Solo por el hecho de verse transportado a Cali durante un buen rato vale la pena pagar la entrada. La ciudad de donde provienen casi todas las mises Colombia, la que tiene las mujeres más guapas del país guajiro. La sensual Cali, tan sensual como la propia película. La vida bulle en el film, se escapa por todas sus rendijas.
''Africa libre y América sudaca y callejera''
Gratísimo espectáculo porque así lo quiere su director, que endulza la vida en una ciudad, pero sobre todo en un país, complicados. Tal endulzamiento, hasta la policía es amable, es evidente que distorsiona la realidad pero, ¿desde cuándo una película ha de ser real? Agradables las interpretaciones, aunque es inimaginable un acto sexual tan descafeinado en Colombia (el país cafetero por excelencia, y perdón por el chiste malo) entre dos jóvenes novios. Muy agradable la música. Fotografía a menudo realmente artística y un importante e interesante ritmo.
Para mí lo mejor la magistral interpretación de la abuela, su sabiduría humana es maravillosa.
Será que soy hispano, pero yo veo una película sueca, por supuestamente buena que sea, y veo una proyección de estas llena de humanidad y algo en ella me toca la fibra, mientras que la otra me deja tan frío como su clima.
Desgraciadamente el ''colombiano'' no es especialmente entendible para un español, ni siquiera el argentino lo es, aunque nos vamos arreglando. Solo faltaba tener que doblarlo al castellano.
Se disfruta un buen rato y se agradece la benevolencia de este director, qué empeño tiene todo el mundo en hacer películas desgradables