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España España · Valladolid
Voto de Quiscol:
6
Drama El movimiento sufragista nació en Inglaterra en vísperas de la Primera Guerra Mundial. La mayoría de las sufragistas no procedían de las clases altas, sino que eran obreras que veían impotentes cómo sus pacíficas protestas no servían para nada. Entonces se radicalizaron y, en su incansable lucha por conseguir la igualdad, se arriesgaron a perderlo todo: su trabajo, su casa, sus hijos y su vida. La protagonista es Maud (Carey Mulligan), ... [+]
28 de enero de 2016
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El mejor resumen de la película está en sus textos iniciales donde reconoce que las mujeres habían reclamado sus derechos por vías pacíficas sin conseguirlo, hasta que deciden pasar a la acción.
El resto es una historia bastante previsible de un grupo de mujeres que, con todo su entorno en contra, se enfrentan al orden masculino establecido para obtener igualdad en sus derechos con los hombres.
En la película no parece que estén muy organizadas ni que tengan un plan de acción establecido. Pero van subiendo el tono de sus acciones hasta lo que hoy consideraríamos claros actos terroristas. Con la diferencia de que en la primera parte del siglo XX en Inglaterra y en otros muchos países, los parlamentos respectivos, no sin discusión, deciden abrir la posibilidad del voto femenino, tanto activo como pasivo, primero con restricciones y luego de manera universal en igualdad de derechos con los hombres. La estrategia de los hombres para oponerse es doble: 1. acusan a las mujeres de falta de capacidad cultural y emocional para un voto responsable (este argumento también se repite en el parlamento español de la dictadura de Primo de Rivera y de la segunda república); 2. confían en el sometimiento de las mujeres casadas a sus maridos para que impongan cordura a sus esposas y les impidan la acción sufragista. Como era de esperar nada de esto funciona ante unas mujeres determinadas a alcanzar sus derechos legítimos y a publicitar su causa a través de la prensa. No obstante, la película te deja un sabor agridulce porque no te presentan ninguna victoria clara y contundente de estas luchadoras por sus derechos civiles, por lo que es de suponer que la lucha continuó por muchos años hasta conseguir ese voto femenino en igualdad con el masculino. 100 años después de los hechos que narra esta historia en Inglaterra, mi hija en el instituto sigue reclamando igualdad de trato para las mujeres que para sus compañeros varones. Nunca abandones la lucha.
Quiscol
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