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Voto de TOM REGAN:
5
5,9
9.542
Drama. Thriller
En la antigua Unión Soviética, Leo Demidov (Hardy) es un oficial de la seguridad del Estado (MGB) y antiguo héroe de guerra, que cuando investiga una serie de asesinatos de niños, el Estado lo releva de su cargo y lo aparta de la investigación para preservar la ilusión de una sociedad utópica libre de crimen. Demidov luchará entonces por encontrar la verdad tras estos asesinatos y la auténtica razón por la que el gobierno rehúsa ... [+]
14 de agosto de 2022
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
259/10(10/08/22) Decepcionante thriller que a priori tenía muchas bazas a su favor, pero que la errática dirección del sueco de origen chileno Daniel Espinosa desperdicia de modo penoso. Tenemos un exitoso best-seller homónimo de Tom Rob Smith de 2008, una historia sugerente que mezcla un psycho-killer de niños (a lo M, en realidad basándose libremente en el asesino en serie soviético Andrei Chikatilo, que perpetró sus crímenes entre 1978 y 1990, después de lo expuesto en este film, soiendo sus víctimas más de 44; historia ya llevada al cine en “Citizen X” en 1995), con el régimen del terror stalinista, está la producción siempre solvente de Ridley scott, tenemos de guionista al gran Richar Price (“Clockers” o “El color del dinero”), está protagonizada por un gran elenco interpretativo (irritantemente desaprovechados) en los Tom Hardy (un gran actor en un rol desorientado), Gary Oldman (da igual lo que le echen, el deja huella, es el único), Noomi Rapace (tiene un papel complejo al que no le saca jugo, amén de tener nula química con Hardy; siendo benévolo, deja una buena escena cuando cuenta la realidad de su ‘amor’ a Leo), Joel Kinnaman (un guiñol de villano), Paddy Considine (un psycho-killer cuasi fantasma por la escasa presencia e importancia que tiene, penoso que un gran actor como él sea maltratado de este modo), Jason Clarke (tiene un pequeño papel sin mucho fuste) y Vincent Cassel (ridículo lo que pinta en la cinta este racial actor).
Pero todo lo bueno es saboteado por un director que demuestra que la producción le viene grande. Un relato con mucho potencial en cómo se radiografían las interioridades de un régimen soviético tiránico, paranoico, cainita, e incluso kafkiano (con ribetes al sin sentido de ‘Catch 22’, en que partimos, ya desde el sobreimpresionado inicial, con que el asesinato es una enfermedad del capitalismo y la decadencia occidental, y por tanto no pueden tener lugar en el paraíso de los trabajadores que ha creado Stalin; en realidad esto es una morcilla que no trago, pues serian malos los soviéticos [que lo eran, y mucho], pero no idiotas). Tiene una ambientación que se nota muy cuidada y de calibre en el costo, exponiendo un micro universo deprimente, mugriento, miserable, donde se respira el temor al de al lado, esto se entrelaza a una historia de persecución contra viento y marea de un asesino de niños parece algo atractivo en principio. Pero Espinosa convierte algo que pensaba sería ágil, en una cosa espesa, difusa, con demasiadas subtramas, con vaivenes incomprensibles, con situaciones chirriantes, con un ritmo lento y pesaroso, donde la tijera debió actuar sobre un metraje desproporcionado de 137 minutos. Amén de en su chusco rush final ir desmadejando varios finales cual matrioshkas y a cuál más penoso. Puede que si el editor hubiera sabido o le hubieran dejado habríamos visto otra película más fluida y no este mejunje que se deshilacha a cada minuto. Encima no saben ni jugar con la identidad del asesinato, que te la destapan sin ton, ni son, no hay misterio alguno, como no hay personalidad del criminal, uno que pasaba por allí, no hay la conexión que seguramente debiera para hacernos ver es hijo del stalinismo, nada de esto hay, un rol que podría haber dado juego cual Peter Lorre en “M”, o Hannibal/Hopkins en “El silencio de los corderos” queda aquí reducido a una presencia sin carácter, sin siquiera provocar un mínimo de terror, nunca lo vemos ni cerca de sus crímenes, y que para colmo, una vez se ponen a investigarlo dan con él en un plis plas, todo lo demás son los michelines de como el protagonista debe luchar contra el aparato stalinista ya en las últimas. Siendo estúpido que sitúen la acción en 1953 y sin embargo no hagan referencia alguna a que Stalin muere el 5 de marzo de este año.
