Terminando de ver “Paragraph 175” (2000) de Rob Epstein & Jeffrey Friedman, narrado por Rupert Everett, con Karl Gorath, Gad Beck, Annette Eick, Albrecht Becker, y Pierre Seel, entre otros. Documental sobre las historias de varios hombres y mujeres que fueron perseguidos por los nazis, debido al Artículo 175, que castigaba la sodomía en El Código Penal Alemán desde 1871. Pero en la década de 1920, Berlín se había hecho famoso como “un edén homosexual”, donde gays y lesbianas vivían sus vidas abiertamente, en medio de una subcultura estimulante de artistas e intelectuales. Fue con la llegada al poder del Régimen Nazi, que todo cambió. Entre 1933 y 1945, fueron condenadas a prisión o cadena perpetua, unas 100 mil personas en base al Artículo 175. Entre 10 mil y 15 mil, fueron internados en Campos de Concentración, de los que sobrevivirían unos 4 mil al final de La Segunda Guerra Mundial, muchos de ellos, eran alemanes anteriormente catalogados como “de pura raza aria” De esas personas, para el año 2000, sólo se pudieron encontrar 10 con vida, y 5 de esos antiguos perseguidos, todos de más de 80 años, cuentan por primera vez su historia, cerrando con ello un capítulo histórico. Así, el documental ilumina la persecución de los homosexuales y lesbianas en El Tercer Reich, hechos poco documentados hasta el momento, mostrando las consecuencias posteriores para las víctimas, basándose en sus relatos personales: así tenemos a Gad Beck, un medio judío y luchador de la resistencia, que ayudó a refugiados en Berlín durante La Guerra; Annette Eickla, lesbiana judía, que pudo huir a Inglaterra con ayuda de su amante; Albrecht Becker, famoso diseñador de producción alemán, fallecido en 2002, a los 95 años; y Pierre Seel, la única víctima francesa, que ha testificado sobre su experiencia durante la deportación por homosexualidad durante La Segunda Guerra Mundial, fallecido en 2005, a los 82 años. Como dato, algunas lesbianas se exiliaron, otras se casaron con hombres para guardar las apariencias; mientras la mayoría de los perseguidos y “en libertad” desaparecieron de la vida pública. La homosexualidad era vista entonces, como “una enfermedad que corrompía y debilitaba la pureza de la sangre aria” y a los sospechosos de actos homosexuales, no se les juzgaba, sino se les mandaba a Dachau durante un mínimo de año y medio, donde bastaba una mirada, un roce o un gesto, para que los detuvieran sin decirles cuánto tiempo estarían bajo arresto, si los mandarían a la cárcel, o a un Campo de Concentración. De hecho, les tendían trampas, eran arrestados, les daban palizas brutales, los violaban, los torturaban, eran literalmente, pasto para los perros… todo por ser homosexuales. Un dato importante, entonces desconocido, es que al principio, en Los Campos de Concentración, se les distinguía por llevar el número 175 escrito en la espalda; después lo cambiaron por un Triángulo Rosa; mientras en la jerarquía interna de Los Campos, los homosexuales estaban en lo más bajo de la escala. En Polonia, por ejemplo, la política oficial era “la reeducación” y como casi todos los nazis polacos eran cristianos, les perdonaron la cámara de gas, pero usaban a los homosexuales como esclavos, y para experimentos médicos. En total, casi 2/3 de ellos murieron en Los Campos. Hubiera sido interesante, al tener pocos sobrevivientes/entrevistados, saber cómo retomaron su vida como homosexuales, qué fue de ellos durante la aparición del SIDA y las esperanzas para sus próximos años; pero el documental se centró solo en un periodo de tiempo, “olvidándose de los entrevistados” El Artículo 175 se revocó completamente en 1994, después de la reunificación alemana. Pero para muchos como Pierre Seel, es evidente “tener vergüenza por la humanidad” No es de extrañar.
RECOMENDADA.
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas.
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