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Tajikistan Tajikistan · Demonlandia
Voto de Neathara:
9
Drama Este clásico del cine mudo fue el primer film que explotó el movimiento de cámara. Narra cómo el portero de un lujoso hotel, un anciano orgulloso de su trabajo y respetado por todos, es bruscamente degradado a mozo de los lavabos. Privado de su antiguo trabajo y del uniforme que le identifica, intenta ocultar su nueva condición, pero su vida se va desintegrando lentamente. (FILMAFFINITY)
20 de abril de 2009
26 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando la estima propia y por ende, la cordura de un ser humano está intrínsecamente asociada a un símbolo y ese símbolo le es arrebatado ¿Qué queda?. Queda la triste historia de un hombre que no sabe vivir sin su imagen. Carne de sátira que sin embargo conmueve por su ridícula y desesperada humanidad. El poder está subyugado a los ojos ajenos, pero también lo están el amor, la amistad, el dinero. ¿Su dependencia es menos digna que la de los otros? No, no lo creo. Cada uno tiene su yugo, pero todos los yugos pesan.

Muy grande Emil Jannings, casi tan expresivo como su bigote. Cómo va evolucionando de pavorreal a máscara de tragedia griega, con esa conmovedora plasticidad de los grandes del cine mudo. La escena en la que le comunican sus nuevas funciones y trata de levantar una maleta para demostrar que sigue siendo capaz de realizar su trabajo es una de las cosas más tristes que he visto nunca. No sólo habla de un hombre que pierde su autoestima: es un hombre que lo está perdiendo todo.

Luego, tras él, la mano prestidigitadora de Murnau, que simplemente está donde tiene que estar. Es decir, en un lugar donde no nos demos cuenta de que hay una mano. Mueve los elementos de la película como aquel que dirige una orquesta fantasma y al final, nos deja con la impresión de que no debían de existir los imposibles para tan descomunal talento.
Neathara
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