Segunda parte de las "diabluras" de una familia de asesinos tarados que se dedican a mutilar y torturar a los pringaos que se dejan caer por la zona.
La familia está compuesta por un gigantón desfigurado (el más mongolo de todos), un tio cabrón con mu mala leche, la madre paranoias, la hija (que está muy buena) y el padre, un payaso con piorrea aguda en los piños.
Pues nada, en esta segunda parte muere peña, humillan al personal, machacan alguna cabeza... pero nada que ver con la primera, mucho más sádica, más demoníaca, casi no parecen dementes sino siervos del mismísimo Satanás. En esta segunda incluso muestran su lado "más humano".
En fin, me quedo con la primera y desde luego no entiendo las críticas que tildan a esta segunda parte de brutal, de moral indefendible, que si hay que tener un estómago a prueba de golpes.. Paparruchas, muy descafeinada.