Pues, algo de acción tiene, no lo voy a negar. Pero, el secreto de este film, además de hacer hincapié en las interpretaciones (Morgan Freeman y James Crownwell están espectaculares y Ben Affleck cumple con las expectativas), tiene su punto en la trama que además la relaciona con un hecho del pasado (Israel 1973).

Un entramado político que podría darse en una actualidad que, últimamente, está al borde de una tercera guerra mundial y nuclear. Esta película va más allá de la mentalidad "Americanismo Hollywoodiense" y nos ofrece a un mundo en el que dos superpotencias están a punto de condenar al mundo a una guerra nuclear que, en este caso, estaría provocado por unos terceros, aunque la situación se sitúe en el 2002 fíjate, mismo año de estreno de la misma película.

Este film nos lanza, además de entretenimiento y adrenalina, una reflexión muy profunda. Esa, amigos míos, es que tenemos que andarnos con ojo porque, con cualquier movimiento podemos estar entre el acierto, el error o la locura.

Por mi parte, se lleva un 10.