Ok, me dispuse a tirar unas patys en la sartén con tres litros de aceite y arriba unas papas fritas bien baratas marca Coto. Destapo mi Quilmes bien helada, me tiro en el sillón en cuero, me fumo un tema de Daddy Yankee mientras espero que las hamburguesas se llenen bien de aceite, y ya casi estoy listo para grasearla con The Fate of the Furious.

Disruté esa intro tan impredecible, de entrada supe que el argumento iba a ser fantástico, inolvidable, de Oscar. La película de Rápido y Furioso definitiva, la que iba a golpear en la mesa diciendo: se acabó la boludes, soy una película de acción de verdad.

Autos que chocan, diálogos boludos, minas semi en bolas, música cachenguera, personajes infumables (me da pena por Charlize Theron, de mis actrices favoritas) Secuencia tras secuencia es inverosímil a más no poder, ridícula, nada tiene un puto sentido.

Y ojo, que hasta el momento, la gran mayoría de estas películas han aprobadas no solo por el público, sino también por la crítica. Pero en esta entrega se pasaron en crap, de muy mal gusto. Muchos críticos no han tenido la piedad de anteriores ediciones.

De todas maneras esta saga tiene millones de seguidores, y a la mayoría del público berreta les ha encantado!