Otra recreación del mito de Frankestein, despojada aquí del elemento terrorífico, para priorizar el aspecto de cuento romántico, de fábula con moraleja. Es una película encantadora, como lo es el personaje de Winona Ryder (pocas veces tan bella) y también el de Johnny Deep, adorable como peluquero de un montón de mujeres (impagable la devorahombres Kathy Baker) que acabarán haciendo muy difícil la existencia del ingenuo Eduardo.

Sin duda es una cinta totalmente “Burton”, tanto por temática (la inadaptación de un personaje “freak”) como por estilo visual, diseño de producción, el papel preponderante de la música de su inseparable Danny Elfman… . Fue un gran éxito de crítica y público, y devino en un clásico instantáneo, una de las cumbres en la carrera de su talentoso director, junto con “Ed Wood”. Una película a revisar, que probablemente nunca perderá su vigencia, y con una preciosa historia de amor entre dos atractivos jóvenes con la que muchos disfrutaron.