Haz click aquí para copiar la URL
España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Western. Romance El capitán Harold se incorpora al tercer regimiento de Caballería, en Fort Doniphan. El general McCabe, comandante del fuerte, pretende aniquilar a los indios sioux, a pesar de que las órdenes del gobernador son obligarlos a permanecer en las reservas. Pero este ambicioso general está dispuesto a sacrificar a sus hombres con tal de obtener una victoria que lo catapulte a la gloria. Sam Peckinpah empezó el rodaje, pero fue sustituido por Arnold Laven. (FILMAFFINITY) [+]
15 de septiembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
252/11(10/09/23) Irregular y fallido western que he visto única y exclusivamente por estar involucrado en el Sam Peckinpah, que está acreditado como guionista, aunque hay versiones sobre que estuvo en la dirección en el inicio del rodaje y luego lo abandonó, hay otras que niegan esto. Lo que sí está claro es que el libreto tiene señas de identidad de Bloody Sam, empezando porque es una cuasi-copia de su problemática “Mayor Dundee” estrenada ese mismo año 1965, donde se dan cita los mantras ‘peckinpahianos’, historias de hombres, amistades-rivalidades clásicas, su sentido del deber, la amistad de machos, problemas con la autoridad y sus abusos, misoginia, peleas donde se gasta testosterona. En lo que es claramente un remedo oficioso de la historia que llevó a la famosa derrota del Séptimo de Caballería en Little Big Horn por la arrogancia del General Custer contra los nativos, aquí es el mismo relato, pero alterando los nombres a ficticios, amén de exponer la mítica contienda en fuera de campo, desde otro batallón, solo seremos testigos de las consecuencias. Este tramo final con claros efluvios fordianos en como se filma a la tropa en columnas por los páramos del oeste, en la vistosa fotografía en Panavision y Color De Luxe del gran bi oscarizado (“La Rosa tatuada·” o “Hud”) James Wong Howe en tomas generales con cielos coloridos que dan un tono poético a las secuencias muy superior a la calidad general de la peli.

Fue dirigida por un artesano de la tv como Arnold Laven, donde Peck adaptaba la novela de 1956 “The Dice of God” de Hoffman Birney, siendo protagonizada por unos melifluos y blanditos Tom Tryon y Harve Presnell, que forman un triángulo romántico con el indeciso rol que encarna una tan hermosa como inane austriaca Senta Berger, en papeles más pequeños Andrew Duggan como el emulo del arrogante General Custer, tiene una rivalidad con el Capitán Harris (Tryon) porque este le culpa de haber sacrificado tropas en su beneficio en una batalla tiempo atrás, en el ataque a los apaches en Wishbone Creek (léase que es en realidad el Mayor Elliott en la masacre de Cheyenne en Washita), , lo que es el esbozo de precedente que veremos en el final. El único que aprovecha su actuación como es un primerizo entonces James Caan como el bad-ass irlandés Anthony Dugan. Valga la opinión de Peckinpah que calificó la película como "... un desastre total debido al casting. Todas las personas en la película eran buenas. Es decir, todos habían sido buenas en otras películas, pero en realidad no pertenecían a esta. Es una película miserable. Y una de las razones por las que decidí no escribir más. Pero estaba en la calle. Tenía que escribir".

Film del oeste funcional, con cliché entrenamiento a novatos para el ejército, con cliché peleas grotescas de saloon, con cliché choques entre subordinados y jefes, hay romance grimante donde una mujer no sabe decidirse entre el explorador civil y el abnegado oficial, los dos se enfrentan, pero al que tiene que decidir es ella, y se comporta como una caprichosa detestable, seguramente en la onda Peck y su misoginia. Ah, y tenemos un clímax final en batalla bien llevado, sin alaracas, pero bueno, con un epílogo que huele a Peckinpah en su mensaje punzante, de lo mejor del film. Junto con lo accesorio de su grácil fotografía del gran James Wong Howe. Quedando demostrado que Laven como director de cine era muy escasito, como lo demuestra que nunca dirigió algo destacable.

No ayuda a sumar una pareja protagónica endeble, nada que ver con las utilizó Peckinpah en su similares obras como Randolph Scott & Joel McCrea en “Duelo en la Alta sierra”, Charlton Heston & Richard Harris en “Mayor Dundee”, “William Holden & Robert Ryan en “Grupo Salvaje” o James Coburn & Kris Kristofferson en “Pat Garrert & Billy the Kid”, comparar a Tom Tryon & Harve Presnell (con un tupé moderno que me saca de la película) es un insulto a la profesión de actor, son dos débiles intérpretes a los que decir que los papeles les quedan grandes es quedarse corto. El ritmo resulta atrompicado, con dos partes, donde en la primera parte es un retrato mil veces visto de la vida alrededor de un fuerte del ejército USA en un film del oeste, con todos sus tropos habidos y por haber, sin pizca de imaginación, quieren hacer un mosaico de este tipo de vida y le queda al director algo rancio en lo ajado, dando demasiado tiempo al triángulo romántico grimante, solo sostenido por los caprichos de una mujer irritante en su comportamiento, y en que sus dos pretendientes no saben que es dignidad, una sub trama repelente (le añaden una sub trama ella con la esposa del general, donde esta segunda la denigra por hobby). Tampoco entiendo insertos tan chirriantes como el ataque que sufren los soldados desarmados de unos tipos disfrazados de indios, un pegote de vergüenza ajena. Como es pastelosa y pobre otra sub trama que se refiere a un soldado, Martin Hale (insípido Michael Anderson jr) que espera lo licencien antes de ir a combatir, pues su padre ha pagado para lo liberen de su contrato con el ejército USA; En la segunda parte se toma impulso, y es donde tiene sentido y algo de hondura su mensaje de la arrogancia de los que ostentan el poder, de como su megalomanía puede llevarnos a trágicas consecuencias, sin ser grandiosa, si se eleva esta parte muy por lo alto de la primera, tampoco el listón estaba alto. Aunque se echa en falta que nos expliquen meridianamente por qué el Séptimo de Caballería debe batallar contra los sioux. Esta parte si lleva sello Peckinpah en su revisionismo del oeste, en su desmitificación, en su ataque al militarismo que sacrifica vida en pos de una gloria ponzoñosa.

El director incluye dosis de comedia que no me hacen ni siquiera provocar una mueca, donde sobresalen en este sentido las desventuras del soldado encarnado por James Caan, un rebelde contra los mandones oficiales.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow