Billy Wilder fue un verdadero monstruo de la dirección y también guionista de un nivel similar, esto es tan cierto como la existencia del propio cine, nada de tópicos ni de cumplidos, es pura verdad, solo tenemos que repasar un poco su obra y constataremos esta afirmación. La reviso en FilmAffinity y ciertamente sobrecoge. De las 26 películas valoradas, once están por encima del ocho (cuatro de ellas de 8,5 hacia arriba) y diez más se sitúan entre siete y ocho, no lo puedo afirmar pero no creo que esto suceda con ningún otro director.
En Sunset Boulevard tanto su labor como uno de los guionistas (les concedieron el Oscar) como la de director (el Oscar de ese año se dieron a Mankiewicz por Eva al desnudo) es impecable, la puesta en escena, la narración, todo raya a un altísimo nivel, es una delicia verla, disfrutas durante toda la proyección y cuando intuyes que ya queda poco para el final te invade cierta angustia porque te gustaría que aún no acabase, y es que ante ella incluso olvidamos que lo bueno si no fuera breve, difícilmente podría ser bueno. En el caso que nos ocupa es magnifico.
El paralelismo que se establece entre la vida real de la actriz protagonista Gloria Swanson, antigua figura del cine mudo rescatada por Wilder, con respecto a la que interpreta, Norma Desmond, es otra de las bazas de la cinta, la crítica a ese Hollywood creador y devorador de mitos, que primero los fabrica para después engullirlos, sin piedad, sin tregua, sin remordimientos, condenándolos irremisiblemente a la paranoia. Magistralmente construida es una clase perfecta sobre el arte de contar historias.
Las interpretaciones, todas nominadas a los Oscars, la banda sonora, la dirección artística, en definitiva todo lo que envolvió a esta producción parecía tocado por los dioses, menudo año para el cine “El crepúsculo de los dioses” “Eva el desnudo” “La jungla del asfalto” y alguna que otra más, un año para enmarcarlo.