No es el mejor Kar-Way pero tiene momentos brillantísimos, la combinación de imágenes y música en algunos pasajes es perfecta, la sensualidad, esa forma de sugerir, la incomunicación y la lluvia, están todos sus elementos, y sin alcanzar la perfección de otras obras suyas si consigue transportarnos a ese mundo tan especial, en el que yo me siento tan bien, con pocos cineastas disfruto tanto como con el, al fin y al cabo eso es una de las esencias del cine, disfrutar, emocionarte, llorar si procede o sonreír, siempre con contención, de forma mesurada, saboreando el instante con ese talento innato, con esa forma de hacer.
Creo que la gran virtud de este director es que nos hace sentir, algo que parece tan sencillo y que es tan complicado, el sin duda sabe como conseguirlo, y lo hace.
Maravillosas melodías y muy buenos actores, me encanta de nuevo Tony Leung, ese cinismo, esa indiferencia, y las actrices tanto Faye Wong como Brigitte Lin, magnificas ambas, la chica enamorada, la mujer fatal, y la frase final, digna de escucharla con atención, pocas veces se puede decir tanto con tan pocas palabras.