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España España · Barcelona
Voto de picais:
9
Cine negro. Intriga. Thriller En la ciudad de Los Angeles un agente de una compañía de seguros (Fred MacMurray) y una cliente (Bárbara Stanwyck) traman asesinar al marido de esta última para así cobrar un cuantioso y falso seguro de accidentes. Todo se complica cuando entra en acción Barton Keyes (Edward G. Robinson), investigador de la empresa de seguros. (FILMAFFINITY)
18 de marzo de 2011
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el TOPFILMAFFINITY figura con toda justicia entre las más valoradas, cine negro en toda su intensidad, emociones fuertes, imágenes y diálogos que te atrapan y no te sueltan, va creciendo dentro de ti un evidente temor a que llegue el final, disfrutas tanto que te gustaría que durara eternamente, sabes que ello es imposible, entre otras cosas porque si se dilatara ya no podría ser tan buena. Cualquier aficionado al cine sabe que Wilder era un genio, dirigía, escribía, supongo que no interpretaba porque no se lo propuso, o tal vez no tenía el físico idóneo para ser galán, pero probablemente podría haber sido un actor fantástico, sin necesidad de ser agraciado físicamente, como uno de los protagonistas en esta cinta.
Edward G. Robinson, genial, al igual que en otras muchas películas, sin ser el principal papel consigue atraer para sí gran parte de la atención, sin aspavientos, sin exageraciones, de forma natural. Era un actor enorme y no precisamente por su estatura. Me parece muy convincente también MacMurray, no está entre mis preferidos, ni le considero una estrella, pero justo es reconocer que en esta cinta encaja como un guante, es imposible ya imaginar a otro en ese papel, ingenuo, cínico, atractivo, aventurero, ya no volvió a alcanzar similares cotas, ni tan siquiera en “EL apartamento”. La que no acabo de ver en el papel, de mujer fatal, es a la Stanwyck, me consta que es una actriz extraordinaria, sobrada de matices y de talento, de lo mejorcito de Hollywood, pero le faltan curvas y cuerpo para este papel, para uno creerse que a la primera de cambio, nada más verla, un hombre puede perder la cabeza de esa manera por ella es necesario ser algo más poderosa visualmente.
Ya sé que la gran mayoría tal vez no estén de acuerdo, pero se me ocurren unas cuantas divas de la época, quizás peores actrices que ella (mejores había muy pocas, si las había), que harían más creíble esa locura que se instala en la mente del vendedor de seguros. No es nimio ese detalle, o no lo es para mí, seguramente de no ser por ello le hubiera estampado un 10 como la copa de un pino. Hace unos años que la vi, ya me encanto entonces, pero sin, como ahora, llegar a fascinarme, probablemente aquel día no andaba muy fino, hoy no me cabe ningún titubeo acerca de que estamos ante una verdadera obra de arte.
picais
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