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Voto de TOM REGAN:
6
7,4
1.591
Cine negro. Drama
Con sólo catorce años, Tolly ve cómo cuatro encapuchados asesinan a su padre. Veinte años después, su único objetivo es encontrarlos para satisfacer sus deseos de venganza. (FILMAFFINITY)
15 de marzo de 2021
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
74/07(05/03/21) Entretenido y muy ágil neo-noir serie b, producido, dirigido y escrito por Samuel Fuller, esto derivado de que el productor Ray Stark le pidió a Fuller que escribiera y dirigiera una película basada en el título de un artículo del Saturday Evening Post del reportero criminal del Boston Globe Joseph F. Dinneen, Fuller también se inspiró en un libro, “Here Is to Crime”, del periodista Riley Cooper. Ello para un relato que indaga en la delincuencia juvenil, en la toxicidad de los ánimos vengativos que te pueden autodestruir, en la corrupción moral, o en las ansias de redención, pero todo ello con superficialidad en su exposición simplista de un poder en la sombra de villanos que forman un sindicato del crimen con tentáculos en todo lo pernicioso. Posee pese a su notoria escasez de medios algunas buenas e intensas escenas, cargadas de una violencia arrolladora, fuera de campo, pero que la excelente filmación hacen nos lleguen con tremebundo efectismo. Aunque en su debe tiene algunas sub tramas un tanto débiles metidas con calzador, como es el (impostado) romance que parece incrustado con fórceps.
Cuenta la historia de un delincuente juvenil, Tolly Devlin (David Kent) de catorce años, que presencia a escondidas el asesinato de su padre, y entonces tiene el objetivo de dar con los culpables y matarlos.
Posee el film un comienzo trepidante, conformando un sub mundo criminal latente desde que vemos a un muchacho aprovecharse en Nochevieja de un borracho para robarle el reloj y cartera, esto rodado con gran pulso vigoroso por Fuller, con una edición vibrante que alterna planos cortos con travellings por un callejón oscuro, como adentrándonos en las fauces de un lóbrego lobo avernal, muy expresionista, marcando el tono visual de la cinta. Tras lo que presencia junto a una amiga mayor un crimen, esto visto genialmente mediante sombras proyectadas en la pared de un callejón, esto deriva en que la vida del adolescente pasa a ser la venganza, entrando en una espiral de delincuencia que lo lleva a orfanatos y reformatorios, hasta llegar a la cárcel, primera etapa de su vendetta, habiendo pasado 13 años desde la muerte del padre, ahora Tolly (Cliff Roberts) es un avezado ladrón de cajas de caudales, que Fuller con gran capacidad de síntesis, con inteligentes elipsis, nos sumerge en ,lo que será el grueso de la narración.
Con Tolly infiltrado en un poderoso sindicato del crimen. Exhibido cual metástasis incrustada en la sociedad a todos los niveles. Siendo en este sentido definitoria una reunión en la piscina donde el líder del grupo criminal Earl Connors (notable Robert Emhardt) da una charla aleccionadora a sus lugartenientes sobre cómo deben ser parte de la sociedad para parasitarla. Tolly se alía con el fiscal John Driscoll (buen Larry Gates, cual Eliot Ness), irá medrando cual serpiente para ir enemistando unos con otros para se maten unos a otros, una odisea donde el alma del protagonista quedará anulada. Esto reflejado en su relación con una ex prostituta, Cuddles (correctita Dolores Dorn), donde se nos hará ver que el corazón de Tolly parece no tener sentimientos. Todo ello para desembocar en un final además de previsible ya visto (spoiler).
Es una película que se mueve a golpe de imperativo de guión, empezando por que nos cuelan un sentimiento de venganza de un hijo por el asesinato de su padre, cuando nunca hemos visto siquiera al padre, y mucho menos una relación paterno-filial que nos pueda hacer entender esta ansia de vendetta, como tampoco a lo largo del metraje cuenta siquiera alguna anécdota que nos haga entender este cariño del hijo al progenitor; O que de buenas a primeras nos enteramos que el niño se ha convertido en ladrón de cajas fuertes.
Cuenta la historia de un delincuente juvenil, Tolly Devlin (David Kent) de catorce años, que presencia a escondidas el asesinato de su padre, y entonces tiene el objetivo de dar con los culpables y matarlos.
