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España España · Barcelona
Voto de picais:
7
Drama En 1956, la joven actriz Marilyn Monroe (Michelle Williams) llega a Inglaterra para protagonizar con Sir Laurence Olivier (Kenneth Branagh) la película "El príncipe y la corista". Colin Clark (Eddie Redmayne), un joven de 23 años con buenos contactos, consigue un trabajo como ayudante de producción y es testigo del choque de egos y la tensa relación entre Olivier y Marilyn durante el rodaje. (FILMAFFINITY)
2 de marzo de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si la idea que tenemos de Marilyn es la de una mujer espectacular, preciosa, sensual, picara e ingenua ante la cámara, con un don natural para posar o pasearse por la gran pantalla. Y a la vez, de una persona frágil, insegura, temerosa, con numerosas luchas en su interior, con heridas abiertas continuamente, esta película nos lo confirmará. En ese sentido es tópica, pero si es la realidad tampoco podemos reprochárselo. Quiero imaginar que lo que cuenta ese tal Colin Clark es cierto al menos en su mayoría, aunque el guion nos suelte algunas frases de esas ya muy conocidas, atribuidas a la gran estrella, y que no estoy tan convencido que las acuñara en aquellos días. Particularmente algunas de las cosas que vemos en esta película me cuesta creerlas, pero bueno, imagino que puedo otorgarle el beneficio de la duda.
La que si me ha encantado, convencido y seducido por completo es Michelle Williams, bellísima, perfectamente metida en el personaje, transmite toda la inquietud y pesadumbre que se supone atormentaba a la diva, y es casi, o sin casi, tan bonita como la original. Durante noventa minutos me ha hecho creer que Marilyn aún existe, o tal vez es que durante noventa minutos, metido en una sala de cine, un jueves por la tarde, para mí y otros afortunados Marilyn Monroe existió. También Branagh tiene una actuación brillante y los secundarios no son precisamente mancos, pero yo solo podía ver a Michelle y a Marilyn, en la bañera, en el lago, en la rueda de prensa, o bajando del avión.
A parte de Michelle hay alguna que otra cosa interesante, como la música, la ambientación y sobre todo que refleja bastante bien lo complicado que puede llegar a ser hacer una buena película, el director, los protagonistas, productores, representantes, asesores, todos defendiendo su parcela, con sus manías, temores, divismos, ataques de histeria, etc. etc. Y a pesar de todo ello de vez en cuando sale un producto magnifico, e incluso a veces una obra de arte. No es el caso de esta, que no llega por supuesto a esa altura, pero sí que es más que aceptable.
picais
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