Los estatutos del FMI de 1944 declaraban como objetivos principales la promoción de políticas cambiarias sostenibles a nivel internacional, facilitar el comercio internacional y reducir la pobreza. Hoy en 2011, el FMI ha cambiado radicalmente su designio y atosiga a los países endeudados a cancelar sus compromisos sin lugar a contemplaciones.

¿Y como una organización de tan solo 3 mil empleados puede poner de rodillas a países enteros y a sus millones de habitantes? Esta lacra corporativa tiene una estrategia simple pero efectiva: le presta al padre todo lo que quiera y a veces hasta lo que no quiere, pasado un breve período este “irresponsable” padre debe obedecer ciegamente a su prestamista, y se da cuenta (a veces) de que la deuda adquirida será cargada por sus hijos, nietos, bisnietos, y por todo aquel que esté relacionado con alguno de ellos.

El FMI al crearse después de la Segunda Guerra Mundial le da como opción única a Bélgica de que pagase solo aquello que pudiese, y le prestó más dinero con tal de que su PIB no baje del 10% anual.

El Tratado de Maastricht consagró en 1992 a la Unión Europea y estableció que el máximo de la deuda pública de un país es de un 60% del PIB y su déficit fiscal no debe superar un 3%. Hoy la deuda griega es de 330.000 millones, que importa un 115% del PIB y el déficit fiscal el 12,7%.
A esto habrá que añadirle el hecho de que Grecia es el país europeo donde más se evade el pago de impuestos. El que no puede no paga y el que paga es un imbécil. La recaudación impositiva respecto de la media europea es más o menos del 4,5% del PIB, en tanto que el promedio en el resto de Europa es cercano al 8,5%. No hay que olvidar que una corrupción galopante, empeora esta “tragedia griega”.

¿Pagar o no pagar? No lo sé, pero alguien tendrá que hacer algo para que el “Shylock” mas desalmado de la historia no siga enriqueciéndose a costa de la pobreza de millones.
Dr.Juventus