Segunda parte de las andanzas del maestro de Bruce Lee, que para aquellos que no lo conozcan es Ipman, que vuelve a hacer gala del empleo de combates estelares, donde se dan cita diferentes técnicas de lucha, plasmadas con relativa veracidad.
Un punto fuerte de la trama son los diferentes enfrentamientos en los que se ve involucrado el protagonista, interpretado por un en parte desconocido Donnie Yen, que en el otro continente goza de gran fama.
Transmite intensidad y realismo en cada movimiento y mirada, lamentablemente la trama de esta segunda parte se tambalea inevitablemente, hasta llegar a descalabrarse por completo, perdiendo el tratamiento respetuoso y serio que caracterizó a la primera parte.
Se observan clamorosos paralelismos entre el guión de esta película y la de la cuarta parte de Rocky, en aquella se nos presentaba un combate entre rusos y americanos y en esta un enfrentamiento similar entre ingleses y chinos, donde incluso el mensaje que lanza es un calco. Lamentablemente el desarrollo de la trama carece de coherencia y pierde fuelle a medida que se suceden los combates. Una decepción teniendo en cuenta las buenas sensaciones que dejó la primera parte con un argumento sólido, realista, que apoyado en luchas alejadas de cableados y trucajes contaba una historia veraz.