Un dúo de hermanos de apellido Safdie, Josh y Benny, crea una historia sobre la adrenalina trepidante de las apuestas entorno a joyas y gemas de un comerciante lleno de codicia y loco por conseguir de todo siempre un poco más.

Adam Sandler nos enfrasca en este mundo del mercado de la joyería con una impecable actuación, manifestando su grandes dotes actorales y cerrándole la boca a todos aquellos que declararon que era todo lo contrario, que quizás solo era competente para las comedias. Aquí se luce desde que comienza hasta que finaliza, inesperadamente, de una manera fabulosa y magistral. La vida de un hombre aficionado del dinero que desea obtenerlo pese a los diferentes obstáculos que se entrometan en su turbulento camino de palabras poco fehacientes y acuerdos dudosos, y que nunca pierde su brillante personalidad detestable, molesta y odiable, lo que denota las condiciones de Sandler para la composición del personaje.

Aquí también existe una grandiosa ejecución del guión, que es deslumbrante y contiene grandes giros argumentales impensados y escenas gloriosas con momentos que, por más simples que sean, quedan para el recuerdo. En determinadas ocasiones no conseguí comprender diferentes acciones o situaciones que son poco detalladas, por lo que asumo que no serán del todo relevantes. Tal vez, cuando sea mayor en edad las entienda mucho más, porque seguro que la vuelva a visualizar, ya que se lo merece. La banda sonora está utilizada con detalle y soberbia, perfecta, electrónica, a la altura del producto. Los demás del reparte acompañan muy bien al gran protagonista y cooperan para la formación de esta agobiante aventura. Asfixia, tensiona, genera impotencia en relación a las actitudes hipócritas y egoístas del principal. De lo mejor de Adam, ¡muy recomendable!

Calificación: 9