadas en una ciudad compleja. Es un inicio en que nos sentimos sacudidos, descolocados, no sabemos si es una película o un documental, zozobramos en esta orgia visual fascinante, una embrujadora puerta de entrado a un espectáculo singular.

Sorrentino proyecta cáusticamente un cuasi-documental de fauna y flora, en esta urbe milenaria germinan toda clase de tipos frívolos, actores de una gran farsa, donde la vanidad, el narcisismo, el egocentrismo florecen en un complejo desarrollo, ejercicio de estilo virtuoso estético, la cámara juega con planos de gran lirismo, dotado de un montaje vibrante provocador que pasa de la belleza pura a la plúmbea vida de estos guiñoles y viceversa, con una potencia visual expansiva, a veces excesiva, otras conmovedora, otras aparatosa, otras poética, siempre arrollando, impregnado el metraje de extrema sensibilidad gracias a su sibarita ambientación.

Puesta en escena Colosal, espectáculo sensorial epicúreo, diseño de producción impresionante de Stefania Cella paseándonos por una fulgurante Roma, sus monumentos, sus parques, sus palacios, sus fuentes, sus calles, …(continua en spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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