El rey y la sex symbol, dos auténticos mitos de la pantalla, última aparición para él y casi también para ella, algunos dicen que una cinta maldita, no sé si es maldita, pero si es tremendamente triste, nostálgica, crepuscular. Los seres que la pueblan rebosan amargura, hastío, cansancio, algunos incluso rencor, odio, otros ingenuidad y hasta inocencia. Ellos saben que algo se acaba, que para seguir viviendo hay que cambiar, intentar adaptarse, es el final de una época, de una forma de vida, aprenderlo puede resultar muy difícil y también muy doloroso.
Arthur Miller escribe el guión con algunos pasajes muy acertados, Huston la dirige y consigue un magnifico reparto con tres indiscutibles estrellas de Hollywood y dos estupendos secundarios. Marilyn preciosa, sensual, con esa mirada plena de melancolía, es el centro de atención y objeto de deseo. Clift que plasmaba como nadie los personajes atormentados, indecisos, con dudas. Gable lejos ya del galán imponente, pero aun con una personalidad arrolladora. Wallach borda ese papel de resentido, como cabreado con la vida, todos son personajes con un pasado doloroso que se encuentran en momentos cruciales de su vida, en un mundo cambiante, se hallan fuera de lugar, como muy bien define su título original son inadaptados.
Me parece una película hermosa, con enormes heridas abiertas en sus corazones de sus protagonistas, la tragedia puede aparecer en cualquier momento, pero a la vez rezuma poesía y ternura. Ya sé que algunos la consideran una película menor, yo tampoco sabría definir porque la catalogo a la misma altura que “Los sobornados” “Retorno al pasado” “Forajidos” “La fiera de mi niña”, solo por poner algunos ejemplos, no encuentros ningún argumento del todo convincente, simplemente la siento así.