Parece la introducción de este infanticida sea un mero McGuffin que llega a estorbar para exhibir este estado aterrador, donde la sospecha y el delator puede ser incluso el marido, donde la fina línea entre la vida y la muerte es nimia. Pero esto lo van liando en conspiraciones, traiciones, lealtades, amores forzados, deportaciones extrañas, investigaciones low cost. Un film que se va estirando y estirando hasta que el espectador (ósea, yo) se siente cansado y comienza a mirar el reloj, e incluso piensa que la película no tiene dirección alguna, y me agota en sus reiteraciones, con encima un villano caricaturesco que actúa cual pollo sin cabeza, pues ya me explicará alguien porque no quiere que atrapen a un asesino? Es una madeja que se lía sin tener que hacerlo, pues quitando lo innecesario podría quedar algo sugestivo, pero lo que hay es jartible en su modo de desarrollarlo. Hace un coctel mal avenido entre cómo se vivía en el régimen soviético de entonces, el complicado matrimonio entre la pareja protagónica, y la investigación para dar con el asesino, y todo esto se entremezcla de forma desequilibrada y tosca.
Tiene un doble prólogo desconcertante pro como se nota una morcilla que se mete ahí para constancia de dos hechos históricos soviéticos, por un lado el Holodomor en 1933, como se llamó al genocidio que en los años 30 perpetró Stalin contra la población Ucraniana (9 décadas después el genocidio es directamente con armas; que raro que no quieran los ucranianos a los rusos). Y luego nos llevan a la toma los soviéticos de Berlín en 1945, con la famosa foto del abandera de la Hoz y el martillo ondeando sobre el bundestag alemán; Estos dos escenarios tiene importancia en la trama del film? Pues NO! Es un pegote que seguro a alguien de la producción le fue bonito colarnos porque SÍ!
Pero todo lo bueno es saboteado por un director que demuestra que la producción le viene grande. Un relato con mucho potencial en cómo se radiografían las interioridades de un régimen soviético tiránico, paranoico, cainita, e incluso kafkiano (con ribetes al sin sentido de ‘Catch 22’, en que partimos, ya desde el sobreimpresionado inicial, con que el asesinato es una enfermedad del capitalismo y la decadencia occidental, y por tanto no pueden tener lugar en el paraíso de los trabajadores que ha creado Stalin; en realidad esto es una morcilla que no trago, pues serian malos los soviéticos [que lo eran, y mucho], pero no idiotas). Tiene una ambientación que se nota muy cuidada y de calibre en el costo, exponiendo un micro universo deprimente, mugriento, miserable, donde se respira el temor al de al lado, esto se entrelaza a una historia de persecución contra viento y marea de un asesino de niños parece algo atractivo en principio. Pero Espinosa convierte algo que pensaba sería ágil, en una cosa espesa, difusa, con demasiadas subtramas, con vaivenes incomprensibles, con situaciones chirriantes, con un ritmo lento y pesaroso, donde la tijera debió actuar sobre un metraje desproporcionado de 137 minutos. Amén de en su chusco rush final ir desmadejando varios finales cual matrioshkas y a cuál más penoso. Puede que si el editor hubiera sabido o le hubieran dejado habríamos visto otra película más fluida y no este mejunje que se deshilacha a cada minuto. Encima no saben ni jugar con la identidad del asesinato, que te la destapan sin ton, ni son, no hay misterio alguno, como no hay personalidad del criminal, uno que pasaba por allí, no hay la conexión que seguramente debiera para hacernos ver es hijo del stalinismo, nada de esto hay, un rol que podría haber dado juego cual Peter Lorre en “M”, o Hannibal/Hopkins en “El silencio de los corderos” queda aquí reducido a una presencia sin carácter, sin siquiera provocar un mínimo de terror, nunca lo vemos ni cerca de sus crímenes, y que para colmo, una vez se ponen a investigarlo dan con él en un plis plas, todo lo demás son los michelines de como el protagonista debe luchar contra el aparato stalinista ya en las últimas. Siendo estúpido que sitúen la acción en 1953 y sin embargo no hagan referencia alguna a que Stalin muere el 5 de marzo de este año.
