Terminando de ver “Sanctum” (2011) de Alister Grierson con Richard Roxburgh, Rhys Wakefield, Alice Parkinson, Dan Wyllie, Ioan Gruffudd, entre otros. Película de aventuras y sobrevivencia australiana, sobre un grupo de espeleólogos y submarinistas que se adentran en “la última zona inexplorada de La Tierra”; pero la tragedia les vendrá de la misma naturaleza, donde pondrán a prueba la capacidad de sus habilidades de auto-rescate, y tendrán que ayudarse para escapar; pero el egoísmo de algunos integrantes y las diferencias personales, provocarán enfrentamientos. Con la disminución de suministros, la tripulación debe navegar por un laberinto submarino para salir; y pronto se enfrentan a la pregunta inevitable: ¿Pueden sobrevivir, o quedarán atrapados para siempre? El filme se inspiró en la experiencia del coguionista, Andrew Wight, con una expedición de buceo en cueva de 1988, en Australia, que provocó que 13 submarinistas quedaran atrapados en uno de los sistemas de cuevas submarinas más grandes del mundo, en la llanura de Nullarbor, después de que una monstruosa tormenta colapsara la entrada. Este incidente quedó documentado en la película “Nullarbor Dreaming” Sin embargo, a diferencia de “Sanctum”, se organizó un rescate, y todos sobrevivieron. Fue cuando Wight le contó la historia a su colaborador y entusiasta del buceo, James Cameron, en 2006, quien decidió que debían buscar un director, y hacer una película al respecto. Por otro lado, la cueva en sí, también se basaba obviamente en las expediciones en cuevas de Yucatán, y el personaje del padre, probablemente se basaba en Bill Stone, el cazador/buceador experto en esas expediciones, así como en la invención de la técnica del “re-descanso” Pero con todo ello, el relato cae en lugar comunes, donde l tema central es la relación de padre/hijo, que es puesta a prueba para ser redimida, con un grupo de peones que van cayendo como piezas de ajedrez, por lo que la cueva viene a representar un lugar de privacidad inviolable, un sitio sagrado, o un lugar apartado para los sentimientos de los protagonistas. Por lo que este tipo de historia es muy típica: Hay dificultades de todo tipo, pérdidas de vidas, choque de egos/voluntades, etc., y al final, alguien sobrevivirá… donde el único aspecto interesante, es que se trata de un entorno completamente diferente, en cuevas submarinas, donde el objetivo científico es inexistente, y prevalece el juego de escapar a las dificultades, con diferentes personajes y un enfoque diferente de la historia; pero sigue siendo una buena, ya que hay mucho suspenso, claustrofobia, y mucha ansiedad, muy a pesar de ser previsible; al tiempo que lo visual de las cuevas es asombrosa e impresionante; porque en momentos, confieso que cualquiera se siente fácilmente inmerso en la cueva, como si estuvieras allí, luchando por la vida, sin aire suficiente para respirar. Donde viene la curiosidad es de la producción, donde James Cameron se desempeñó como productor ejecutivo; y aunque la trama de la película tiene lugar en La Cueva Esa'ala en Papua Nueva Guinea; la mayor parte de la película se rodó en Australia, en Gold Coast, Queensland; donde se emplearon técnicas de fotografía en 3D, desarrolladas por Cameron para filmar “Avatar” (2009) donde todas las secuencias bajo el agua, tuvieron lugar en un gran tanque, en los estudios Village Roadshow. Además, vale acotar que el diseñador de producción, Nicholas McCallum, construyó cuevas en concreto para que pudieran ser reutilizados para escenas “secas” y submarinas. Pero también se filmaron cuevas reales, en la región de buceo en cuevas del sur de Australia, alrededor del Monte Gambier. Lamentablemente, la buceadora Agnes Milowka, que aparece como doble en la película, se ahogó en una de estas cuevas, el 27 de febrero de 2011, cuando se quedó sin aire, en sorprendentes similitudes con el guión, ya que ella también dejó su tanque de repuesto, para forzarse paso a través de los reductos, igual al ahogamiento de Judes; así, gran parte del mérito de esta mega producción, se debe a ella, que de hecho le dedican el filme. Del reparto, todos estereotipados, pero vale decir que Richard Roxburgh dijo que, a pesar de la seguridad en el set, temía por su vida varias veces durante el rodaje; mientras que Ioan Gruffudd, que aquí tiene un papel más protagónico que en “TITANIC” (1997), como “el villano”, fue el único miembro del reparto que era un buceador completamente calificado, antes de que la película comenzara a rodarse. El filme contiene un error imperdonable, que es la iluminación en muchas de las escenas de la cueva, que está siendo claramente emitidas por las del estudio, y no por las lámparas del casco y los palos luminosos que llevan los personajes. Esto es más evidente en la escena final, con el palillo de luz llevado por Josh. Nos queda que “La única salida es bajar” pero bajar al interior de uno mismo, y enfrentar nuestros propios temores.
RECOMENDADA.
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas
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