Esta película es quizás una de las más típicas en musicales que he visto. Pero, lo que la hace diferente son tres factores:

1) La música: Asistimos a uno de los musicales en donde se nos presenta más hard rock y heavy metal que rock normalito, cuya mayoría se enfoca más al pop. Lo curioso es que las voces hacen que suenen un poco más al pop, pero no pierden su esencia que es el hevy metal. Solamente, le veo un inconveniente (y es por ello que para mí baja un punto). Ese es que, en el musical teatral, hay más canciones que en la película. Yo creo que si se hubiera respetado un poco la estructura original de canciones, hubiera ganado un poquito más y hubiera sido más rica. Pero, es cierto que es una adaptación y hay que comprimir el tiempo. Así que, los productores son los productores y, ahí, NO me meto. En sus manos está el poder para hacer y deshacer.

2) Algunas escenas que son pura adrenalina: ¿No me negaréis que la escena en la que se mezclan las canciones "We build this city" de Starship y "We´re not gonna take it" de Twisted Sister te hace saltar por los aires de la emoción que te provoca, verdad? O, por ejemplo, la de cuando mezclan "Jukebox hero" de Foreigner con "I love rock and roll" de The Arrows, en la versión de Joan Jett. Si eres un auténtico rockero, estas escenas junto con otras, te harán vibrar de la emoción y, sobre todo, te harán saltar del sofá. Si no lo eres, pues, obviamente, NO lo conseguirán.

3) Que mezclan realidad con ficción: El Bourbon Room cerró sus puertas de verdad en los 80 por problemas con facturas y, como dirían Loquillo y Trogloditas "a manos de críticos del rock". Aprovechan una realidad en la que nos cuentan dos historias de amor (NO voy a decir cuáles son) y nos muestran el ambiente rockero y el religioso que había en aquel momento.

Es por estos tres factores que se queda en una puntuación de 9. No entiendo la razón de ¿por qué se maltrata tanto?

Para mi gusto, recomendadísima si quieres conocer una época en la historia de la música norteamericana.