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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
10
Aventuras. Western Año 1823. En las profundidades de la América salvaje, el explorador Hugh Glass (Leonardo DiCaprio) participa junto a su hijo mestizo Hawk en una expedición de tramperos que recolecta pieles. Glass resulta gravemente herido por el ataque de un oso y es abandonado a su suerte por un traicionero miembro de su equipo, John Fitzgerald (Tom Hardy). Con la fuerza de voluntad como su única arma, Glass deberá enfrentarse a un territorio hostil, ... [+]
1 de enero de 2016
24 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
212/15(27/12/15) Con este film las palabras se quedan escasas para expresar lo sentido, Alejandro González Iñárritu tras la extraordinaria “Birdman” de hace un año demuestra estar en comunión con las musas, cambia totalmente de registro, de un teatro en la urbanita Manhattan salta a los vastos escenarios vírgenes de la naturaleza infinita, expone una turbadora odisea, mezcla con maestría lo existencial con las ansias de supervivencia, el drama Humano se refleja en toda su inclemencia, coloca al ser humano como un nimio ser frágil a expensas de las fuerzas naturales, expuesto de una forma colosalmente bella, gracias a una ambientación superlativa. Guión del propio director y de Mark L. Smith (“Habitación sin salida”), se basa libremente en el libro homónimo (2.002) de Michael Punke, inspirado en hechos reales acaecidos entre 1823 y 1824 en territorios que hoy conforman las Dakotas, Montana, Wyoming y Nebraska, el film no aclara nunca ni el año ni el lugar, relata la aventura de Hugh Glass, atacado por un oso sobreviviendo para ir a por los dos hombres que lo abandonaron. Una Obra Maestra que Iñárritu no quiso prostituir con imágenes generadas por ordenador, tenía que rodarse in situ para transmitir la el poder Omnímodo de la Naturaleza.

Antológica Aventura, uno de esos pocos films que me han provocado el Síndrome de Stendhal, Imperial Fuerza de las Imágenes, fascinación de verme abducido por el escenario, hacerme sentir frío, miedo, tensión, hambre, ansias de sobrevivir. Relato crudo, seco, adusto, visceral, desarrollado con abrumadora intensidad, tan realista que te sobrecoge, sientes el zumbido de las flechas, las garras del oso, la sangre brotar de tu cuerpo, la gelidez del agua, formidable narración que habla de temas universales como la supervivencia en terreno hostil, del poder del amor, de venganza, de redención, de racismo, lo hace de modo magnífico, a partir de una epicúrea miscelánea entre el dibujo de los humanos defectuosos y el Titánico influjo de la naturaleza en todo su Devastador Esplendor. Con personajes perfectamente definidos en pequeños pero intensos trazos, personajes que no hablan mucho, se expresan a través de las imágenes, estas rebosantes de belleza, con epicúreas dosis de lirismo sensorial, con tramos oníricos de calado.

Iñárritu ha compuesto una perturbadora fábula de una estremecedora poesía visual, emparentando al ser humano con el animal, con alegorías en las que se ve nítidamente que no somos tan diferentes puestos en situaciones extremas, ejemplo el oso que ataca a Glass, lo ataca porque cree defender a sus oseznos, justo lo que intenta hacer Glass con su hijo, asimismo es el choque entre los hermosos paisajes y el patetismo humano, el darwinismo, los instintos básicos priman. Los Colosales parajes son una especie de lugar entre el Cielo y el Infierno que selecciona a los más fuertes. El corazón del film está en la odisea desgarradora de Hugh Glass por seguir con vida, primero con el ataque del oso, luego cuando lo abandonan, cuando debe arrastrarse angustiado por el dolor para encontrar comida, debe hacer fuego para no morir helado, debe huir de los indios tirándose al río, lanzándose por tajos, meterse dentro de un caballo muerto, y más, en un narración con la que te mimetizas. Cinta ODA MAJESTUOSA a la NATURALEZA, y el realizador lo plasma de modo cuasi-hipnótico, con cuadros donde conviven el terror y la belleza, una epopeya con connotaciones metafísicas, de punzante espiritualidad, habla de que siempre hay algo por lo que seguir adelante, habla de la soledad, habla del egoísmo natural en el ser humano, ello enclavado el Humano en un entorno que lo empequeñece como a una mota de polvo frente a la TODOPODEROSA FURIA de la NATURALEZA. Aunque el tema de anclaje pueda parecer la venganza, el describirla de este modo sería no hacerle justicia, es mucho más, es un estudio sobre la resistencia del humano, sobre el umbral del dolor, sobre lo que nos hace continuar y no desfallecer, sobre la grandeza del ser humano. Toca el racismo hacia los indígenas, el trato vejatorio que les infringían estos “invasores” pioneros, de la lucha descarnada entre los indios y los primeros colonos, lo hace de modo sin juzgar, sin haber buenos o malos, trata al espectador de inteligente.

Hay quien ha criticado los flash-backs que se mezclan con los delirios de Hugh Glass, para mí son fundamentales para darle fondo al protagonista, sintamos cual es su razón de vivir, también sirven para entendamos el mundo interior místico de Hugh, su hermanamiento con la cultura india, y su cultura de los antepasados como algo siempre presente que nos rodea y alienta en los más bajos momentos.

Puesta en escena descomunal, excelso diseño de producción de Jack Fisk (“Pozos de ambición”), filmada en tres países, Montana (USA), la Columbia Británica, Alberta y los Mammoth Studios en Burnay (Canadá), y Ushuaia en la Tierra del Fuego (Argentina), lares que evocan aventura, épica y hostilidad, sensación acrecentada por el veraz vestuario creado por Jacqueline West (“El Nuevo Mundo”). Co-protagonista del film es la MAGNA fotografía de Emmanuel Lubezki (“Gravity”), desborda la pantalla, rodada con luz natural, con bosques nevados, ríos helados, luz mortecina grisácea transmitida por cielos eternamente nublados, deleitándose con el rocío, lluvia, mágicas chispas del fuego, nieve, viento, nos transporta a un mundo virginal varado en el tiempo, lugar atávico, la sangre nos salpica, el frío nos hiela, rueda con lentes especiales para emitir profundidad de campo dando impresión de infinidad, la composición de lienzos de una belleza subyugante inspirados en la pintura del alemán Albert Bierstadt (1830-1902), canto a la Naturaleza, con ultraexpresivos primeros planos en gran angular, grandiosos planos-secuencias, tomas subjetivas fenomenales, giros prodigiosos de 360 grados para transmitirnos las sensaciones del protagonista,... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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