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Tajikistan Tajikistan · Demonlandia
Voto de Neathara:
7
Comedia. Terror. Romance Una comedia romántica... con zombies. La vida de Shaun (Simon Pegg) es un callejón sin salida. Se pasa la vida en la taberna local, "The Winchester", con su íntimo amigo Ed (Nick Frost), discute con su madre y descuida a su novia, Liz (Kate Ashfield). Cuando Liz le deja plantado, Shaun decide, finalmente, poner su vida en orden: tiene que reconquistar el corazón de su novia, mejorar las relaciones con su madre y enfrentarse a las ... [+]
25 de enero de 2010
68 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
Genial metáfora de las ciudades dormitorio, los personajes adormilados y sobre todo, las vidas dormidas. Londres se ve invadida por zombies...y hasta la mitad de la película nuestro protagonista, un perfecto ejemplar de flema británica, ni se da cuenta. Total, están igual de atontados que cuando estaban vivos...

Lo más divertido aparte de unos cuantos gags para enmarcar que no destripo para no ahorrarle el disfrute a nadie que no la haya visto, es la evolución del personaje principal. El típico tipo currante de vida ultra rutinaria, que sale siempre por los mismos sitios y va del pub al paquistaní de la esquina y del paquistaní de la esquina al pub. Cuando la invasión comienza a acrecentarse, es cuando nuestro héroe se espabila, lucha por lo que quiere, empieza a hacer planes, a correr riesgos y en definitiva, a afrontar con valentía los cambios en su vida. Gracias a la invasión zombie, ha dejado de ser un zombie.

Me hizo gracia que mientras en las películas americanas según empieza la invasión ya tenemos a los protagonistas armados de fusiles, recortadas y demás arsenal avanzado, en esta película británica en la que casi nadie tiene armas de fuego en casa, se tengan que apañar con todo tipo de enseres de lo más inesperado, entre ellos unos discos de vinilo o un bate de béisbol entre otros objetos que tendríamos a mano los europeos corrientes y molientes en caso de apuros del calibre de éste.

La sátira no termina aquí e incluso si se decide optar por ignorar la crítica que subyace debajo de este contexto, queda una divertidísima, trepidante y satisfactoriamente sangrienta película que demuestra que en cuanto a temas no-muertos, los ingleses siguen siendo los amos del cotarro. Mal que les pese a algunos.
Neathara
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