Clásico noventero que combina cine juvenil de instituto con terror y brujería. Segunda película de terror de su director después de su ópera prima, Visiones (1988), y protagonizada por Robin Tunney (serie El Mentalista), Fairuza Balk (American History X, 1998), Neve Campbell (Scream. Vigila Quién Llama, 1996), y Rachel True (Sharknado 2: El Regreso, 2014).

Sara acaba de llegar a Los Ángeles y, aunque al principio se siente aislada entre sus nuevos compañeros de instituto, pronto entabla amistad con tres chicas con las que no sólo comparte la pasión por las ciencias ocultas, sino también poderes especiales.

La película tiene un tono juvenil, casi de comedia de instituto en sus inicios, que atraerá más al público de este tipo, para ir, en su tercer acto, oscureciéndose para convertirse en una película de terror un tanto soft que fracasa a la hora de pasar de un tono a otro. Las actuaciones cumplen sin sobresalir en ningún caso, para unos papeles que tienen un desarrollo torpe en el que pasan de colegialas a brujas perversas sin demostrar ninguna evolución en los personajes. Salvo sus defectos, Jóvenes y Brujas resulta entretenida y ofrece algunas escenas curiosas con un buen ritmo y algunos efectos conseguidos.

Sin conseguir sobresalir como película de género y pese a unos defectos evidentes, estamos ante una propuesta noventera que ofrece un entretenimiento digno con ciertos momentos más que decentes.

Nota personal 6/10