La mejor secuela de la historia, sin duda, pero esa calificación puede suponer incluso una notable merma a su categoría, ya que se sitúa en el olimpo cinematográfico como una de las mejores películas de la historia, según FilmAffinity la segunda, inmediatamente detrás de la primera parte de la saga. Si nos atenemos a los Oscars duplica a la primera, pero creo que la academia al igual que otras muchas veces fue injusta con “El Padrino I”. No creo que el debate sea cual fue la mejor, ni que ello tenga ninguna importancia, ambas son inmensas, los espectadores lo mejor que podemos hacer es disfrutarlas.
No sucede muy a menudo, creo que afortunadamente, si no como sería posible calificar y encumbrar las obras de arte, pero a veces ocurre, los astros se conjugan, se alinean, o hacen lo que tengan que hacer, la inspiración aparece como por arte de magia, se juntan unos cuantos genios y el resultado es una película extraordinaria. Coppola tiene doble merito ya que consiguió esto en dos ocasiones seguidas y muy cercanas en el tiempo.
Es cierto que ya no contamos con Marlon Brando, aunque se compensa un poco con la aparición de Robert De Niro y la consagración de Al Pacino, que está enorme en esa escena final inolvidable, pocas o quizás ninguna vez se ha filmado un final tan duro, tan sobrecogedor, pero son muchos los magníficos momentos que contiene, las de Sicilia desgarradoras, las del comienzo en América ilustrativas, como se construye un país, tanto en lo positivo como en lo negativo, baste decir que dura más de tres horas y que pasan en un suspiro.