-Limpia tu cuarto, recoge la mesa, no digas palabrotas, ponte a estudiar, oye? con quien vas? has fumado?
vas a llegar tarde...Cuando creces en una plataforma familiar al uso, estas peroratas se resuenan durante años sirviendo algunas veces de condicionantes y otras de soniquete en tu cabeza que te lleva en un instante a tu hogar, tu cueva, protegido y libre de angustia.
-Lejos del paraíso, mora un tipo de humano atrevido, mentiroso, cínico, de principios y valores efímeros. Los puedes oler, divisar y rozarte a veces en el metro, cuando eres descuidado y te acercas mas de lo debido.
Culturas y estereotipos occidentales aparte, en esta serie de televisión se plantea una pregunta molesta a los actores de la sociedad occidental que habita en las urbes: ¿vives con el objetivo, virtud primera y bien deseable que es ser feliz, o sobrevivir en ellas ya representa la felicidad?
-Si mal no recuerdo, los primeros episodios ya experimentaban con la pena y el estrépito de las rutinas de unos niños abandonados a su suerte en las calles de Chicago. En mi caso, con dicha primera etapa, ya se me hizo callo, y pienso que logré deshacerme de cualquier juicio o compasión que evitase seguir la historia sin objetividad.
-Personaje duro y eje del efecto-defecto moral del cuento, Macy-Gallagher está llenando su curriculum de interpretaciones magistrales, estimulando las amígdalas del publico, instigando al juicio y al esputo en cada una de sus andanzas. Rinde culto el egocentrismo y la adicción, al hedonismo, a despojarse y vivir un día como una vida, una vida que es una alegoría molesta, un viaje sin tregua hacia su condena, hacia una catarsis donde el Apocalipsis sucede cada día, un aparente necio, un despojo, cuya socrática justicia en cada acto reprobable, le auto justifica .
-Como espectador me he divertido durante todas las temporadas, si bien lo que mas destaco es la enseñanza vital en muchas circunstancias de diversos episodios.
-La vida nos intenta dar lecciones cuando las lecciones las queremos dar nosotros. Estos chicos no tienen tiempo para su ego. Salir adelante y con la cabeza erguida, todos los días; las nimiedades y los calcetines altos de lana son para los perdedores del sofá mullido y los niños mimados, los que no están llamados a luchar porque creen que alguien peleará por ellos.
-La serie parece que tal y como esta planteada y escrita, con toques de comedia, drama y muchas veces histriónica, no trata de cambiarnos. Me ofrece al niño, al adolescente que se ve rodeado de porqués, intenta comprender a la vida, cuando ella no le comprende a él. A esto le añades el perfil alcoholico-narcisista de Frank y el rollo bipolar-pasivo-agresivo de la promiscua y ausente mami, mientras observas en la televisión un mundo ideal, consumista, superficial y despreocupado, que ofrece la máxima de que la felicidad nos las trae lo poseído, lo atrapado, las presas, ya sean personas (siempre hay un carguero de responsabilidades) o sonajeros coloridos, hipnóticos y suavecitos, que nos calmen nuestra inseguridad, desde mi primer llanto de bebé con prioritarias necesidades.