Zatoichi, es una de esas películas de acción, que es imposible que un occidental pueda pretender ver con los ojos de su cultura. Primero hay que situarse. Y aún lo hace más necesario el hecho de que la firme uno de los reyes de la customización cinematográfica por excelencia, como es Takeshi Kitano, un director que en sus extrañas diatribas en imágenes llega a rozar la extravagancia", pero siempre con ese toque maestro que distingue a los artesanos hábiles.
Lo bastante hábiles, para componer un adecuado puzzle, entre el cine de humor negro y el de gánsters, con bandas enfrentadas, en la que no faltan las referencias a Kurosawa (Yojimbo) e incluso al spaguetty western (que al fín y al cabo ya había adaptado esta última llevándola a las praderas américo-almerienses, poniendo la guinda en un inesperado final, en plan "cluedo", aúnque estupendamente filmado.

Haciendo honor a su amor hacia el humor, que en su lado más histriónico, no hace sino repetir los clichés ya muy asumidos, del cine oriental, Kitano remata la faena, con una estrambótica alusión al musical, versión "y todos fueron felices.." que en cualquier otro cineasta rozaría peligrosamente lo "grotesco", pero que en Kitano, resulta tan natural, como divertido y simpático, al entonar a la perfeccción con un "todo" en el que "todo" resulta extraño. (Incluyendo los excéntrico planos sostenidos, en donde los personajes aparecen de espaldas, y alguna que otra excentricidad para un público más avezado en el cine comercial de Occidente.)

Violencia y buenas secuencias de lucha, para un personaje controvertido, y algo antihéroe por su desmedido uso de la letalidad más absoluta. (a veces, incluso con enemigos desarmados), de rostro tan duro, tan inexpresivamente displicente, y cruel como el Eastwood de la "trilogía del dolar", y con una apabullante personalidad. Muy interesante.