Película de Russ Meyer con aroma teutón, homenaje a los bravos americanos que combatieron contra los nazis. Olvídate de coherencia en el guión (o en cualquier aspecto de la cinta) porque como en cualquier film de Meyer, su fuerza reside en la delantera de las Supervixens, en las frases lapidarias que escupen los protagonistas, en las peleas cuerpo a cuerpo mas sucias y cachondas que ha visto servidor (olvídate de las artes marciales, aquí la táctica es patada en los huevos y manos a la yugular) y en la galería de estrafalarios personajes que desfilan por el desértico paisaje y las escenas aceleradas de sexo al mas puro estilo Benny Hill.
Aunque el bueno de Russ repite algunas situaciones de anteriores películas (la picadura de la serpiente y la pelea final entre los protagonistas) y eso hace que mi nota no sea mas alta.
Charles "mandíbula de acero" Napier clava como siempre su papel y tiene la segunda mejor escena en una ducha después de la de Psicosis.
Extrapoint para los penes postizos de medio metro que calzan los protagonistas y para la escena de sexo negra vs. negro en mitad de la carretera.