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Voto de TOM REGAN:
6
15 de junio de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
168/17(13/06/20) Interesante drama familiar recomendable a los aficionados de su afamado director Alfred Hitchcock (siendo su segunda película sonora tras “Blackmail”), no teniendo muchas marcas de lo que será su cine posteriormente, si tiene algunos alicientes la hacen visible. Teniendo entre sus alicientes anecdóticos la primera aparición en el cine del gran secundario irlandés Barry Fitzgerald (solo aparece como un orador en la primera escena). Publicada en 1924, “Juno y el pavo real”, es la segunda de las tres obras conocidas como, La trilogía de Dublín, que escribiera el nacionalista y socialista irlandés, Sean O’Casey (1880-1964), en la que recrea las gravísimas problemáticas sociales y profundas carencias que padecieron los irlandeses durante sus luchas por la independencia. Las otras dos obras se titularon “Shadow of a gunman” (La sombra de un conspirador) y “The plough and the stars” (El arado y las estrellas), esta última también llevada al cine por el director John Ford. La película precede y se parece en aspectos a “The Informer” (1935) de John Ford pero el objetivo principal de la trama es cómo cambian las perspectivas de una familia irlandesa pobre cuando se enteran de que recibirán una ganancia inesperada sustancial. Los actores son, en gran parte, los mismos que participaron en la obra teatral. Clara y reconocida evocación de la madre del escritor, “Juno…” hizo parte importante del repertorio del exitoso Teatro Abbey, siendo en las tablas protagonizada por Barry Fitzgerald y Sara Algood. Pero cuando Hitchcock se decidió a rodarla –haciendo la adaptación él mismo junto a su esposa Alma Reville-, mantuvo como protagonista a Sara Algood, pero el rol de Fitzgerald quedó en manos del comediante Edward Chapman, y Fitzgerald solo tuvo una breve aparición en el rol del orador que aparece en la primera escena defendiendo una Irlanda unida. Derivando el film en una tragicomedia de carácter demasiado teatral y estático, casi todo sucede en una pequeño apartamento, sin apenas cortes, sin mucho plano abierto de parecer estamos ante teatro filmado, muy pasiva la visión, a esto se suman unas por lo general histriónicas interpretaciones, donde los actores apenas se mueven para no salir de plano de modo antinatural. Con algunos diálogos divertidos sobre todo esto en la primera parte, ello en medio de una exposición-reflejo de una familia irlandesa de clase baja que ahonda en un tóxico estereotipo del país, como alcohólicos, vagos, traidores, machistas y violentos, donde la mujer es un elemento secundario. Ello en un relato que va de más a menos, para ir de un tono de comedia costumbrista, a un melodrama tristón rebosante de patetismo, donde voy desconectando ante tanto subrayado. Con personajes clichés que son lo mismo al empezar que al acabar, meros arquetipos a los que colgar sub historias sentimentaloides, trazadas en apenas unas líneas, no conectando en momento alguno con ellos, hasta desembocar en un ‘me importa un bledo lo que les pase a los personajes’. "No tenía nada que ver con el cine", dijo Hitchcock a Francois Truffaut en una larga entrevista sobre la adaptación de él y su esposa (Alma Reville) de la famosa obra irlandesa de Sean O'Casey. Curiosamente su lanzamiento inicial, "Juno and the Paycock" fue un éxito crítico y comercial.
Barry Fitzgerald aparece como el narrador en la primera escena del film, pero tiene otro rol. En las suburbios de Dublín durante la Guerra Civil Irlandesa, el capitán Boyle (Edward Chapman) vive en un pequeño piso con su mujer Juno (Sara Allgood) y sus hijos Mary (Kathleen O'Regan) y Johnny (John Laurie). Juno llama a su marido "Capitán Paycock" porque cree que se parece a un vanidoso pavo real ("paycock" en inglés). Juno trabaja mientras el "capitán" solo se mueve para ir del piso al bar. La hija Mary tiene trabajo, pero se declara en huelga después de que se criminalice a un compañero. El hijo Johnny se convierte en un inválido tras perder un brazo durante la guerra y se hace miembro del IRA.
