Wilder eligió para esta película la misma pareja que protagonizó El apartamento, pero aquí el tono es diferente, es mucho menos corrosiva, mas loca y en algún momento se torna un tanto chabacana, como la pelea en el bar al principio o cuando la policía entra en el apartamento de la protagonista y se dispone a tirar la puerta. A pesar de este recurso al humor fácil el tono de la cinta es muy alto y en algunos momentos es delirante. Otra vez un guión magnífico del propio Wilder y de Diamond con un personaje impagable, el del dueño del bar, no tiene desperdicio, es sencillamente genial, un liante de primera, todo lo sabe y todo lo embrolla y Lou Jacobi lo interpreta de maravilla.
Algunas situaciones de puro absurdas y surrealistas son de lo mejor del cine de Wilder. Y decir esto es decir mucho. Continuamente suceden cosas y casi siempre divertidas con un humor fino e inteligente salvo en contadas ocasiones. A parte de Lou Jacobi con un papel que es un regalo y que el lo borda, la pareja protagonista está a una gran altura, y edemas MacLaine luce preciosa, creo que hasta su mascota hace una buena interpretación.
Como dice el dueño del bar, lo que es la vida, hay que esconderse para amarse, porque es una actividad ilegal, y sin embargo el robo o el atropello se pueden acometer tantas veces a la luz del día, bueno algo así viene a decir y eso también es sin duda un sin sentido.