Terminando de ver “The Last House On The Left” (1972) de Wes Craven con Sandra Cassel, David A. Hess, Fred Lincoln, Jeramie Rain, Marc Sheffler, Cynthia Carr, y Gaylord St. James, entre otros. Película de terror, versión hollywoodense del clásico sueco ganador del Premio OSCAR como Mejor Película Extranjera: “Jungfrukällan” o “El Manantial de La Doncella” (1960) dirigido por Ingmar Bergman; que a su vez tuvo un remake en 2009. La trama sigue a 2 adolescentes liberales, como la época en la que viven, que son raptadas por un grupo maníacos. Debido a sus escenas de violencia, como si fuera un “exploit”, la cinta fue editada y prohibida en varios países; y representa el debut en la dirección de Wes Craven, que contó con un presupuesto de $87,000, logrando una taquilla de $3.1 millones. Sin embargo, desde el punto de vista de la producción, el guión, y viéndola como “hija de su tiempo”, “The Last House On The Left” (1972) sigue siendo una bazofia. De las película peor hechas de la historia del cine, con fallos HORROROSOS de edición y continuidad, con escenas que no tienen relación y momentos que no tienen ni pies ni cabeza; personajes en competencia de cuál es más atorrante, y los psicópatas son el ejemplo perfecto del “Chicken Brain”; malos actores, mal uso de la iluminación, mal montaje, PÉSIMO uso de la banda sonora, y el par de policías más incompetentes y ridículos de la historia. Si la premisa era sobre la influencia de las drogas, el alcohol y la violencia, que enuncia el rótulo de advertencia, “The Last House On The Left” (1972) queda hoy como una comedia. El único mérito, y lo que la convirtió en película de culto, fue mostrar sadismo y sexo a unos EEUU mojigatos e infantilizado, que rendía culto a crímenes como los de Charles Manson y su grupo. Penoso y vergonzoso debut de alguien como Craven, que se osó a versionar un clásico de Bergman, y aún más atrevidos, quienes hicieron un remake de una película tan mala como esta. Y es que uno ve el póster promocional, y no puede imaginar la cantidad de terror bruto y descarnado que mostraría, pero queda en porno/gore con escenas de violaciones, sexo lésbico y sadismo, y una venganza final que hará sonrojar a cualquiera, parece que están ahí puestas simplemente por el morbo y la provocación. Todo ello, realizado y mostrado con una ilógica tan pasmosa, que la hace una auténtica basura. Lo único bueno es la estética como de porno setentera, muy hortera, pero sin mostrar sexo. O sea… de las películas que JAMAS DE LOS JAMASES recomendaría; pues lo único de tERROR fue verla.
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