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Voto de Redelbe:
11.616
Comedia
Dick Harper, después de años de duro trabajo, es, por fin, ascendido a vicepresidente en Globodyne, empresa líder a nivel mundial en la consolidación de propiedades de medios de comunicación. Pero, al día siguiente de su nombramiento, un escándalo tipo Enron arruina la empresa. Entonces Dick y su mujer Jane ven horrorizados como su lujosa casa, sus ostentosos coches e incluso sus amistades se desvanecen como por arte de magia. (FILMAFFINITY) [+]
9 de febrero de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta necesario echar un ojo a esta comedia en el contexto de depresión económica en el que malvivimos desde hace 6 años (y los que le quedan).
A pesar de ver la luz en 2005 (y parodiar de forma evidente el hundimiento de Enron de 2001), resulta inquietante ver como el declive económico de la pareja protagonista resulta tan preclaro y profético para todos aquellos que de forma masiva empezaron a padecerlo en sus carnes unos años después con la explosión de la crisis de las subprime y todo lo que de ahí se derivó para todos. Sólo por eso ya merece la pena su visionado, porque el film está hecho desde el respeto y la comprensión hacia los afectados de los timos financiero-empresariales globales tan comunes, tan masivos, tan injustos y tan devastadores. Con las circunstancias de los protagonistas hay ahora millones de parejas sólo en España.
En cuanto a sus dosis de comedia, en el primer tramo apelan directamente al patetismo humano y no al chiste fácil o a la alta comedia. Se ríe de lo patéticos que somos y quiere que nos riamos de ello. Dramatiza y desdramatiza a través de la comedia más pura que existe: la mera observación.
A pesar de ello, es cierto que no llega a conseguir plenamente sus objetivos y en su tramo final abandona sus intenciones estilísticas y se abandona a lo clásico y facilón, lo peliculero e increíble, que aunque pueda recompensar al público en primera instancia, no deja de ser una traición a lo que de verdad quiere plantear el film: nuestro sistema es injusto, está podrido y hace aguas por todas partes.
Carrey, también productor, está casi controlado y Téa Leoni muy agradable y creíble. En manos más expertas, hubiera podido llegar a ser una gran comedia.
A pesar de ver la luz en 2005 (y parodiar de forma evidente el hundimiento de Enron de 2001), resulta inquietante ver como el declive económico de la pareja protagonista resulta tan preclaro y profético para todos aquellos que de forma masiva empezaron a padecerlo en sus carnes unos años después con la explosión de la crisis de las subprime y todo lo que de ahí se derivó para todos. Sólo por eso ya merece la pena su visionado, porque el film está hecho desde el respeto y la comprensión hacia los afectados de los timos financiero-empresariales globales tan comunes, tan masivos, tan injustos y tan devastadores. Con las circunstancias de los protagonistas hay ahora millones de parejas sólo en España.
En cuanto a sus dosis de comedia, en el primer tramo apelan directamente al patetismo humano y no al chiste fácil o a la alta comedia. Se ríe de lo patéticos que somos y quiere que nos riamos de ello. Dramatiza y desdramatiza a través de la comedia más pura que existe: la mera observación.
A pesar de ello, es cierto que no llega a conseguir plenamente sus objetivos y en su tramo final abandona sus intenciones estilísticas y se abandona a lo clásico y facilón, lo peliculero e increíble, que aunque pueda recompensar al público en primera instancia, no deja de ser una traición a lo que de verdad quiere plantear el film: nuestro sistema es injusto, está podrido y hace aguas por todas partes.
Carrey, también productor, está casi controlado y Téa Leoni muy agradable y creíble. En manos más expertas, hubiera podido llegar a ser una gran comedia.
