230/09(06/07/22) Enorme decepción esta de reencontrarme con mi pasado revisionando este zafio, soez, misógino, y lo que es peor, sin gracia alguna, que ha sido esta película que vi en mi adolescencia de los 80, en el tiempo de los videoclubs y lo recordaba divertido, ingenioso, loco, un deliro de humor. Pero desgraciadamente visto casi 40 años después de su estreno me ha sido todo un bajón, y me doy de bruces con aquello de las hormonas efervescentes de antaño, donde las constantes bromas sexuales, el constante desfile de pechos XXXXXL, la personalidad traviesa de unos amigos a los que todo les sale bien, han pasado a ser algo chabacano, grimante, patético, y donde las risas de antaño han dado paso a una repetida mueca de insatisfacción el verme de cara con mi yo con acné y darme cuenta de cómo las mentes filtran las diferentes situaciones.

Esta es una comedia dirigida por Neal Israel, escrita por Israel y Pat Proft (“Loca Academia de Policia” o “Agárralo como puedas”), surgiendo la idea de una despedida de soltero organizada por el productor Ron Moler y un grupo de amigos del también productor Bob Israel. Varios miembros del elenco y equipo de la película estaban en esa fiesta cuando la idea comenzó a tomar forma. La película se hizo a raíz del éxito de Police Academy. Siendo protagonizada por una estrella en ciernes en su segunda película, un Tom Hanks con buena vis cómica. La idea es más simple que el mecanismo de un martillo, como es (como su propio título indica) una despedida de soltero loca, que se va de las manos con prostitutas, striptease, sado, un burro, alcohol, drogas, un tipo con ansias suicidas, un running-gag tránsfobo, todo un akelarre de mal gusto puesto al servicio de algo sin la mínima imaginación, todo sucede de modo atropellado, sin sentido orgánico alguno, donde las situaciones más atontadas son superadas por la siguiente. Incluso para hacer un film gamberro hay que tener buenas ideas, y aquí brillan por su ausencia (solo se salva de la quema [porque todo no sea malo] el tramo en el cine con la parodia del 3D).

Es una especie de propuesta de batalla de sexos, donde la mujer es un objeto sexual a mangonear desde el minuto uno, con ese desagradable arranque en que un fotógrafo retrata a una mujer con su hijito, ella tiene grandes pechos que asoman por su voluminoso escote, entonces el fotógrafo pone el automático y se pone en medio de los dos a hacerse fotos y a medida de los flashes el escote es más grande, hasta que los pechos sobresalen, ella no se molesta, incluso llega el protagonista y también se pone con las tetas¸ y con esa presentación que queríamos, humor inteligente? Pues entonces olvídate de esta cinta. Todo es sal gorda, chistes low-cost, con diálogos tontunos, con escenas que uno se pregunta si el guion fue escrito por un equipo de monos borrachos (ejemplo la escena de Tom Hanks jugando al tenis pegando raquetazos sin ton ni son, y eso pretende provocar risas, puaj!)

Es una especie de intento de hacer ese tipo de films que tanto (desgraciadamente) se prodigaron en los 80 sobre jóvenes con ansias de sexo, como “Animal House”, del éxito de esta la película quiere recuperar incluso un personaje calcado al Bluto de John Belushi, ese tipo basto, asqueroso, y desagradable, con el rol al que da vida Barry Diamond como Rudy. Todo es un conjunto de personajes impersonales, sin alma, sin empatía alguna, con actuaciones que van de lo intrascendente (Michael Dudikoff que hace en la película?), sin secundarios que den algo de solidez al principal, todo es caos y desbarajuste. Importándome entre un bledo y nada lo que les pase a los protagonistas.

Hay humor tan ‘inteligente’ como pretender que riamos con una mujer de mediana edad en un club de striptease de hombres que coja el pene de un hombre de una bandeja y no quiera dejarlo; que en la fiesta de la habitación de hotel contraten un espectáculo de bestialismo para una mujer y un burro; que nos riamos de que un hombre se quiera suicidar cortándose las venas con una afeitador eléctrica; que nos riamos de que una mujer quiera un gang bang con unos asiáticos; que tire a un tipo atado a sábanas por la ventana de un hotel; tenemos a una (espectacular) mujer que sin saber porque se le ofrece años después de la secundaria al protagonista, y tenemos que verla desnuda (menudo monumento!), y como él tiene reparos (moralistas), pues la mandan a que se lie con el ‘enemigo’ de la fiesta (Robert Prescott), y ella lo acepta de buen grado (misoginia? No creo!).

Todo es un batiburrillo de mal gusto, que solo me vale como estudio del tipo de cine que floreció con éxito en la década de los 80 (la peor del cine). Gloria Ucrania!!!