De todos es sabido que los críos son como hornos de fundición, consumen recursos y generan residuos, y si además añades un virus entonces ya se convierten en máquinas letales. Y de eso va la película, de como una entrañable reunión navideña se convierte en un infierno ¡bastante aburrido por cierto!, por culpa de esos pequeños cabrones.
Personalmente creo que es muy predecible y además, cuesta creer que cinco adultos hechos y derechos sean incapaces de atajar tamaño desvarío. La historia no me resulta creíble, quizá la primera muerte, pero luego encuentro absurdo que los adultos se queden pasmados mientras las criaturitas les comen los dedos hacia dentro. Nada, que no me lo creo, y si no me lo creo no me provoca tensión ni miedo, y entonces me aburro. Al menos podrían haber mostrado con más detalle como le reventaban la cabeza a algún crío pero ni eso. Desde luego me quedo con "Los chicos del maíz" y por supuesto, con la fantástica peli de Ibáñez Serrador de 1976 "Quién puede matar a un niño", esa sí que mola.