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Voto de Alvaro Zamora Cubillo:
7
Drama El pintor holandés post-impresionista, Van Gogh (Willem Dafoe), se mudó en 1886 a Francia, donde vivió un tiempo conociendo a miembros de la vanguardia incluyendo a Paul Gauguin (Oscar Isaac). Una época en la que pintó las obras maestras espectaculares que son reconocibles en todo el mundo hoy en día.
4 de febrero de 2019
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Terminando de ver “At Eternity's Gate” (2018) de Julian Schnabel con Willem Dafoe, Rupert Friend, Oscar Isaac, Mads Mikkelsen, Mathieu Amalric, Emmanuelle Seigner, entre otros. Drama nominado al Premio OSCAR al mejor actor para Willem Defoe, en la única actuación del año nominada en esa categoría en una película no nominada a Mejor Película. El filme explora la mente del famoso pintor Vincent Van Gogh, cuyos últimos años estuvieron marcados por sus permanentes problemas psiquiátricos, posiblemente un trastorno bipolar o una epilepsia, por lo que la narración intenta imaginar cómo era él realmente, y por ello el director opta por un pulso nervioso de cámara y muchos planos generales que equivalen a la audaz inquietud y difícil perspectiva de una mente traumada, por tanto, se consigue transmitir la carga emocional del drama “Le Scaphandre et Le Papillon” (2007) por lo que este filme es una conjetura de lo que fue “ser Van Gogh y sus fantasmas internos”, no es un “biopic” pues solo muestra sus últimos años, es una reconstrucción hecha a través de las cartas que él escribió a su hermano Theo; por tanto no es “la historia oficial” pues se centra más en el aspecto emocional y su personalidad, y da más peso a sus problemas mentales que a su obsesión por pintar. La novedad viene de allí, técnicamente, con algunas tomas de cámara subjetiva, y otras más con un filtro de color amarillo, que proponen la idea de que Van Gogh era demasiado sensible a la luz, y ese era el motivo de su estilo artístico, así como la necesidad que veía en reproducir los paisajes que lo maravillaban. De esa manera, el director no centra la historia en la concepción que se tiene del pintor como “loco”, sino de alguien enamorado del mundo, que encontró su calma en la naturaleza y las cosas más simples; en definitiva, el director intenta comprender la voluntad incansable del pintor, que lo llevó a superar la extrema pobreza, los problemas mentales y el rechazo absoluto; y “se supone” que Vincent Van Gogh se disparó el 27 de julio de 1890; sin embargo, la película retrata la teoría propuesta por los autores de la biografía de 2011, “Van Gogh: The Life” que según Steven Naifeh y Gregory White Smith, él fue baleado accidentalmente por el hermano de 16 años de un amigo… El filme está hecho para el lucimiento exclusivo de Willem Dafoe, que parece acercarse mucho a Kirk Douglas en su oscarizado filme “Lust for Life” (1956); pero aquí Dafoe lo interpreta con un afecto muy sensible, desviándose de algunos de los aspectos más llamativos de su biografía; sobre todo desde el nivel interior y su mente perturbada. Como dato, Dafoe de 62 años, era 25 años mayor que Vincent Van Gogh, quien murió a los 37 años, y eso no impide que su personaje sea muy creíble, sobre todo en los momentos más íntimos en los que interactúa con su hermano, o la intensa conversación que comparte con un sacerdote; son momentos de grandes reflexiones, muy inspiradas por esta película; y que sirven muy bien como complemento de aquella película de 1956, y de la obra maestra “Loving Vincent” (2017) Pero la factura viene de la cámara inestable, que resulta inquietante, abusando de la subjetividad, y haciendo uso de un desenfoque en la parte baja de la imagen, que inquieta, busca transmitir las sensaciones de Vincent en sus momentos creativos; por lo que obtenemos un caleidoscopio de imágenes, y se requiere un tiempo para acostumbrarse; francamente eso puede ser un poco molesto. Pero en el fondo, la historia toca varios temas secundarios interesantes, pero los deja de forma anecdótica, incluido el libro de bocetos encontrado en el 2016, que parece metido a la fuerza como algo más; no obstante, el filme logra capturar “el espíritu” de Van Gogh, que pensó que el arte era un lenguaje, una forma de ver y una forma de despertar: “Cuando veo paisajes, veo la eternidad”
RECOMENDADA.
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas
http://lecturascinematograficas.blogspot.com/
Alvaro Zamora Cubillo
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