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España España · valencia
Voto de esteve:
4
Drama. Acción. Ciencia ficción En plena Guerra Fría, Estados Unidos y la Unión Soviética deben olvidar sus diferencias y colaborar en la prevención de una inminente catástrofe planetaria: la caída de un enorme meteorito sobre la Tierra. Mientras intentan encontrar una solución, un científico norteamericano (Connery) y una traductora soviética (Natalie Wood) vivirán un apasionado romance. (FILMAFFINITY)
13 de noviembre de 2023
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Comenta la reseña del canal en que vi la peli (ese que empieza por efe y acaba por ene, y en el que disfruto como un enano del cine setentero y ochentero; y doy mi palabra de que no trabajo en esa empresa ni tengo ningún vínculo con ella) que esta película llevó a la ruina a la productora AIP en la cual trabajó tanto Roger Corman.

Y no me extraña. Si bien la idea es buena (meteoro que se estampa contra la Tierra y los problemas —y las soluciones— que surgen) y el elenco, de lo mejor (Connery, Malden, Wood, Fonda —Henry—) y hay aspectos muy interesantes (cómo Natalie Wood hace de intérprete de ruso —ella misma, en la vida real, era de origen ruso-ucraniano— hablándolo estupendamente; determinados pasajes de la banda sonora que no están mal; y alguna otra cosa); la dirección es francamente deficiente (parece mentira que el director sea el mismo que el de “La aventura del Poseidón” y de varias películas estupendas con Alec Guinness) y el producto final padece, sobre todo, de unos efectos realmente lamentables.

Podría pensarse que, claro, la peli es del año 1979 y dichos efectos especiales no estaban tan desarrollados. Buen intento, pero filmes como “2001”, “Naves misteriosas”, “La guerra de las galaxias”, “Encuentros en la tercera fase”, y más de producciones no necesariamente de EEUU, todas anteriores a 1979, demuestran que sí que existía otra forma, realmente mejor, de rodar con maquetas, fondo de espacio, explosiones, tsunamis…

En definitiva, falta de dinero, supongo. Porque, concretamente, son más que lamentables las maquetas de las naves que salen (en verdad que cantan ópera), las tomas de los cohetitos en formación hacia el meteoro, cómo se separan estos de la nave poco antes, y esa gran explosión final, que no es sino la presencia de una gran masa de fuego que ocupa la pantalla durante unos 10 segundos, totalmente intercambiable, como si fuera un impreso de Hacienda, con un estallido de una fábrica de hidrocarburos, una imagen que ve alguien que se ha metido un tripi o una secuencia del magma terrestre en la boca de un cráter de un volcán [y mejor no hablo de la secuencia de los trozos de meteoritos cayendo en Italia, la gente corriendo en Hong Kong con algunos extras hasta riéndose, o el momento esquimal (mucha tela)].

Pues eso, una producción para pasar el rato, en la que lo mejor son esas vacas sagradas cuyo trabajo, de por sí, permiten aguantar la película hasta el final. No es poca cosa, pero no consigue que se le pueda dar un aprobado.
esteve
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