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Voto de TOM REGAN:
7
6,4
6.433
Fantástico. Comedia
¿Qué pasaría si Dios existiese y viviese en Bruselas? Dios en la Tierra es un cobarde, tiene patéticos códigos morales y su conducta con su familia es odiosa. Su hija Ea, que se aburre mortalmente en la anodina Bruselas, decide rebelarse contra su padre, entra en su ordenador y desvela a todo el mundo el día d su fallecimiento, con lo que hace que de repente todas las personas reflexionen sobre qué hacer con los días, meses, o años que ... [+]
1 de abril de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
43/06(10/03/16) Sugestivo film belga, escrito, producido y realizado por Jaco Van Dormel (guioniza junto a Thomas Gunzig), una cinta punteada con picos de espléndido realismo mágico, con un encantador humor negro, una original y fresca propuesta, que consigue engancharte desde el inicio con su fantasiosa idea de reversionar la historia de Dios como un ser mezquino, juguetón y vengativo, todo contado desde el punto de vista de la rebelde hija de Dios, derivando en una divertida comedia, con buenos momentos, con situaciones bizarras atractivas, lástima que no mantenga el buen nivel durante todo el metraje, y denote cierto desequilibrio en su bloque central que hace no se eleve más, al entrar en las subtramas de los discípulos la irregularidad se adueña de la historia, hace el espectador se aleje algo de la acción, sumándose que el personaje más divertido, Dios, deje de estar presente durante muchos minutos. Destaca el actor que encarna a Dios, Benoît Poelvoorde, un cómico francés que demuestra una vis cómica oscura tremenda, así como sobresale la joven Pili Grayne como la hija de Dios, demuestra una dulzura y dulzura deliciosa. Posee una ambientación notable, que recuerda indefectiblemente por su colorido y el susodicho realismo mágico al estilo del Jean-Pierre Jeunet de “Amelie”.
La cinta te engancha con su prólogo, rebosante de humor, con su particular Génesis, con la creación del mundo (Bruselas), con la creación de los humanos, con el caustico y juguetón Dios creando las leyes (de Murphy) para entretenerse y reírse de los humanos, esto relatado con gran ritmo, con un trepidante encadenado de gags divertidísimos, con diálogos en el deprimente apartamento de Dios vibrantes de energía, con situaciones de estupendo humor negro, pero en su giro argumental gana en reflexión existencial sobre cómo nos tomaríamos los humanos si nos dijeran la fecha exacta de nuestra muerte, gran elemento para radiografiar la compleja Naturaleza de las personas, pero a la que nos e le saca el jugo que desprende la situación, y en cuanto Dios y su hija pisan Bruselas, la cinta gana en desequilibrio, las historias de estos apóstoles no dan tanto de sí como el director cree, se pierde en pensamientos pretenciosos en los que roza en algún momento la caricatura bufa, quedando un gran hueco con la falta del personaje Dios, un tipo divertidísimo, pero en su tramo final se vuelve a elevar y sube enteros con un clímax sugestivo y atractivo. Está bien la reflexión sobre como los humanos desperdiciamos el tiempo y no disfrutamos del instante que estamos en el mundo, cuando nuestro objetivo debería ser intentar ser felices y hacer lo que nos guste, no ser prisioneros de los convencionalismos de nuestra sociedad, pues bien, esto que sobre el pale resulta de hondura es tratado de modo cercano a lo bufo, y lo peor es que el realizador se nota quiere pontificar, debería haberse dedicado más al humor y no querer ser tan serio, le iba mejor el tono de bizarrada políticamente incorrecta, haciendo chanzas de la religión, de sus arcaicos dogmas. Cuando el tono es de sátira la historia se eleva y divierte. La historia destaca por su fantasía visual cercana al susodicho estilo de Jeunet aderezado con algo de Terry Gilliam, imposible no ver en el despacho de Dios, con esas paredes con infinitos ficheros reminiscencias de imágenes de “Brazil” (1985), con dosis de magia evocadora, que intenta transformar la realidad en un cuento, donde nuestra ordinaria realidad es mostrada como algo frustrante, esto gracias en parte a un Dios maligno, travieso, patético, egocéntrico, en contraposición al marcado estilo femenino de la Hija, que anhela cambiar el mundo con su tierna inteligencia. Relato desarrollado con gran imaginación visual, con momentos de buen humor, entremezclado con un retrato de personas defectuosas y bajas en autoestima, que cuando conocen el día de su fallecimiento cambian, su cerebro hace clic y deciden hacer lo que realmente siempre han querido.