Parece la introducción de este infanticida sea un mero McGuffin que llega a estorbar para exhibir este estado aterrador, donde la sospecha y el delator puede ser incluso el marido, donde la fina línea entre la vida y la muerte es nimia. Pero esto lo van liando en conspiraciones, traiciones, lealtades, amores forzados, deportaciones extrañas, investigaciones low cost. Un film que se va estirando y estirando hasta que el espectador (ósea, yo) se siente cansado y comienza a mirar el reloj, e incluso piensa que la película no tiene dirección alguna, y me agota en sus reiteraciones, con encima un villano caricaturesco que actúa cual pollo sin cabeza, pues ya me explicará alguien porque no quiere que atrapen a un asesino? Es una madeja que se lía sin tener que hacerlo, pues quitando lo innecesario podría quedar algo sugestivo, pero lo que hay es jartible en su modo de desarrollarlo. Hace un coctel mal avenido entre cómo se vivía en el régimen soviético de entonces, el complicado matrimonio entre la pareja protagónica, y la investigación para dar con el asesino, y todo esto se entremezcla de forma desequilibrada y tosca.
Tiene un doble prólogo desconcertante pro como se nota una morcilla que se mete ahí para constancia de dos hechos históricos soviéticos, por un lado el Holodomor en 1933, como se llamó al genocidio que en los años 30 perpetró Stalin contra la población Ucraniana (9 décadas después el genocidio es directamente con armas; que raro que no quieran los ucranianos a los rusos). Y luego nos llevan a la toma los soviéticos de Berlín en 1945, con la famosa foto del abandera de la Hoz y el martillo ondeando sobre el bundestag alemán; Estos dos escenarios tiene importancia en la trama del film? Pues NO! Es un pegote que seguro a alguien de la producción le fue bonito colarnos porque SÍ!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Luego nos trasladan a 1953 en una secuencia con claras reminiscencias a ser una copia barata del arranque de la tarantiniana “Malditos Bastardos” (2009), con la llegada del NKGB (antecedente del KGB) a una granja en un prado, cual los nazis comandados por el temible coronel Hans Landa en la referida, aunque la escena va por otros derroteros menos sutiles y más aparatosos, donde hay unos asesinatos a todas luces desproporcionados, ello para establecer la personalidad psicópata del villano encarnado por Joel Kinnaman, y como nuestro Leo Demikdov (Hardy) tiene buen corazón, a pesar de su idealismo soviético. Luego entramos en como el aparato de la policía secreta tortura como medio de interrogatorio, para luego ejecutarte sin juicio. Pero sin embargo cuando a nuestro héroe leo lo ponen contra las cuerdas por su esposa, resulta que con ellos son más comedidos, pues por imperativo del guión. Esto aunque debería haber sido un gran dilema moral, se resuelve de forma apresurada y sin que nos cale lo más mínimo. Por lo mismo que han matado a otros a ellos simplemente los envían de viaje lejos de Moscú, hacen el viaje en un tren de ganado, en una típica secuencia del traslado de judíos a los campos de exterminio nazis, donde de ‘premio’ nos cuelan una escena de pelea sin pies ni cabeza en el vagón, varios de los ‘pasajeros’ se han vuelto salvajes sin remedio, porqué ocurre esto? Pues por imperativo del guión (una morcilla)! (es más más tarde hay otro viaje a la inversa y se hace una elipsis sobre el mismo, como si nada); Pero los envían a un gulag siberiano por traidores? Nada por el estilo, ella tendrá su trabajo de limpiadora, que se supone es una gran humillación para ella que es profesora. Y el de ayudante de un general (siempre carismático Gary Oldman). Y oh, casualidad allí también hay niños asesinados, esos que nos habían colado en una subtrama en Moscú, pero como oficialmente no hay asesinatos en la URSS, pues a otra cosa. Pero el general es más receptivo que en Moscú y se alía con Leo. Lo cual da lugar a que nos metan una sub trama de homofobia un tanto insertada con fórceps para puede hablarnos de la homofobia en el presente en Rusia. Tenemos llamadas como pollo sin cabeza de Vasily (Kinnaman) a Raisa (Rapace) para asustarla con no sé qué, y hacerla querer huir a no se sabe dónde, pues por imperativo del guión!