Posee el film un comienzo trepidante, conformando un sub mundo criminal latente desde que vemos a un muchacho aprovecharse en Nochevieja de un borracho para robarle el reloj y cartera, esto rodado con gran pulso vigoroso por Fuller, con una edición vibrante que alterna planos cortos con travellings por un callejón oscuro, como adentrándonos en las fauces de un lóbrego lobo avernal, muy expresionista, marcando el tono visual de la cinta. Tras lo que presencia junto a una amiga mayor un crimen, esto visto genialmente mediante sombras proyectadas en la pared de un callejón, esto deriva en que la vida del adolescente pasa a ser la venganza, entrando en una espiral de delincuencia que lo lleva a orfanatos y reformatorios, hasta llegar a la cárcel, primera etapa de su vendetta, habiendo pasado 13 años desde la muerte del padre, ahora Tolly (Cliff Roberts) es un avezado ladrón de cajas de caudales, que Fuller con gran capacidad de síntesis, con inteligentes elipsis, nos sumerge en ,lo que será el grueso de la narración.
Con Tolly infiltrado en un poderoso sindicato del crimen. Exhibido cual metástasis incrustada en la sociedad a todos los niveles. Siendo en este sentido definitoria una reunión en la piscina donde el líder del grupo criminal Earl Connors (notable Robert Emhardt) da una charla aleccionadora a sus lugartenientes sobre cómo deben ser parte de la sociedad para parasitarla. Tolly se alía con el fiscal John Driscoll (buen Larry Gates, cual Eliot Ness), irá medrando cual serpiente para ir enemistando unos con otros para se maten unos a otros, una odisea donde el alma del protagonista quedará anulada. Esto reflejado en su relación con una ex prostituta, Cuddles (correctita Dolores Dorn), donde se nos hará ver que el corazón de Tolly parece no tener sentimientos. Todo ello para desembocar en un final además de previsible ya visto (spoiler).
Es una película que se mueve a golpe de imperativo de guión, empezando por que nos cuelan un sentimiento de venganza de un hijo por el asesinato de su padre, cuando nunca hemos visto siquiera al padre, y mucho menos una relación paterno-filial que nos pueda hacer entender esta ansia de vendetta, como tampoco a lo largo del metraje cuenta siquiera alguna anécdota que nos haga entender este cariño del hijo al progenitor; O que de buenas a primeras nos enteramos que el niño se ha convertido en ladrón de cajas fuertes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Momentos recordables (aparte de los ya mencionados): El vil asesinato de la niñita en bici, filmado con notable maestría gracias a un expresivo montaje, donde alterna el coche del criminal Gus (Richard Rust), la chica en bici y la ventana con la madre, electrizante y tremebunda secuencia con el ruido del choque, el grito desesperado de la progenitora y al final la visión desoladora de la niña tirada en la calle muerta; El suicido del policía corrupto, tras una pelea por el arma el poli termina disparándose, lo vemos fuera de campo cuando tenemos la foto agujereada en la pared del muerto; El clímax con el protagonista yendo a por Earl Connors en la piscina, como primero golpea al guardaespaldas dejándolo inconsciente (recurso torpe el dejarlo para que se reanime) y como termina todo en la piscina con Tolly ahogando al gerifalte del crimen. Es curioso pues este es el único asesinato de Tolly, y no es uno de los que estuvo en el asesinato de su padre. Los tipos de los que se iba a vengar, uno murió de enfermedad en la cárcel, y los otros tres se matan entre sí, pero por las maniobras de Tolly; Y está el final, bastante teatral y poco creíble. Con Tolly tras matar a Earl es herido letalmente por el guardaespaldas, y sale a la calle tambaleándose durante muchísimos metros (parecen infinitos) por la calle nocturna desierta, hasta caer en un callejón muerto, en un movimiento circular de la historia, donde comenzando en un callejón con el adolescente Tolly robando a un borracho y acaba con Tolly fallecido en otro callejón. Esta carrera a ninguna aparte con la muerte persiguiendo al protagonista recuerda indefectiblemente a James Cagney en “Los violentos años 30”.
Me queda una cinta amena, que deja un buen regusto, aunque por la nota que veo me resulta sobrevalorada. Fuerza y honor!!!
Me queda una cinta amena, que deja un buen regusto, aunque por la nota que veo me resulta sobrevalorada. Fuerza y honor!!!