Convengamos que la primer entrega en general gustó, a mi en lo particular no me dio miedo, pero el argumento me pareció copado, si te ponías en la piel del pendejo, daba para sufrir, y no a cualquiera le gustaría ser asediado por un puto demonio.

En ésta ocación somos testigos de una precuela a la primera, contando los origines de Elise. El guión es cualquiera y tiene casi los mismos huecos que "The Last Jedi", así que pueden imaginarse el nivel de basura. Como por ejemplo, una casa que tiene los mismos muebles durante casi 70 años, que ni siquiera se han cambiado de lugar, con diferentes familias que han vivido allí. Como personajes que deberían actuar de una manera normal a situaciones extremas, pero que se callan la jeta o hacen todo lo contrario a la lógica.

Y lo peor de todo, los "jump scares", esos ruidos de mierda que solo funcionan en el cine y si te agarran desprevenido. La película es similar a la tercera. Es Elise, la vieja, contra el mundo, acompañana de un par de frikis que de 50 chistes que tiran, uno te puede sacar una sonrisa.

Tiene mucho relleno como para hacerte creer una cosa que no es, pero es fácil de detectar, y se esfuerza en no caer en la misma verga que las anteriores, pero falla. Los clichés son constantes y el diseño de éste nuevo demonio es de risa, es una mezcla de Tristana Medeiros de REC, con el monstruo de Iron Maiden del álbum "The Book of Souls".

Luego hay unos guiños a la primer película, obviamente para tratar de levantar un poco, pero sinceramente no eran necesarios, quedó como un manotazo de ahogado.

Terrible bosta, olvidable, y la saga necesita un descanso urgente.

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