Agradece el director y guionista no dé sermones sobre como la religión, en este caso el cristianismo, que nos coarta, toca la beatería, pero de un modo un tanto liviano, a modo de sketch superficial, donde su análisis sobre el sentido de la vida se queda en un esbozo, se habla del amor, del odio, de las ilusiones, de la muerte, sobre la opresión patriarcal, contra el machismo, y sobre todo habla de la vida, pero todo sin armas para tener calado suficiente para perdurar, nos viene a decir Van Dormel que solo un Dios cruel y que no le importemos podría jugar con nosotros y dejarnos sufrir tanto. Esto podría entenderse como una herejía o blasfemia, pero su poder de profundizar es tenue como para molestar, aunque siempre habrá gente con la piel tan fina que les ofenderá.
Existe cierto irregularidad en el coctel de géneros, pretende más de lo que puede Van Dormel, y eso que parte de una idea con bastante potencial, en cuanto tienen que exprimir la inanidad del ser humano se atrancan en momentos visualmente ingeniosos y hermosos por momentos, pero quedan plúmbeos, lo de la búsqueda de los discípulos queda en un bosquejo que no se sabe hacia dónde va, el Renuevo Testamento es una excusa un tanto vaga, liviana para dar sentido de hondura a la historia, llega a desorientarse entre tanto personaje exagerado y esperpéntico, a pasarse de rosca, se desaprovechan personajes de gran valía como el de la mujer de Dios, o por supuesto el susodicho Dios, intenta dar profundidad, pero su tratamiento se queda por momentos en pretencioso.
La cinta te engancha con su prólogo, rebosante de humor, con su particular Génesis, con la creación del mundo (Bruselas), con la creación de los humanos, con el caustico y juguetón Dios creando las leyes (de Murphy) para entretenerse y reírse de los humanos, esto relatado con gran ritmo, con un trepidante encadenado de gags divertidísimos, con diálogos en el deprimente apartamento de Dios vibrantes de energía, con situaciones de estupendo humor negro, pero en su giro argumental gana en reflexión existencial sobre cómo nos tomaríamos los humanos si nos dijeran la fecha exacta de nuestra muerte, gran elemento para radiografiar la compleja Naturaleza de las personas, pero a la que nos e le saca el jugo que desprende la situación, y en cuanto Dios y su hija pisan Bruselas, la cinta gana en desequilibrio, las historias de estos apóstoles no dan tanto de sí como el director cree, se pierde en pensamientos pretenciosos en los que roza en algún momento la caricatura bufa, quedando un gran hueco con la falta del personaje Dios, un tipo divertidísimo, pero en su tramo final se vuelve a elevar y sube enteros con un clímax sugestivo y atractivo. Está bien la reflexión sobre como los humanos desperdiciamos el tiempo y no disfrutamos del instante que estamos en el mundo, cuando nuestro objetivo debería ser intentar ser felices y hacer lo que nos guste, no ser prisioneros de los convencionalismos de nuestra sociedad, pues bien, esto que sobre el pale resulta de hondura es tratado de modo cercano a lo bufo, y lo peor es que el realizador se nota quiere pontificar, debería haberse dedicado más al humor y no querer ser tan serio, le iba mejor el tono de bizarrada políticamente incorrecta, haciendo chanzas de la religión, de sus arcaicos dogmas. Cuando el tono es de sátira la historia se eleva y divierte. La historia destaca por su fantasía visual cercana al susodicho estilo de Jeunet aderezado con algo de Terry Gilliam, imposible no ver en el despacho de Dios, con esas paredes con infinitos ficheros reminiscencias de imágenes de “Brazil” (1985), con dosis de magia evocadora, que intenta transformar la realidad en un cuento, donde nuestra ordinaria realidad es mostrada como algo frustrante, esto gracias en parte a un Dios maligno, travieso, patético, egocéntrico, en contraposición al marcado estilo femenino de la Hija, que anhela cambiar el mundo con su tierna inteligencia. Relato desarrollado con gran imaginación visual, con momentos de buen humor, entremezclado con un retrato de personas defectuosas y bajas en autoestima, que cuando conocen el día de su fallecimiento cambian, su cerebro hace clic y deciden hacer lo que realmente siempre han querido.
