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España España · BARCELONA
Voto de DIEGO:
9
Ciencia ficción. Drama Cuando naves extraterrestres comienzan a llegar a la Tierra, los altos mandos militares piden ayuda a una experta lingüista (Amy Adams) para intentar averiguar si los alienígenas vienen en son de paz o suponen una amenaza. Poco a poco la mujer intentará aprender a comunicarse con los extraños invasores, poseedores de un lenguaje propio, para dar con la verdadera y misteriosa razón de la visita extraterrestre... Adaptación del relato ... [+]
9 de diciembre de 2016
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha abducido, nunca mejor dicho, la última película de Denis Villeneuve, un director de escasa filmografía pero de una calidad más que notable, a veces críptico, quizá "Enemy" sea la más demostrativa en este aspecto, y otras más directo, como en "Sicario" por ejemplo, en la que a pesar de todo también plantea interrogantes y subterfugios que se mantienen ocultos. En "La llegada" combina ambos elementos para que el espectador se estruje un poco las ideas para llegar a comprender la que el director pienso que desea transmitir. Enmarcada en la ciencia ficción, la cinta no obstante rezuma humanidad, es más, ¡reclama humanidad! Los países de la tierra reaccionan ante la visita alienígena como lo vienen haciendo hasta ahora sin ella, es decir, enfrentados y cada uno por su lado, vamos... lo que vivimos cada día, la lucha por el poder y la persecución de intereses individuales. Pienso que Villeneuve, sin moralinas ni discursos grandilocuentes, nos da un severo aviso de que vamos por mal camino, y de paso nos muestra una realidad, la ausencia de lo humano como concepto común para los habitantes del planeta; la tierra está dividida en naciones que son compartimentos estancos alejados del nexo común que nos debiera definir más allá de cualquier bandera o territorio; nadie diría "yo soy humano" como seña de identidad, como si no tuviéramos conciencia de ello. No por obvia hubiera debido abandonar esta reflexión, máximo cuando considero que es el eje central de "La llegada".

Los alienígenas vienen a ayudarnos, ese es su mensaje; y tan largo viaje para qué..., en qué nos pueden ayudar. El espectador ha de pensar la respuesta, pero basta ver en qué manos se está concentrando el poder y la consiguiente riqueza de la tierra para que nos vayamos haciendo una idea, aunque quizá siempre haya sido así. Y mientras algunos pobladores de este mundo, que no los humanos, podamos comprar los regalos de esta navidad una vez más, continuaremos siendo dichosos, ignorando a los que se mueren de hambre, a los que no tienen una medicina que llevarse a la boca, a los que vagan por el planeta sin que nadie los acoja, como terrícolas sin pasaporte, sin ese documento que otros tenemos y en el que en ninguna casilla podemos leer que su portador sea humano, nuestro principal signo de identidad. Pero repito, quizá siempre haya sido así y esté pecando yo ahora de ingenuo y agorero.

Todo lo anterior se ve reforzado por la idea que subyace en la película a propósito del empeño en la comunicación, el entendimiento y el aprendizaje, tanto en la vida privada de la doctora lingüista (Amy Adams) en la relación con su hija, como en la que esta mantiene con los visitantes octópodos. Y es que sin comunicación ni propósito de entendimiento es imposible que los humanos, seamos de aquí o de allá, construyamos un planeta más habitable y más justo, y aprendamos otra forma de convivencia más digna y consustancial con nuestra especie. Me encanta cómo la doctora se da a conocer a los extraterrestres con su pizarra, aunque de nuevo pueda resultar obvio: "humanos".

Cinematográficamente hablando, la película está muy bien construida. Cuenta con los clásicos elementos del género tratados sin estridencias, de forma naturalista y sin alardes; sencillamente construidos los efectos y el plató que nos sitúa en el interior del engendro espacial en el que transcurre el encuentro entre los dos octópodos y los dos humanos, la ya nombrada doctora y el científico encarnado por Jeremy Renner. La interpretación de la primera es magnífica, y el resto del reparto la sigue a cierta distancia, con un Forest Whitaker siermpre impecable. El ritmo se ajusta a la historia y va avanzando lentamente a la par que se va consiguiendo la escasa comunicación entre unos seres y otros. Me parece brillante el montaje que entrelaza la vida privada de la doctora y la historia principal del film, pues una y otra se complementan, y no como flashback que al principio puede parecer, sino como flashforward, que en realidad es lo que se plantea después de la visita de los octópodos; puede resultar complejo el planteamiento, pero así le da mucho más sentido y riqueza a la trama y al guion mismo que la desarrolla. Muy buena banda sonora de Jóhann Jóhannsson, completamente al servicio de la historia y de sus imágenes, huyendo de sensaciones previsibles de sus personajes.

Creo que los humanos necesitamos ayuda, y no deberíamos esperar la llegada de un mesías, que ya tenemos experiencia con eso, ni de un Godot, ni tampoco de un octópodo, bastaría con una reflexión profunda y con materializar las ideas y valores que intenta transmitir la película, pero me temo que esto va a ser imposible. A ver si resultará que el mesías es Villeneuve... es que a veces soy un pelín exagerado.
DIEGO
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