Tiene un arranque sugerente con un orador (Barry Fitzgerald) en medio de la calle haciendo proclamas de unión irlandesa contra el ocupante inglés. Entonces vemos en una ventana escondida una ametralladora que irrumpe con violencia contra la multitud que escucha, hay una estampida, acabando dos tipos en un bar, donde se demuestra la picaresca entre borrachines. Con la obra ambientada únicamente en el piso de la familia, Hitchcock quería una escena fuera del piso insertada en la película, y agregó este inicio después de obtener el permiso de O'Casey.
Para luego llegar en la única maniobra elegante de Hitch con un movimiento sutil de grúa a un ‘pisucho’ (del que apenas saldremos) miserable donde el protagonista junto a su amigo buscan alcohol por los rincones escondidos, hasta que la esposa del dueño de la vivienda los descubre. Es una primera mitad con mucho humor, ahondando en la vagancia ‘cliché’ de los irlandeses (hacer comedia con que cada vez que le nombran un trabajo al protagonista patriarca de la prole le dan dolores de piernas), con mucha canción alegre.
Barry Fitzgerald aparece como el narrador en la primera escena del film, pero tiene otro rol. En las suburbios de Dublín durante la Guerra Civil Irlandesa, el capitán Boyle (Edward Chapman) vive en un pequeño piso con su mujer Juno (Sara Allgood) y sus hijos Mary (Kathleen O'Regan) y Johnny (John Laurie). Juno llama a su marido "Capitán Paycock" porque cree que se parece a un vanidoso pavo real ("paycock" en inglés). Juno trabaja mientras el "capitán" solo se mueve para ir del piso al bar. La hija Mary tiene trabajo, pero se declara en huelga después de que se criminalice a un compañero. El hijo Johnny se convierte en un inválido tras perder un brazo durante la guerra y se hace miembro del IRA.
Tiene un arranque sugerente con un orador (Barry Fitzgerald) en medio de la calle haciendo proclamas de unión irlandesa contra el ocupante inglés. Entonces vemos en una ventana escondida una ametralladora que irrumpe con violencia contra la multitud que escucha, hay una estampida, acabando dos tipos en un bar, donde se demuestra la picaresca entre borrachines. Con la obra ambientada únicamente en el piso de la familia, Hitchcock quería una escena fuera del piso insertada en la película, y agregó este inicio después de obtener el permiso de O'Casey.
Para luego llegar en la única maniobra elegante de Hitch con un movimiento sutil de grúa a un ‘pisucho’ (del que apenas saldremos) miserable donde el protagonista junto a su amigo buscan alcohol por los rincones escondidos, hasta que la esposa del dueño de la vivienda los descubre. Es una primera mitad con mucho humor, ahondando en la vagancia ‘cliché’ de los irlandeses (hacer comedia con que cada vez que le nombran un trabajo al protagonista patriarca de la prole le dan dolores de piernas), con mucha canción alegre.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Conoceremos a la familia Boyle, con el mencionado padre, el Capitán Jack (divertido Edward Chapman) reflejado como un alcohólico gandul y fanfarrón; La madre es una trabajadora Juno (gran Sara Allgood), una vitalista y enérgica matriarca que intenta llevar como puede en precarias condiciones su disfuncional hogar (ejemplo es como esconde el whisky a su marido, y como reparte la comida). Juno llama a su marido el Paycock (Pavo Real) porque él es tan inútil y vanidoso como este animal; Está el hijo el tullido Johnny (sobre actuadísimo John Laurie), un melancólico tipo que perdió su brazo defendiendo a grupos irlandeses contra el poder inglés (lo que se llama perteneciente al IRA, pero esta palabra por ende de la censura no se puede nombrar en la película); Mary (inane Kathleen O'Regan) es la hija, es una mujer de la que apenas conoceremos algo, y que entrará con fuerza una subtrama suya en el tramo final para azuzar la ‘tragedia’, y con ello potenciar el machismo imperante en la sociedad irlandesa I(y en cual no en ese tiempo), es pareja de un joven abogado.
