Woody Allen a mí me gusta cuando hace de él mismo. En ésta, se fabrica una comedia ligerita, para poder hacer de él haciendo de detective en los años 40. Se deja ver, pero no deja de ser una película amable que por momentos se hace incluso aburrida porque el argumento es tan simple y pueril que se puede desarrollar en mucho menos de hora y media. Después de tantos años, me sigo preguntando si este hombre es un genio o un farsante. Si realmente le interesa hacer cine o simplemente se está quedando con el personal. Eso sí, mientras exista gente que se sienta superior por decir que le gustan sus películas, seguirá comiendo de ésto.