Tenemos un chusco clímax en medio de una pelea de barro donde no se sabe quien es quien, pero llegados a este punto tampoco me importa mucho. Esto aderezado por un final que se estuiira más que la visita de los suegros.
Por decir algo bueno, destacaría la atmosférica cinematografía de Oliver Wood (La saga Bourne), transportándonos en sus tonos granulados a este deprimente tiempo y lugar, una fotografía mugrienta y feísta que se amolda al clima que quiere emitir la historia.
El criminal en que se inspira el personaje de Considine es Andréi Románovich Chikatilo (16 de octubre de 1936- 14 de febrero de 1994), un asesino en serie y caníbal soviético. Chikatilo es considerado el peor asesino en serie de la historia de la Unión Soviética. Fue conocido como "el Carnicero de Rostov", "el Destripador Rojo" y "el Destripador de Rostov" y cometió asalto sexual, asesinato y mutilación de al menos 52 mujeres y niños entre 1978 y 1990 en la Rusia soviética, la Ucrania soviética y el Uzbekistán soviético. Chikatilo confesó un total de 56 asesinatos, y fue juzgado por 53 de estos en abril de 1992. Fue condenado y sentenciado por 52 muertes en octubre de 1992; posteriormente, fue ejecutado en febrero de 1994.
Me queda una propuesta fallida, que al querer abarcar más de lo que puede se deshilacha por todos lados. Gloria Ucrania!!!
Tenemos un chusco clímax en medio de una pelea de barro donde no se sabe quien es quien, pero llegados a este punto tampoco me importa mucho. Esto aderezado por un final que se estuiira más que la visita de los suegros.
Por decir algo bueno, destacaría la atmosférica cinematografía de Oliver Wood (La saga Bourne), transportándonos en sus tonos granulados a este deprimente tiempo y lugar, una fotografía mugrienta y feísta que se amolda al clima que quiere emitir la historia.
El criminal en que se inspira el personaje de Considine es Andréi Románovich Chikatilo (16 de octubre de 1936- 14 de febrero de 1994), un asesino en serie y caníbal soviético. Chikatilo es considerado el peor asesino en serie de la historia de la Unión Soviética. Fue conocido como "el Carnicero de Rostov", "el Destripador Rojo" y "el Destripador de Rostov" y cometió asalto sexual, asesinato y mutilación de al menos 52 mujeres y niños entre 1978 y 1990 en la Rusia soviética, la Ucrania soviética y el Uzbekistán soviético. Chikatilo confesó un total de 56 asesinatos, y fue juzgado por 53 de estos en abril de 1992. Fue condenado y sentenciado por 52 muertes en octubre de 1992; posteriormente, fue ejecutado en febrero de 1994.
Me queda una propuesta fallida, que al querer abarcar más de lo que puede se deshilacha por todos lados. Gloria Ucrania!!!