Agradece el director y guionista no dé sermones sobre como la religión, en este caso el cristianismo, que nos coarta, toca la beatería, pero de un modo un tanto liviano, a modo de sketch superficial, donde su análisis sobre el sentido de la vida se queda en un esbozo, se habla del amor, del odio, de las ilusiones, de la muerte, sobre la opresión patriarcal, contra el machismo, y sobre todo habla de la vida, pero todo sin armas para tener calado suficiente para perdurar, nos viene a decir Van Dormel que solo un Dios cruel y que no le importemos podría jugar con nosotros y dejarnos sufrir tanto. Esto podría entenderse como una herejía o blasfemia, pero su poder de profundizar es tenue como para molestar, aunque siempre habrá gente con la piel tan fina que les ofenderá.
Existe cierto irregularidad en el coctel de géneros, pretende más de lo que puede Van Dormel, y eso que parte de una idea con bastante potencial, en cuanto tienen que exprimir la inanidad del ser humano se atrancan en momentos visualmente ingeniosos y hermosos por momentos, pero quedan plúmbeos, lo de la búsqueda de los discípulos queda en un bosquejo que no se sabe hacia dónde va, el Renuevo Testamento es una excusa un tanto vaga, liviana para dar sentido de hondura a la historia, llega a desorientarse entre tanto personaje exagerado y esperpéntico, a pasarse de rosca, se desaprovechan personajes de gran valía como el de la mujer de Dios, o por supuesto el susodicho Dios, intenta dar profundidad, pero su tratamiento se queda por momentos en pretencioso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Vibrante puesta en escena, con muy imaginativo diseño de producción de Sylvie Olivé (“Mr. Nobody”), rodándose en Bruselas, destaca el apartameto de Dios, su despacho, y sus localizaciones de la capital belga, ensalzado por la fascinante fotografía de Christophe Beaucarne (“Mr. Nobody”), sabe manejar el cromatismo de modo inteligente, tonos apagados en susodicho apartamento, y resplandeciente en exteriores de día, crea bonitas postales de Bruselas, con tonalidades evocadores, y cuando la cámara se fija en las personas se denota inspiración en el fotógrafo polaco Andrzej Dragan, transmite en sus rostros pesadumbre y tristeza cruda, acentuado por filtros. Encantadora la música de An Pierlé (“Ex Drummer”), destacar el añadido del precioso tema de Charles Trenet “La mer”. Muy buen uso se hace de los efectos visuales, nada intrusivos y orgánicamente expuestos con sentido.
Benoît Poelvoorde en una actuación impresionante, Dios cruento, violento, travieso, machista, despótico, mal padre, y lo sabe hacer trasladando una vis cómica, de hecho de las taras del film es no darle más cancha con su carismática presencia. Pili Groyne es un grato descubrimiento, con mucha frescura y desparpajo se mueve por la pantalla, emitiendo naturalidad. Yolanda Moreau encarna a la esposa de Dios con transmitiendo el retrato robot de una mujer maltratada, apocada, acomplejada, y lo hace muy bien. El resto del reparto quyeda un tanto desdibujado, si acaso sobresaltar a Laura Verlinden como Aurelie, por lo estremecedor de su intrahistoria, la que más cala, aportando una tremenda dulzura a su rol.
Momentos recordables: El ya mentado tramo en que Ea nos cuenta el Génesis, ideas imaginativas, resulta que Dios comenzó por Bruselas (El Paraíso), y por la desierta urbe veremos animales transitar, jirafas, avestruces, etc... estos pasearan tranquilamente por calles y supermercados, al final el hombre, está desnudo, pero con una banda negra superpuesta sobre sus genitales, tras esto la mujer, y sus descendientes, y tras esto las hilarantes “Leyes de Murphy”, como que la tostada si cae siempre caerá del lado untado, etc... delirante; Cuando a la mesa Dios arremete contra JC por no hacerle caso y bajar a la Tierra; Las charlas que tiene con JC convertido en figura, divertidas; Los jocosos momentos en que Dios sufre las consecuencias físicas ( y de la tostada) de su maltrecha creación en forma de mundo, llegando a cabrear a un sacerdote; Los salpicados videos de un joven, Kevin (...), que desafía a la fecha de su muerte de a muchos años, para ello salta de puentes altos, de aviones, se coloca una bomba, muy humorístico. Aunque le encuentro un pero, puede que no muera, pero podría quedarse paralítico, y no sé que es peor, o si, y no es morir, pero hay que darle la licencia; Cuando un marido encuentra a su esposa acostada con un orangután, ella se lo toma de modo flemático, el simio arremete contra el esposo, surrealista; Cuando la esposa de Dios encuentra que para apañar el pc del esposo solo tiene que reiniciarlo, y decide teñir de luz y esperanza jubilosa el mundo, al contrario de Dios, los humanos ya no sabrán cuando fallecerán, el cielo será más bonito, con figuras de gran colorido, ya los humanos no estarán sometidos a la gravedad, pudiendo caminar por rascacielos, podrán pasear por los bellos fondos marinos, esto mientras vemos a dios sometido a una cadena de montaje en una fábrica de lavadoras en Uzbekistán, rebusca en cada una a ver si está la conexión para volver a su apartamento y escapar al mundo que el construyó y que no soporta; El realizador incrusta al final de los créditos finales un gag referente al susodicho Kevin, que pocos verán, seguro los de las televisiones, empeñadas en cercenar estos créditos en cuanto aparecen para ganar tiempo para publicidad.
