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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
4
Intriga. Terror Durante la Segunda Guerra Mundial, un destacamento del ejército alemán se defiende de las tropas aliadas en un paraje montañoso en Rumanía. Allí se acuartelan en una misteriosa fortificación romana, ignorando las advertencias de los lugareños. (FILMAFFINITY)
12 de abril de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
97/10(10/04/23) No podía creer la crítica general tuviera razon en denigrar esta película dirigida por el maestro Maichael Mann, pero tristemente me tengo que decir que sí, es el peor trabajo del realizador de Chicago. Todo buen escribano (en este caso director de cine) puede tener un borrón, y este es un gran escribano con obras tan espléndidas como “El Último Mohicano”, “Heat”, o “Collateral”. Mann estaba en sus comienzos, su segundo largometraje para cine (había hecho en 1979 para tv “The Jericho Mile”) tras la exitosa “Ladrón” (1981), aquí quiso cambiar de género y virar al terror sobrenatural y naufragó en una producción con multitud de problemas que desgraciadamente salen a flote en pantalla, en lo referente a su caótica edición, fruto de la sangría que hubo que hacer sobre la idea original del director, el corte original de The Keep de Mann duraba 210 minutos (tres horas y media), pero la Paramount Pictures obligó a recortarla a aproximadamente 120 minutos (dos horas). Las proyecciones de prueba de este montaje no fueron favorables, por lo que Paramount redujo aún más la película a 96 minutos, en contra de los deseos de Mann. Estos cortes de último minuto dieron como resultado muchos agujeros en la trama, errores de continuidad, "saltos" obvios en la banda sonora y las escenas, y problemas de edición, personajes que desaparecen sin explicación (guardianes de la fortaleza), otros reducidos, un despropósito que Mann preferiría olvidar. Para colmo falleció el supervisor de los efectos visuales, el Tótem de la materia Wally Veevers (“2001”, “Excalibur” o “Superman”) durante el rodaje, llevándose consigo la idea de los efectos planeados, y hay algunos palpables inconsistencias entre la transformación de Molasar de una nube gaseosa a un que brilla por una imagen caricaturesca de goma con ojos ridículos rojos.

Escrita y dirigida por Michael Mann, adaptando la novela homónima de 1981 del escritor estadounidense F. Paul Wilson. Ambientada en Rumania durante la WWII, sigue a un grupo de soldados nazis que desatan una fuerza sobrenatural malévola después de establecer un campamento en una antigua fortaleza de piedra en las montañas de los Cárpatos, siendo protagonizada por un elenco de campanillas visto en retrospectiva, entonces eran poco conocidos, Scott Glenn, Gabriel Byrne, Jürgen Prochnow, Robert Prosky, Alberta Watson e Ian McKellen.

En 1941 en Rumanía, tras el comienzo de la Operación Barbarroja, una unidad Gebirgsjäger motorizada de la Wehrmacht, bajo el mando del capitán Klaus Woermann (Jürgen Prochnow), llega a una ciudadela deshabitada, conocida simplemente como 'La Fortaleza', con el objetivo de tomar el control de la Paso Dinu en las montañas de los Cárpatos. Tras unas muertes de soldados un destacamento de SS Einsatzkommandos, bajo el mando de sádicos SD Sturmbannführer Erich Kaempffer (Gabriel Byrne), llega para hacer frente a lo que se cree que es la actividad partidista soviética en un pueblo cercano. Ejecuta a tres civiles como castigo colectivo y toma a otros cinco como rehenes, a pesar de las protestas de Woermann. A instancias del sacerdote de la aldea local, el padre Mihail Fonescu (Robert Prosky), los alemanes recuperan a un historiador judío enfermo, Theodore Cuza (Ian McKellen), de un campo de concentración, junto a su hija Eva Cuza (Alberta Watson). También tendrá importancia en la trama un misterioso extraño llamado Glaeken Trismegestus (Scott Glen) llega de la Grecia ocupada por el Eje.

Tiene un inicio sugestivo, cargado de misticismo y misterio, con la presentación de escenario y de personajes, con esas columnas de Panzers avanzando entre cortados y riscos y llegando a un pueblo de los Cárpatos (como no acordarse de Drácula), y tomando posesión de una amenazante fortaleza adornada por crípticas cruces en sus muros, donde por la forma de construcción un capitán alemán deduce que está diseñada no como una defensa contra agresores externos, sino para evitar que algo salga. Todo ello adornado por la ominosa música techno del grupo Tangerine Dream (“Ladrón”), algo que siempre Mann ha cuidado mucho en sus películas para crear un clima incisivo turbador. Está la escena de como la avaricia es de lo peor de la Condición Humana y unos guardias codiciosos desatan el mal, siendo espectacular en este sentido la toma del abismo bajo la fortaleza, con ese violento travellings en forma de viento que irrumpe hacia la apertura abierta por un soldado, viendo su aterrado militar. Incluso tendremos un enfrentamiento entre un soldado alemán ‘bueno’ antifascista y otro de las SS, convencido nazi, que podría haber aportado al relato matices, pero se queda en algo superficial.

Desgraciadamente a medida que avanza la cosa se vuelve más y más aparatosa, se nota que quiere ser algo más que cine de terror escapista, pretende enfrentar y hacer una reflexión sobre la ambigüedad del Mal, pues enfrenta a nazis frente a un ‘demonio’, incluso queriendo ahondar en los metafísico y lo existencial, pero este planteamiento queda atrofiado por un desarrollo desastroso, donde las situaciones discurren a trompicones, desconciertan las personalidades grotescas, a pesar de ser hora y media se hace densa y pesarosa, se atasca, llegas a no entender lo que ocurre, siento que me he perdido algo (se lo llevó la tijera de edición), escenas tan grimantes como la secuencia sexual, donde un hombre y una mujer se encuentran y al minuto está fornicando a idiotesca cámara lenta (elemento este del slow donde Mann parece estar experimentando,… para mal, en varias escenas más), pues porque sí! Ah, ese hombre es un ser que no se sabe porque va desde Grecia allí, con unos ojos fosforitos. Llegados a un punto sientes que estas viendo el tráiler de una película, viñetas inconexas, y cuando aparece el aberrante Molasar la distinción pasa a ser serie B, pero muy B, por lo cutre, para mostrar eso mejor lo hubieran dejado velado tras el humo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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