Todo este tramo de comedia costumbrista da un giro con una noticia catárquica, marcada la línea por un alargadísimo metraje de canciones en los personajes se van dando relevos infinitos (que cansinos), y entonces la película vira hacia una trama sórdido, donde entran en en escena la materialista Condición Humana. Pero esto relatado de modo apresurado y a trompicones, no mínima coherencia narrativa (spoiler). Hasta desembocar todo en una espiral fatalista que parece ideada por un Dios juguetón que apelotona desdichas diferentes en un momento justo, digresión esta religiosa que sale a colación en el rush final sobre si Dios ha abandonado a su gente o hay que seguir confiando en él.. Todo ello para dar esplendor a una gran Sarah Allgood que en este tramo desborda la pantalla con su humanidad, donde me recuerda a la Ma Joad de Jane Darwell del “Las uvas de la ira” de John Ford. Pero lástima que sea en un film que podría haber dado más de sí.
Spoiler:
Momentos recordables (aparte de alguno ya mencionado): Esa neurálgica charla en que Juno alienta a su hija a tener el hijo (la ha dejado embarazada el abogado que ha huido a Londres, dejándola tirada), pues va a tener la suerte de no tener una madre si no dos, ello también ante el repudio de su padre y hermano; El modo en que se representa la ejecución del IRA a Johnny, ello fuera de plano mientras vemos en primer plano la figura de la Virgen María con Jesús en brazos, y oímos los disparos; Ese último plano sostenido de Juno en su apartamento vacío, han embargado todos los muebles, y ella hace una emocionante plegaria a la virgen colgada en la pared.
Cuando digo que no hay coherencia en el tramo tras enterrarse de que son herederos de una buena cantidad de dinero, pues se gastan lo que no tiene aún de modo estrafalario en gramófonos o trajes, sin esperar a tener la plata, y encima los comercios se fían de ellos, no tiene sentido.
En conjunto me queda un film muy teatral con algunos elementos salvables que lo hacen un metraje no insatisfactorio. Fuerza y honor!!!
Todo este tramo de comedia costumbrista da un giro con una noticia catárquica, marcada la línea por un alargadísimo metraje de canciones en los personajes se van dando relevos infinitos (que cansinos), y entonces la película vira hacia una trama sórdido, donde entran en en escena la materialista Condición Humana. Pero esto relatado de modo apresurado y a trompicones, no mínima coherencia narrativa (spoiler). Hasta desembocar todo en una espiral fatalista que parece ideada por un Dios juguetón que apelotona desdichas diferentes en un momento justo, digresión esta religiosa que sale a colación en el rush final sobre si Dios ha abandonado a su gente o hay que seguir confiando en él.. Todo ello para dar esplendor a una gran Sarah Allgood que en este tramo desborda la pantalla con su humanidad, donde me recuerda a la Ma Joad de Jane Darwell del “Las uvas de la ira” de John Ford. Pero lástima que sea en un film que podría haber dado más de sí.
Spoiler:
Momentos recordables (aparte de alguno ya mencionado): Esa neurálgica charla en que Juno alienta a su hija a tener el hijo (la ha dejado embarazada el abogado que ha huido a Londres, dejándola tirada), pues va a tener la suerte de no tener una madre si no dos, ello también ante el repudio de su padre y hermano; El modo en que se representa la ejecución del IRA a Johnny, ello fuera de plano mientras vemos en primer plano la figura de la Virgen María con Jesús en brazos, y oímos los disparos; Ese último plano sostenido de Juno en su apartamento vacío, han embargado todos los muebles, y ella hace una emocionante plegaria a la virgen colgada en la pared.
Cuando digo que no hay coherencia en el tramo tras enterrarse de que son herederos de una buena cantidad de dinero, pues se gastan lo que no tiene aún de modo estrafalario en gramófonos o trajes, sin esperar a tener la plata, y encima los comercios se fían de ellos, no tiene sentido.
En conjunto me queda un film muy teatral con algunos elementos salvables que lo hacen un metraje no insatisfactorio. Fuerza y honor!!!