Recomendable a los que gusten de fábulas morales con buenos momentos, aunque se eche en falta un mejor aprovechamiento de las buenas ideas con que está salpicado el metraje. Fuerza y honor!!!
Benoît Poelvoorde en una actuación impresionante, Dios cruento, violento, travieso, machista, despótico, mal padre, y lo sabe hacer trasladando una vis cómica, de hecho de las taras del film es no darle más cancha con su carismática presencia. Pili Groyne es un grato descubrimiento, con mucha frescura y desparpajo se mueve por la pantalla, emitiendo naturalidad. Yolanda Moreau encarna a la esposa de Dios con transmitiendo el retrato robot de una mujer maltratada, apocada, acomplejada, y lo hace muy bien. El resto del reparto quyeda un tanto desdibujado, si acaso sobresaltar a Laura Verlinden como Aurelie, por lo estremecedor de su intrahistoria, la que más cala, aportando una tremenda dulzura a su rol.
Momentos recordables: El ya mentado tramo en que Ea nos cuenta el Génesis, ideas imaginativas, resulta que Dios comenzó por Bruselas (El Paraíso), y por la desierta urbe veremos animales transitar, jirafas, avestruces, etc... estos pasearan tranquilamente por calles y supermercados, al final el hombre, está desnudo, pero con una banda negra superpuesta sobre sus genitales, tras esto la mujer, y sus descendientes, y tras esto las hilarantes “Leyes de Murphy”, como que la tostada si cae siempre caerá del lado untado, etc... delirante; Cuando a la mesa Dios arremete contra JC por no hacerle caso y bajar a la Tierra; Las charlas que tiene con JC convertido en figura, divertidas; Los jocosos momentos en que Dios sufre las consecuencias físicas ( y de la tostada) de su maltrecha creación en forma de mundo, llegando a cabrear a un sacerdote; Los salpicados videos de un joven, Kevin (...), que desafía a la fecha de su muerte de a muchos años, para ello salta de puentes altos, de aviones, se coloca una bomba, muy humorístico. Aunque le encuentro un pero, puede que no muera, pero podría quedarse paralítico, y no sé que es peor, o si, y no es morir, pero hay que darle la licencia; Cuando un marido encuentra a su esposa acostada con un orangután, ella se lo toma de modo flemático, el simio arremete contra el esposo, surrealista; Cuando la esposa de Dios encuentra que para apañar el pc del esposo solo tiene que reiniciarlo, y decide teñir de luz y esperanza jubilosa el mundo, al contrario de Dios, los humanos ya no sabrán cuando fallecerán, el cielo será más bonito, con figuras de gran colorido, ya los humanos no estarán sometidos a la gravedad, pudiendo caminar por rascacielos, podrán pasear por los bellos fondos marinos, esto mientras vemos a dios sometido a una cadena de montaje en una fábrica de lavadoras en Uzbekistán, rebusca en cada una a ver si está la conexión para volver a su apartamento y escapar al mundo que el construyó y que no soporta; El realizador incrusta al final de los créditos finales un gag referente al susodicho Kevin, que pocos verán, seguro los de las televisiones, empeñadas en cercenar estos créditos en cuanto aparecen para ganar tiempo para publicidad.
Recomendable a los que gusten de fábulas morales con buenos momentos, aunque se eche en falta un mejor aprovechamiento de las buenas ideas con que está salpicado el metraje. Fuerza y honor!!!